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29 août 2011 1 29 /08 /août /2011 14:35
  29-08-2011

 

La “defensa de civiles” se convierte en “derecho al saqueo”

      Pepe Escobar     
Asia Times Online

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

La “carga del hombre blanco” no permite que se pregunte a los africanos lo que piensan sobre el actual ataque occidental/árabe monárquico a las costas septentrionales de su continente. Por lo menos hay algunos que no se andan por las ramas.

Más de 200 dirigentes e intelectuales africanos publicaron una carta en Johannesburgo, Sudáfrica, subrayando “el abuso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para involucrarse en la diplomacia militarizada a fin de efectuar el cambio de régimen en Libia, así como la marginación de la Unión Africana”.

En cuando a los “vencedores” occidentales en Libia, ya ni siquiera juegan a las estratagemas publicitarias. Richard Haass, presidente de esa Gotha del establishment estadounidense que es el Consejo de Relaciones Exteriores, escribió un artículo de opinión en el Financial Times en el que señala con descaro: “La intervención ‘humanitaria’ introducida para salvar vidas que se creía estaban amenazadas fue en los hechos una intervención política para producir el cambio de régimen”.

En cuanto a esos despreciables actores en sus pequeños roles locales –libios de Cirenaica– Haass ya los envió al basural de la historia: “Los libios no serán capaces de administrar por su propia cuenta la situación que está a punto de emerger”, y con “dos millones de barriles de petróleo al día” en juego, la única solución es una “fuerza internacional”. Traducción: Ejército de ocupación – como en Afganistán e Iraq. Bienvenidos al neocolonialismo 2.0.

Hora de retribución

Por lo tanto el establishment estadounidense es ahora tan descarado como los ricos chalados del tipo de Donald Trump. Trump dijo a Fox News: “Somos la OTAN. Respaldamos a la OTAN en lo que a dinero y armas se refiere. ¿Qué sacamos de ello? ¿Por qué no nos vamos a apoderar del petróleo?”

En una especie geopolítica del “Día de la marmota”, realmente volvemos a Afganistán e Iraq: una orgía de saqueo, destrucción de estatuas, segmentos de vistoso reality show televisivo, incluso carteles en las calles vitoreando a la OTAN (Imaginad a los estadounidenses agradeciendo a los chinos por “liberar” Nueva York mediante bombardeos).

Para no mencionar la idiotez de los medios corporativos. CNN ha desplazado a Trípoli hacia el este, al Mediterráneo oriental, algún sitio cerca del Líbano. La BBC mostró una celebración “rebelde” en la Plaza Verde de Trípoli colocada en… India, con banderas indias. ¡Salud a la integración total de la OTAN y de los medios occidentales y del CCG; CCG es el Consejo de Cooperación del Golfo, las seis ricas satrapías fundamentalistas conocidas también como el Consejo Contrarrevolucionario del Golfo!

Considerando que el CCG prácticamente ordena a la Liga Árabe lo que debe hacer, no sorprende que la Liga haya reconocido al dudoso Consejo Nacional de Transición (CNT) rebelde, como gobierno legítimo del país, a pesar de que solo representa a Cirenaica e incluso a pesar de que el coronel Muamar Gadafi, el Gran G., sigue libre, con una recompensa de 1,6 millones de dólares por su cabeza. Supongamos que es la retribución porque Gadafi calificó al rey saudí Abdulá de “estúpido” durante los preparativos para la guerra contra Iraq.

También parece que Libia ahora solo es un futuro emirato árabe, y que ya no tiene nada que ver con África. El CCG financió y armó a los “rebeldes”. La Unión Africana casi en su totalidad estaba contra la guerra de la OTAN y el CCG. Ergo, en lo que se refiere a la OTAN y el CCG: ¡al diablo con África! lo único que interesa realmente –estratégicamente– es una base militar/naval de Africom/OTAN en Libia.

Y ahora otra Zona Verde

Es de conocimiento común que los agentes del SAS británico, la inteligencia francesa, la CIA, las fuerzas especiales de Qatar y mercenarios de todos colores fueron lanzados en paracaídas durante meses como operativos en tierra, planificando y entrenando a los “rebeldes” y en estrecha coordinación con ese prodigio filantrópico, la OTAN.

Ese nunca fue el mandato de la ONU, ¿pero a quién le importa? La OTAN y el CCG pagaron las cuentas, la OTAN realizó los bombardeos y la OTAN y el CCG “estabilizarán” el lío, según un plan de 70 páginas filtrado por los británicos al Times de Londres de Rupert Murdoch.

Solo los idiotas creerían el cuento previsible de que el plan fue elaborado por el Consejo Nacional de Transición (CNT) con “ayuda occidental”. La OTAN no sería tan desvergonzada –por lo menos al principio– para decidirse por caucásicos en tierra, de ahí la propuesta de que una “fuerza de tareas Trípoli”, equipada por los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para que se haga cargo, pueda implementarse más temprano que tarde. La pregunta sabrosa es, ¿habrá mercenarios extranjeros (jordanos, sudafricanos, colombianos) entrenados por Blackwater, o miembros de tribus libias, en una nómina de los EAU?

¿Y qué será lo próximo? ¿Un remix de la Zona Verde al lado de la Plaza Verde?

Es es casi tan delicioso como para que el embajador del CNT en la EAU, Aref Ali Nayed, lamente dolorosamente la filtración del plan mientras Bengasi confirma que es auténtico.

Ahora también es de conocimiento común que la lucrativa reconstrucción de todo lo que bombardeó la OTAN beneficiará –¿a quién iba a ser?– a los “vencedores”: las naciones de la OTAN (Vea “El capitalismo siniestro cae en picado sobre Libia”, Rebelión, 25 de agosto). El líder del CNT, Mustafá Abdel Jail ha vuelto a confirmarlo en Bengasi.

Hay que esperar fuegos artificiales –y globales– en lo que se refiere al saqueo. Incluso sin considerar la riqueza petrolera y de gas (aún inexplorada), los activos de Libia en el extranjero ascienden poor lo menos a 150.000 millones de dólares. El banco central de Libia, que ahora está a punto de ser privatizado, tiene al menos 143,8 toneladas de oro. Y luego hay por lo menos un suministro milenario de agua fresca, que había comenzado a ser explotado por Gadafi a través del espectacular proyecto multimillonario en dólares Gran Río Hecho por el Hombre (GMR, por sus siglas en inglés).

Es otra respuesta sólida a la pregunta de por qué Francia se ha mostrado tan frenética por derrocar a Gadafi: las compañías francesas suministradoras de agua son las mayores del mundo, y el atractivo de privatizar un suministro de mil años de agua fresca hace que sus ejecutivos se sientan, bueno, burbujeantes.

Por lo tanto como un vasto mercado nuevo, potencialmente muy lucrativo, Libia es lo indicado para las compañías europeas, directamente al otro lado del Mediterráneo, agregando todo un nuevo sentido a la doctrina humanitaria imperialista de R2P (“responsabilidad de proteger”); o como lo ha bautizado un lector de Asia Times Online: “derecho de saquear”).

El primer ministro italiano Silvio “bunga bunga” Berlusconi ha actuado rápidamente, al reunirse en Milán con el primer ministro del CNT, Mahmud Jibril, directamente frente a la nueva bandera libia (que es en realidad la vieja bandera monárquica) junto a las banderas de Italia y la Unión Europea.

Y pensar que hace solo un año el brioso Silvio organizó una fastuosa fiesta para su compinche –cuya mano gustaba besar– el Gran G., con sus 30 jinetes beduinos que desfilaron en caballos libios de pura sangre.

En 2008, Silvio y Gran G. firmaron un tratado para enterrar la amarga era colonial 1911-1942, según el cual Italia gastaría 5.000 millones de dólares durante 25 años invirtiendo en infraestructura como carreteras y ferrocarriles; gracias al tratado por lo menos 180 compañías italianas obtuvieron subsiguientemente contratos libios e Italia se convirtió en el mayor socio comercial de Libia.

Por lo tanto, inevitablemente, el líder del CNT, Mustafá Abdel Jalil, tuvo que asegurar que la nueva Libia tendrá “relaciones especiales” con todos los “vencedores” de la OTAN y el CCG de la guerra; y especialmente Italia.

La próxima semana le tocará el turno de visitar Bengasi para tragarse un trozo de la sabrosa torta de la reconstrucción a Sheikh Abdulá bin Zayed, ministro de exteriores de los EAU; los EAU están repletos de constructores hambrientos, listos para participar, ya que los precios de los bienes raíces se derrumbaron en caída libre en los Emiratos.

Y ahora la hoja de ruta

Mientras tanto, ¿qué pasa si Gran G. tiene el oro? El ex gobernador del banco central de Libia sostiene que en Trípoli hay, físicamente, al  menos 10.000 millones de dólares en reservas de oro.

Por lo tanto, mientras soldados de SAS en vestimenta civil árabe y blandiendo los mismos Kalashnikovs que los “rebeldes” corren a la búsqueda de Gadafi “vivo o muerto”, al estilo Texas de George W Bush, el Gran G. podría estar comprando literalmente su lealtad tribal en oro. Para no hablar que cuenta con el apoyo de la tribu Gadafi (astutos cazadores nocturnos), de la tribu al-Magartha (francotiradores de primera) y de la mayor parte de la tribu de la esposa de Gadafi, los Warfallah (la mayor del país, con dos millones de personas).

Por mucho que el CNT haya estado afirmando incansablemente que la Libia post Gadafi será pluralista y multicultural, la señal apunta a Ciudad Cenagal.

Los árabes del norte desdeñan absolutamente a los bereberes del sur y viceversa. La gente de Tripolitania desdeña absolutamente a los salafistas en Cirenaicay viceversa.

Con tanto botín en juego, es fácil visualizar una hoja de ruta que se desarrollaría como lo que sigue:

Un débil gobierno títere del CNT; tropas de doctrina shock neoliberal que enajena a muchos que estaban acostumbrados a educación gratuita, servicios de salud gratuitos y vivienda gratuita; una fuerza guerrillera contra la ocupación extranjera; yihadistas-salafistas de otras latitudes árabes que salen a la palestra; pueblos del desierto que se desarrollan como bases de la guerrilla; oleoductos en el desierto sudoriental bombardeados; una réplica de Bagdad de 2004 a 2007; una ‘oleada’; un escenario de interminable guerra civil/tribal; y Afganistán 2.0 con un doble frente guerrillero: el grupo de Gadafi contra los rebeldes/OTAN, y los salafistas contra la OTAN, porque Occidente nunca permitirá que Libia se convierta en un Estado islámico.

Gadafi realmente apuesta a que la operación conjunta OTAN/CCG convertirá Libia en el nuevo Iraq/Afganistán. Posiblemente a la propia OTAN le gustaría la idea. La obligaría a atrincherarse aún más en el norte de África. Permitiría el uso de las mismas tácticas imperiales de dividir para reinar, mientras las compañías occidentales ejercen sus opciones de Derecho a Saquear.

Mantendrá a estadounidenses y europeos preocupados por otro argumento secundario más de la “guerra contra el terror” incluso mientras la recesión se lleva lo que queda de sus ahorros. Y mantendrá al complejo industrial-militar y a un surtido de contratistas de las armas y la seguridad con sonrisas en sus rostros. ¿Iraq/Afganistán de nuevo? ¡Qué venga!

Pepe Escobar es autor de “ Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com .

(Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.)

Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MH27Ak03.html

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29 août 2011 1 29 /08 /août /2011 14:20
  29-08-2011

 

Gadafi está libre: una guerra de guerrilla que debilita el nuevo poder es inevitable
La historia se repite y se ensayan de nuevo los errores de Irak

The Independent/ICH

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Siempre condenados a librar la última guerra, volvemos a cometer el mismo pecado en Libia.

Muamar Gadafi desaparece después de su promesa de combatir hasta la muerte. ¿No es exactamente lo mismo que lo que hizo Sadam Hussein? Y, por cierto, cuando Sadam desapareció y las tropas de EE.UU. sufrieron sus primeras pérdidas por la insurgencia iraquí en 2003, nos dijeron –el procónsul estadounidense Bremer, los generales, diplomáticos y los decadentes “expertos” de la televisión– que los milicianos de la resistencia eran “empedernidos”, “desesperados” que no se daban cuenta de que la guerra había terminado. Y si Gadafi y su hijo siguen sueltos –y si la violencia no termina– pronto nos volverán a presentar a “desesperados” que simplemente no están dispuestos a comprender que los muchachos de Bengasi son los que mandan y que la guerra ha terminado. Por cierto, 15 minutos después –literalmente– de escribir esas palabras (a las 2 de la tarde de ayer) un periodista de Sky News había reinventado a los “desesperados” como definición para los hombres de Gadafi. ¿Veis lo que quiero decir?

Sobra decir, todo esto es lo mejor en el mejor de todos los mundos posibles, en lo que respecta a Occidente. Nadie está desbandando el ejército libio y nadie está excluyendo oficialmente a los gadafistas de un rol futuro en su país. Nadie va a cometer los mismos errores que cometimos en Iraq. Y no hay soldados en el terreno. No hay zombis occidentales en una Zona Verde amurallada, sellada, que tratan de dirigir la futura Libia. “Es cosa de los libios”, se ha convertido en el alegre refrán de cada factótum del Departamento de Estado, del Foreign Office, y del Quai d’Orsay. ¡No tenemos nada que ver!

Pero, claro está, la masiva presencia de diplomáticos occidentales, representantes de los magnates del petróleo, mercenarios occidentales bien pagados y sospechosos soldados británicos y franceses – pretendiendo todos que son “asesores” y no participantes” – es la Zona Verde de Bengasi. Puede que no haya (todavía) muros alrededor de ellos, pero están, en efecto, gobernando Libia a través de los diversos héroes y bribones libios que se han establecido como los amos políticos locales. Podemos hacer caso omiso del asesinato por parte de estos últimos de su propio comandante -por algún motivo, ya nadie menciona el nombre de Abdul Fatah Younes, aunque fue liquidado en Bengasi hace solo un mes– pero solo pueden sobrevivir aferrándose a sus cordones umbilicales occidentales.

Por cierto, esta guerra no es lo mismo que nuestra perversa invasión de Iraq. La captura de Sadam solo provocó a la resistencia para que realizara infinitamente más ataques contra soldados occidentales – porque los que se habían negado a participar en la insurgencia por temor a que los occidentales volvieran a poner a Sadam en el poder ya no tenían semejantes inhibiciones. Pero el arresto de Gadafi junto al de Saif aceleraría indudablemente el fin de la resistencia contra los rebeldes de los partidarios de Gadafi. El verdadero temor de Occidente –ahora mismo, y esto podría cambiar de un día al otro– sería la posibilidad de que el autor del Libro Verde haya llegado sano y salvo a su antiguo terruño de Sirte, donde la lealtad tribal podría resultar más fuerte que el temor a una fuerza libia respaldada por la OTAN.

Sirte, donde Gadafi, en el comienzo mismo de su dictadura, convirtió los yacimientos petroleros en el primer dividendo para quien quisiera echarle mano entre los inversionistas extranjeros después de su revolución de 1969, no es Tikrit. Es la sede de su primera gran conferencia de la Unión Africana, apenas a 30 kilómetros de su propio lugar de nacimiento, una ciudad y una región que se han beneficiado inmensamente durante los 41 años de su régimen. Strabo, el geógrafo griego, describió que los puntos de asentamientos en el desierto al sur de Sirte convirtieron a Libia en una piel de leopardo. A Gadafi le debe haber gustado la metáfora. Casi 2.000 años después, Sirte fue desde muchos puntos de vista la bisagra entre las dos colonias italianas de Tripolitania y Cirenaica.

Y en Sirte los “rebeldes” fueron derrotados por los “lealistas” durante la guerra de seis meses de este año. Pronto, sin duda, tendremos que permutar esas etiquetas, cuando los que apoyan al pro occidental Consejo Nacional de Transición tengan que denominarse lealistas, y los rebeldes pro Gadafi se conviertan en los “terroristas” que pueden atacar a nuestro nuevo gobierno amigo de Occidente. De una u otra manera Sirte, cuyos habitantes están supuestamente negociando con los enemigos de Gadafi, pronto será una de las ciudades más interesantes de Libia.

¿Qué pensará Gadafi ahora? Creemos que debe de estar desesperado. ¿Pero lo estará realmente? Hemos elegido numerosos adjetivos para su persona en el pasado: irascible, demencial, irrazonable, magnético, incansable, obstinado, extraño, propio de estadista (descripción de Jack Straw), críptico, exótico, demente, idiosincrásico y –más recientemente– tiránico, asesino y salvaje. Pero en su tendenciosa, astuta visión del mundo libio, a Gadafi le podría ir mejor sobreviviendo y viviendo, para continuar un conflicto civil/tribal y así destruir a los nuevos amigos libios de Occidente en el pantano de la guerra de guerrilla, y debilitar lentamente la credibilidad del nuevo poder “de transición”.

Sin embargo, la naturaleza imprevisible de la guerra libia significa que las palabras pocas veces sobreviven al momento en que se escriben. Tal vez Gadafi se oculta en un túnel subterráneo junto al Hotel Rixos, o está alojado en una de las villas de Robert Mugabe. Lo dudo. Solo mientras nadie trate de librar la guerra frente a ésta.

Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article28943.htm

http://www.independent.co.uk/opinion/commentators/fisk/robert-fisk-history-repeats-itself-with-mistakes-of-iraq-rehearsed-afresh-2343459.html

 

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29 août 2011 1 29 /08 /août /2011 14:15
El final tras cuatro décadas
Gonzalo Martínez Corbalá
 
Kadafi se desmorona, dice la cabeza de El País del martes 23 de agosto. El día anterior había destacado en su primera plana que los rebeldes habían roto la defensa de Muammar Kadafi y entraban a Trípoli. Persiguen y capturan a dos de los hijos del dictador, y van dejando las calles llenas de muertos. Sus ya pocos partidarios caen allí, después de ejecuciones sumarias que Naciones Unidas acaba por exigir el fin de las represalias.

Los días de relumbrón del coronel, en los años 70, en los que soñaba encabezar a los no alineados, se ven ya cubiertos de polvo y deja ver su verdadera dimensión. Es un hombre perseguido con la furia desbocada de quienes, según él, todos, los viejos y los jóvenes de por lo menos tres generaciones del pueblo libio, debían vivir agradecidos por haber tenido el privilegio de ser gobernados por una suerte de papa laico, quien, a pesar de mostrarse religioso hasta el fanatismo, se consideró a sí mismo el único Dios que guió más de cuatro décadas a ese pueblo musulmán de cultura milenaria.

Kadafi está escondido en algún lugar del país y nadie lo ha visto después de estallada la revolución para derrocarlo, para poner fin a esas cuatro décadas durante las que gobernó bajo su propia inspiración, convencido de ser el Dios verdadero de los musulmanes, al que debían seguir ciegamente por los ásperos y difíciles caminos del desarrollo y del mejor aprovechamiento de su petróleo.

Libia fue un territorio desértico, poblado originalmente por los bereberes, y a partir de la conquista de los árabes se formó la población, que es producto de la mezcla de ambas etnias. Lo mismo puede decirse de este país de enorme territorio y una larga frontera con el mar Mediterráneo, donde vive la mayoría de la población. Incluso su capital, Trípoli, está ubicada precisamente en el extremo noroccidental. Está poblada por poco más de 5 millones de habitantes, con una densidad muy baja: tres habitantes por kilómetro cuadrado.

La gran mayoría de la población es árabe-bereber; 97 por ciento habla el idioma árabe y predomina fuertemente la religión islámica, la cual suponemos que se conservará y se radicalizará a la caída del aún gobernante Kadafi.

A partir del descubrimiento del petróleo, en 1959, Libia pasó a ser una de las naciones más ricas y el preciado energético les permitió desarrollar la industria y la agricultura, así como diversificar su economía. Fue entonces cuando la mayoría de los pequeños agricultores emigró hacia la costa, donde el clima es más benigno.

Fue en el siglo VII dC cuando los árabes musulmanes transformaron la cultura libia, su lenguaje y religión. Italia invadió ese país en 1911 durante la Primera Guerra Mundial. En la Segunda Guerra las fuerzas británicas y francesas ocuparon su territorio hasta que Naciones Unidas le dio la independencia en 1951, habiéndose transformado en monarquía, hasta que mediante un golpe de Estado Muammar Kadafi se convirtió en un gobernante que favoreció la unidad de los países árabes, así como la causa palestina, creando un gobierno nacionalista.

Desafortunadamente, el gobierno libio favoreció también en esos años la práctica del terrorismo, causa aparente del muy intenso bombardeo que llevó a cabo Estados Unidos en 1986.

De esta manera, el coronel Kadafi ejerció el poder centrado en su propia personalidad. Su apoyo al terrorismo internacional generó grandes dificultades a su largo gobierno, que ahora termina de manera brutal, repudiado por las nuevas generaciones de su pueblo. La Organización de Naciones Unidas le impuso algunas sanciones muy severas, motivada por su cercanía con grupos terroristas.

Kadafi tuvo también graves dificultades con el gobierno de Chad, vecino del sur del país, ya que tiene una larga frontera con Libia al oriente de Níger.

El conflicto con Chad fue desastroso para el coronel y fuente de muchos problemas para Libia. Aunque ese país estrictamente hablando quedaba fuera del trazo que delineó el presidente George W. Bush del casquete esférico tan desproporcionado, dentro del cual quedaron las naciones que el ex presidente estadunidense calificó de fuerzas del mal, incluyendo a China, India, Irán, Afganistán y Pakistán, junto con la mayoría de las naciones que forman el Cáucaso, región también enorme que ocupa la mayoría de los países que integran la OPEP, y entre los que está Libia.

Como es de suponerse, ésta fue una de las causas de la difícil relación que mantuvo Kadafi con el gobierno de Bush. No hay que soslayar el hecho de que la riqueza petrolera de Arabia Saudita lo dejó fuera de las acciones hostiles que se hicieron sentir en las naciones enlistadas desde los primeros días del gobierno de bush hasta el final del mismo.

Después de haber dado el golpe de Estado a la monarquía gobernante, en 1969, pudo hacer un gobierno democrático –pero dado el rango de coronel, según consigna la historia, esto suele ser imposible–, como lo fue en los primeros años en los que respaldó a los países árabes en relación con el aprovechamiento del petróleo, que acababa de ser descubierto por aquellos años para causas positivas como el desarrollo de la industria y la agricultura. Sin embargo, se pervirtió y transformó, dando inicio a un proceso de exaltación de la personalidad del coronel Muammar Kadafi.-

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28 août 2011 7 28 /08 /août /2011 14:40
La rebelión libia y la paz de los colonialistas
Guillermo Almeyra
 
La rebelión general que está transformando a los países árabes tiene, en cada nación, formas y componentes diferentes que responden a las distintas historias religiosas y sociales y a las diversas tradiciones y estructuras sociales. Túnez, desde siempre mucho más homogéneo e influenciado por las tradiciones políticas del colonialismo francés, no es lo mismo que el poblado y desarrollado Egipto, y en Yemen la lucha entre las tribus y la división entre el norte y el sur (ocupado militarmente por la dictadura de Sanaa) introduce factores que no existen, por ejemplo, en Marruecos, donde, como en Argelia, las divisiones entre árabes y bereberes acompañan la lucha popular por los derechos democráticos y por un estado de derecho, por no hablar de los países del Golfo, donde la rebelión democrática de los trabajadores extranjeros se une también con la oposición de los chiítas a los despóticos y riquísimos príncipes sunnitas, o de Siria, donde se entremezclan las luchas religiosas islámicas (los minoritarios alauitas contra la mayoría sunnita) con las tensiones entre los diversos clanes políticos existente en el partido gobernante.

Libia era la colonia europea más atrasada y los italianos la gobernaban con la horca, con deportaciones y corrompiendo a los líderes tribales. Actualmente existen 850 tribus, pero sólo siete son importantes. Kadafi se apoya en la suya (la Gadhafa) y en otra pequeña, ambas en sirte y cerca de Trípoli, y tiene en contra las mayores tribus, los comerciantes y exportadores, la secta Senoussi en la Cirenaica, que siempre dominó Bengasi, los nacionalistas de izquierda que reprimió y marginó, grupos importantes de militares furiosos porque el gobierno se apoyaba sobre todo en mercenarios africanos y sectores democráticos. Los obreros en su inmensa mayoría son extranjeros y carecen de todos los derechos.

De ahí que, como dijo su hijo Saif al comienzo de la rebelión, Libia no es Túnez: aquí habrá guerra civil, porque Kadafi tiene el apoyo de una parte minoritaria aunque numerosa de la población (y su tribu, sobre todo), y del ejército, armado hasta hace poco particularmente por Nicolas Sarkozy y porque el principal empleador era el Estado kadafista y clientelista.

Sólo el gobierno de Israel y los despistados de siempre de una izquierda ma non troppo, habituados a adorar gobiernos que bautizan como progresistas, pueden lamentar la rebelión democrática de las masas árabes que han eliminado a los Ben Ali y Mubarak, obligado al sultán marroquí a hacer concesiones constitucionales, colocado en la cuerda floja a las dictaduras de Yemen y Siria y dado un golpe de muerte al régimen de Kadafi. Éste era un enemigo de la causa palestina, un socio de los imperialistas europeos, un factor de estabilidad para los colonialistas y racistas antiárabes israelíes. Fue Kadafi mismo quien creó las condiciones para la actual intervención colonialista de la OTAN y el culpable del vacío político que permitió juntar en un solo haz un montón heterogéneo de agentes del imperialismo inglés, francés o estadunidense capaces de aceptar el bombardeo de la OTAN a su propio pueblo, de líderes fundamentalistas maniobrables, de ex kadafistas oportunistas que saltan a última hora al bando triunfante para conservar sus privilegios, unidos quién sabe por cuántos días a un puñado de nacionalistas antimperialistas y demócratas. Los imperialistas no habrían podido jamás lograr el apoyo de más de media población libia si Kadafi no fuese odiado por ella.

Francia, Italia y el Reino Unido se apoderarán ahora directamente de las refinerías que ya tenían como concesión de Kadafi, y del control del petróleo libio, reduciendo, por consiguiente, el precio del combustible para esos países y, para lograrlo, maniobrarán sus piezas en el gobierno de Bengasi entrando en roces con Estados Unidos que quiere, sobre todo, hacer de Libia un centro para sostener a Israel y para frenar la rebelión democrática árabe.

La principal fuerza de este colonialismo europeo-estadunidense es la heterogeneidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) y la despolitización y falta de dirección, así como de proyectos revolucionarios democráticos en el sector más avanzado del mismo, así como la total ausencia de instituciones estatales mediadoras debido a la concentración del poder en manos de Kadafi y de sus hijos y presuntos herederos. De modo que la caída del gobernante –dada la imposibilidad actual de los colonialistas de enviar tropas y de poner gobernadores propios– llevará a una guerra de bandas entre los agentes de las diversas potencias, los diferentes grupos presentes en el CNT y las tribus (que controlan diferentes unidades militares). Se cruzarán las vendettas y será difícil formar un gobierno que convoque a elecciones parlamentarias, dada la carencia de partidos y de vida democrática. Además, con respecto a la OTAN, una cosa es el CNT y otra muy diferente la voluntad de sus seguidores en la oposición a Kadafi.

Mientras tanto, la alianza imperialista convertirá a Libia en una base para tratar de controlar la rebelión en los países vecinos y para impulsar a la baja los precios del petróleo, aliviando la factura energética de sus industrias en crisis. Todos los que se proclaman antimperialistas deberían concentrarse ahora en defender la absoluta soberanía del pueblo libio, en impedir el desembarco militar de la OTAN en esa nación norafricana, en expulsar de ahí a los representantes de aquélla y en exigir que la democratización del país la hagan sus ciudadanos mediante una asamblea constituyente, donde determinen el carácter del futuro régimen y quién será dueño de los recursos naturales del país. El imperialismo e Israel se apoyan en agentes como Noriega, Saddam Hussein, Mubarak o Kadafi y después los abandonan. Defenderlos en nombre de una izquierda antimperialista es aberrante.-

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28 août 2011 7 28 /08 /août /2011 14:29
  28-08-2011

 

Carta a las izquierdas

      Boaventura de Sousa Santos     
Carta Maior


No pongo en duda la existencia de un futuro para las izquierdas, pero su futuro no será una continuación lineal de su pasado. Definir aquello que las izquierdas tienen en común equivale a responder a la pregunta: ¿qué es la izquierda? La izquierda es un conjunto de posiciones políticas que comparten el ideal de que todos los seres humanos tienen el mismo valor y constituyen el valor supremo. Este ideal es puesto en duda siempre que hay relaciones sociales de poder desigual, es decir, de dominación. En este caso, algunos individuos o grupos satisfacen algunas de sus necesidades transformando a otros individuos o grupos en medios para sus fines. El capitalismo no es la única fuente de dominación, aunque es una fuente importante.

Las diferentes formas de entender este ideal han provocado varias divisiones. Las principales han surgido de respuestas opuestas a las preguntas siguientes. ¿Puede el capitalismo ser reformado con el fin de mejorar la suerte de los dominados o esto sólo es posible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser conducida por una clase (la clase obrera) o por diferentes clases o grupos sociales? ¿Debe llevarse a cabo dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? ¿El Estado, en sí mismo, es una relación de dominación o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?

Las respuestas opuestas a estas preguntas estuvieron en el origen de violentas divisiones. En nombre de la izquierda se cometieron atrocidades contra la izquierda; pero, en su conjunto, las izquierdas dominaron el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se volvió más libre e igual gracias a ellas. Este corto siglo de todas las izquierdas terminó con la caída del Muro de Berlín. Los últimos treinta años se han caracterizado, por un lado, por una gestión de ruinas e inercias y, por el otro, por la emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y lenguajes que las izquierdas no pudieron entender.

Mientras tanto, libre de las izquierdas, el capitalismo volvió a mostrar su vocación antisocial. Vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie. ¿Cómo recomenzar? Con la aceptación de las siguientes ideas:

1) El mundo se ha diversificado y la diversidad se ha instalado dentro de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo; no hay internacionalismo sin interculturalismo.

2) El capitalismo concibe la democracia como un instrumento de acumulación; si es necesario, la lleva a la irrelevancia y, si encontrara otro instrumento más eficiente, prescindiría de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad es la gran bandera de las izquierdas.

3) El capitalismo es amoral y no entiende el concepto de dignidad humana; su defensa es una lucha contra el capitalismo y nunca con el capitalismo (en el capitalismo, hasta las limosnas sólo existen como relaciones públicas).

4) La experiencia del mundo muestra que hay muchas realidades no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y el cooperativismo, a la espera de ser valoradas como el futuro dentro del presente.

5) El siglo pasado reveló que la relación de los humanos con la naturaleza es una relación de dominación contra la que hay que luchar; el crecimiento económico no es infinito.

6) La propiedad privada sólo es un bien social si es una entre varias formas de propiedad y todas están protegidas; hay bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire).

7) El corto siglo de las izquierdas fue suficiente para crear un espíritu igualitario entre los seres humanos que se distingue en todas las encuestas; éste es un patrimonio de las izquierdas que ellas mismas están dilapidando.

8) El capitalismo necesita de otras formas de dominación para florecer (del racismo al sexismo y la guerra) y todas deben ser combatidas.

9) El Estado es un animal extraño, mitad ángel, mitad monstruo, pero sin él muchos otros monstruos andarían sueltos, insaciables en busca de ángeles indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca.

Con estas ideas seguirán siendo varias las izquierdas, aunque ya no es probable que se maten las unas a las otras y es posible que se unan para detener la barbarie que se aproxima.

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Traducido por Antoni Jesús Aguiló y revisado por Àlex Tarradellas.

Boaventura de Sousa Santos es sociólogo y profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal).-

 

 

Fuente original: http://www.cartamaior.com.br/templates/colunaMostrar.cfm?coluna_id=5169

 

VisionesdelQuijote

               
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28 août 2011 7 28 /08 /août /2011 14:19

 

El mundo a la orilla del caos 
 
  x Miguel Urbano Rodrigues 28/8/2011 
 
 
  
 
La perversa falsificación de la Historia es hoy es un instrumento imprescindible al funcionamiento de una estrategia de poder monstruosa que amenaza a la Humanidad

La crisis del capitalismo es tan profunda que hasta los líderes de los EEUU y de la Unión Europea y los ideólogos del neoliberalismo asumen esa realidad. Están alarmados por no divisar una solución que pueda detener la caída al abismo: Se esfuerzan sin éxito para que aparezca la luz al final del túnel. A pesar de las contradicciones existentes, los EEUU y las grandes potencias de la Unión Europea pusieron fin a las guerras interimperialistas –como la de 1914-1918 y la de 1939-45- substituyéndolas por un imperialismo colectivo, bajo la hegemonía norteamericana, que las disloca para países del llamado Tercer Mundo sometido al saqueo de sus recursos naturales.

Pero la evolución de la coyuntura mundial demuestra también con claridad que la crisis del capital no puede ser resuelta en el cuadro de una “transnacionalización global”, tesis defendida por Toni Negri y Hardt en su polémico libro en que niegan el papel del imperialismo tal y como lo definió Lenin. Entre los EEUU y la Unión Europea ( y los países emergentes de Asía y de América Latina) existe un abismo histórico que no fue ni puede ser eliminado en tiempo previsible.

La creciente internacionalización de la gestión no desemboca automáticamente en la globalización de la propiedad. El Estado trasnacional, al que aspiran una ONU instrumentalizada, el FMI, el Banco Mundial y la OMC es aún una aspiración distante del sistema de poder.*

El caos en que el mundo está por caer ilumina la desesperación del capital frente a la crisis de la cual es responsable. La ascensión galopante de la derecha neoliberal al gobierno en países de la Unión Europea resucita el fantasma de la ascensión del fascismo en la República del Weimar. La Historia no se repite además de la misma manera y es improbable que la extrema derecha se instale en el Poder en el Viejo Mundo. Más la irracionalidad del asalto a la razón es una realidad.

El juego del dinero en las bolsas es hoy mucho más importante en la acumulación de gigantescas fortunas que la producción. El papel de los “mercados” –eufemismo que designa el funcionamiento del engranaje de la especulación en las maniobras del capital –se volvió decisivo en el desencadenamiento de crisis que llevan a la quiebra a países de la Unión Europea. Una simple decisión del gestor de “una agencia de notación” puede desencadenar el pánico en vastas áreas del mundo.

La irrupción de violencia en barrios degradados de Londres, Birmingham, Manchester y Liverpool alarma a la Inglaterra de Cameron y motiva en las televisoras y periódicos de referencia torrentes de interpretaciones disparatadas de sociólogos y psicoanalistas que hablan como portavoces de la clase dominante.

En Washington, congresistas influyentes manifiestan el temor de que el “fenómeno británico” alcance a los EEUU y, en los guetos de sus grandes ciudades, jóvenes latinos y negros imiten a los de las minorías de la Gran Bretaña, estimulados por mensajes y llamados en Twitter y en el Facebook. Pero en tanto la pobreza y la miseria aumentan, incluyendo en los países más ricos, la crisis no afecta a los banqueros y a los gestores de las grandes empresas. Según la revista “Fortune”, las fortunas de 357 multimillonarios rebasan el PIB de varios países europeos desarrollados.

En los EEUU, en Alemania, en Francia, en Italia, quienes detentan el poder proclaman que la democracia política alcanzó una altura superior en las sociedades desarrolladas del Occidente. Mienten. La censura al modo antiguo no existe. Más fue substituida por un tipo de manipulación de las conciencias, eficaz y perverso. Los hechos y las noticias son seleccionados, presentados, valorizados o desvalorizados, mutilados y deformados, de acuerdo con las conveniencias del gran capital. El objetivo es impedir a los ciudadanos comprender los acontecimientos de que son testigos y su significado.

Los periódicos y las cadenas de televisión en los EEUU, en Europa, en Japón, y en América Latina dedican cada vez más espacio al “entretenimiento” y menos a grandes problemas y luchas sociales y al entendimiento del movimiento de la Historia profunda.

Los temas impuestos por los editores y programadores –agentes más o menos conscientes del capital –son concursos alienantes, la violencia en múltiples frentes, la droga, el crimen, el sexo, la subliteratura, lo cotidiano del jet set, la vida amorosa de príncipes y estrellas, la apología del suceso material, las vacaciones en lugares paradisiacos, etc. Evitar que los ciudadanos, formateados por el engranaje del poder, piensen, es una tarea permanente de los media.

Las crónicas de cine, de televisión, la música, la crítica literaria reflejan bien la atmosfera putrefacta del tipo de sociedad definida como civilizada y democrática por aquellos que, instalados en la cúpula del sistema de poder, se proponen como aspiración suprema la multiplicación del capital.

En Portugal surgió como innovación grotesca un club de pensadores; los debates, mesas redondas y entrevistas con dóciles comentaristas, disfrazados de “analistas”, son insoportables por la ignorancia, hipocresía y mediocridad de la casi totalidad de esos empleados del capital. Contrarrevolucionarios como Mario Soares, Antonio Barreto, Medina Carreira, Júdice; formadores de opinión como Marcelo Rebelo de Sousa, un intoxicador de mentes influenciables que explica el presente y prevé el futuro como si fuera el oráculo de Delfos; jornalistas his master voice, como Nuno Rogeiro y Teresa de Sousa; columnistas arrogantes que odian al pueblo portugués y a la humanidad, como Vasco Pulido Valente, pontifican en los media imitando brujos medievales, sirviendo al sistema con ejercicios de verborrea que ofenden a la inteligencia.

El Primer Ministro y su lugarteniente Portas, exhibiendo posturas napoleónicas, piden “sacrificios” y comprensión a los trabajadores en tanto, sumisos, aplican el proyecto del gran capital y cumplen las exigencias del imperialismo. Desde el inicio del primer gobierno Sócrates, lo que restaba de la herencia revolucionaria de Abril fue más golpeado y destruido que en todo el cuarto de siglo anterior. Al Portugal en crisis se le exige el pago de una factura enorme de la crisis mayor a la que hunde al capitalismo.

En los EEUU, polo hegemónico del sistema, el discurso del Presidente Obama, despojado de las lentejuelas de los primeros meses de gobierno, aparece ahora como el de un político dispuesto a todas las concesiones para permanecer en la Casa Blanca. Su última capitulación frente al Congreso astilló lo que le sobraba a su máscara de humanista y reformador. Para que el Partido Republicano permitiese aumentar de dos billones de dólares el techo de la deuda pública –ya superior al Producto Interno Bruto del país- acepto mantener intocables los privilegios indecorosos disfrutados por una clase dominante que paga impuestos ridículos y golpear duramente un servicio de salud que ya era uno de los peores del mundo capitalista. La contrapartida de la debilidad interior es una agresividad creciente en el exterior.

Cientos de instalaciones militares estadounidenses fueron sembradas por Asía, Europa, América Latina y África. Pero “la cruzada contra el terrorismo” no produce los resultados esperados. Las agresiones norteamericanas a los pueblos de Iraq y de Afganistán promovieron el terrorismo a escala mundial en vez de erradicarlo. Crímenes monstruosos fueron cometidos por la soldadesca norteamericana en Iraq y Afganistán. El Congreso legalizó la tortura de prisioneros. La “pacificación de Iraq”, donde la resistencia del pueblo a la ocupación es una realidad , no pasa de un slogan de propaganda. En Afganistán, a pesar de la presencia de 140 000 soldados de los EEUU y de la OTAN, la guerra está perdida.

Los bombardeos de las aldeas del noroeste de Paquistán por aviones sin piloto, comandados de los EEUU por computadores, siembran la muerte y la destrucción, provocando la indignación del pueblo de aquel país. El bombardeo sobre Somalia (donde el hambre mata diariamente millares de personas) por aviones de la USAF, y de tribus de Yemen que luchan contra el despotismo medieval del presidente Saleh se volvió rutinario. Como siempre, Washington acusa a las víctimas de tener ligas con Al Qaeda.

En África, la instalación del AFRICOM, un ejército norteamericano permanente, y la agresión de la OTAN al pueblo de Libia confirman la mundialización de una estrategia imperial. El terrorismo de Estado emerge como componente fundamental de estrategia del poder de los EEUU.

Obviamente, Washington y sus aliados de la Unión Europea, intentan transformar el crimen en virtud. Los patriotas que en Iraq, en Afganistán, en Libia resisten a las agresiones imperiales son calificados de terroristas; los gobiernos fantoches de Bagdad y Kabul estarían encaminando a los pueblos iraquí y afgano para la democracia y el progreso; Irán, víctima de sanciones, es amenazado de destrucción; mientras el aliado neofascista israelita es presentado como una democracia moderna.

La perversa falsificación de la Historia es hoy es un instrumento imprescindible al funcionamiento de una estrategia de poder monstruosa que, esa si, amenaza a la Humanidad y la continuidad de la vida en la Tierra. El imperialismo acumula sin embargo derrotas y los síntomas del agravamiento de la crisis estructural del capitalismo son inocultables.

El capitalismo, por su propia esencia, no es humanizable. Habrá de ser destruido. La única alternativa que despunta en el horizonte es el socialismo. El desenlace puede tardar. Más aumenta las resistencia de los pueblos al engranaje del capital que los oprime en Asía, en Europa, en América Latina, en África. Ellos son el sujeto de la Historia y la victoria final será suya.

Vila Nova de Gaia, 15 de Agosto de 2011


* Estos temas son tratados a profundidad por el economista argentino Claudio Katz en un libro que será editado en breve. http://www.lahaine.org/index.php?cat=111

Traducción Jazmín Padilla para www.odiario.info

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28 août 2011 7 28 /08 /août /2011 14:02

Domingo, 28 de agosto de 2011

ESCENARIO
Buenos y malos
Por Santiago O’Donnell
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El resultado de las políticas de prevención de genocidios de las Naciones Unidas está a la vista en Libia. Cuando los rebeldes tomaron Trípoli esta semana y los corresponsales finalmente pudieron entrar, según cuentan, se encontraron con un panorama poco alentador. Cadáveres en las calles (foto). Niños manejando ametralladoras. Cada barrio bajo el control militar de un jefe de distinto color, y un “gobierno de transición” reconocido por las potencias occidentales que no controla nada y que está formado mayormente por los mismos tipos que hasta hace unos meses ocupaban destacadas posiciones en el gobierno de Khadafi. Completan la alianza triunfante los jefes tribales islamistas cercanos a Al Qaida y los lobbistas de las petroleras, entre otros. Khadafi en pleno repliegue táctico, agazapado, listo para lanzar la contrainsurgencia si no lo agarran antes, en cuyo caso tiene varios hijos preparados para ocupar su lugar.

Digo prevención de genocidio porque esto empezó hace seis meses cuando fuerzas de Khadafi abrieron fuego a mansalva contra una multitud de manifestantes desarmados que habían llenado la Plaza Verde, poco después de la caída de Ben Alí en Túnez y poco antes de la de Mubarak en Egipto, dos países vecinos. Porque a veces las cosas se confunden. Primero Khadafi le disparó a su pueblo. Después vino la guerra civil y cuando los rebeldes estaban sitiados, porque Khadafi tenía muchísimos más fierros, y antes de que el líder libio pudiera extraer venganza, llegó el bombardeo de la OTAN. Entonces los rebeldes se armaron y la tortilla se dio vuelta. Hoy, los cadáveres que afean Trípoli son los de los mercenarios contratados por el dictador. Un tipo que alguna vez supo alumbrar una revolución socialista, pero que en algún momento perdió el rumbo y terminó cometiendo un genocidio.

Poco antes de que esto ocurriera, el catedrático de la UBA y Untref Daniel Feierstein publicó un artículo fundamental en el número de abril de la revista académica Genocide Studies and Prevention. Alertaba sobre la necesidad de cambiar el sistema de prevención de genocidios para evitar que vuelva a ocurrir lo que pasó en Irak, donde las dosis de gas mostaza que Saddam Hussein suministraba a los kurdos fueron reemplazadas por los racimos de bombas que los yanquis descargaron sobre toda la población iraquí. Nadie le dio bola y ahora estamos peor. En Irak, por lo menos, las masacres de Bush y Saddam estaban organizadas. Las que se vienen en Libia, por lo que se ve, van a ser un poco más desprolijas.

Bajo el título “Lo bueno, lo malo y lo invisible” Feierstein escribió que mientras las políticas de prevención de genocidios estén en manos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el mismo organismo que usan las potencias para legitimar y legalizar sus invasiones y demás intervenciones armadas, entonces el resultado seguirá siendo el mismo: genocidio sobre genocidio. Es como querer apagar un fuego con nafta.

Como alternativa, el profesor señaló la importancia de fortalecer a los organismos regionales porque las potencias vienen, tiran sus bombas y se van, mientras los vecinos la ligan de rebote y no se pueden ir a ningún lado. Feierstein pone como ejemplo el rol positivo que jugó la Unasur para frenar amenazas golpistas en Bolivia y Ecuador y oponerse al golpe de Honduras, acciones que sin duda sirvieron para prevenir posibles genocidios en la región. Aunque no alcanzaran para prevenir la masacre de Pando o la caza serial de periodistas hondureños, de no ser por la Unasur es probable que el asunto hubiera sido mucho peor.

Explica el profesor, traducido del inglés: “La política estadounidense para la prevención de genocidios se lee como un cuento infantil o el guión de una producción hollywoodense clase B. Los ‘malos’ (los lobos) están cometiendo actos horribles contra civiles inocentes (los corderos) de puros malos que son, y sólo pueden ser frenados por los ‘buenos’ que visten el uniforme del ejército estadounidense. El problema es que este enfoque no sólo domina el discurso de los medios, sino que también se ha vuelto popular entre los académicos. Muchos estadounidenses bien intencionados, indignados por el sufrimiento humano mostrado por las cadenas televisivas, hacen llamados para que ‘cese el genocidio’ inmediatamente, a cualquier costo. Y porque los medios manejan una agenda política, esto se refiere a los abusos de derechos humanos en Sudán, pero no a los cometidos en Colombia o Sri Lanka. Sin embargo, esta política exterior basada en el marketing del ‘compre ya’ difícilmente pueda conducir a una discusión académica de un fenómeno tan complejo y contradictorio como es el asesinato masivo y sistemático”.

Lo que el profesor está diciendo es que mientras sea Estados Unidos el que decida qué es un genocidio, habrá genocidios malos y genocidios buenos, genocidios prohibidos y genocidios permitidos, y cuando se comenten masacres de los dos lados, como casi siempre sucede, a lo sumo sólo un lado será castigado.

“Por los enormes riesgos involucrados en las misiones de las fuerzas de paz, incluyendo la posibilidad de una escalada en el conflicto, la decisión de intervenir militarmente nunca debería ser tomada por una sola nación (agrego yo: ni por tres o cuatro), ni siquiera por los Estados Unidos. Sólo las organizaciones regionales tienen la legitimidad y la autoridad para tomar tales decisiones”, escribió.

Si miramos lo de Libia desde acá surge la importancia de la Unasur, nacida de la oportunidad y del talento de la generación dorada de presidentes latinoamericanos. Sigue el profesor: “Durante el período de la Guerra Fría América latina fue devastada por dictaduras militares apoyadas directa o indirectamente por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Desde entonces, los países de la región se han embarcado en el proceso de apoderamiento político y reorganización regional. Una de las instituciones que emergieron de este proceso fue la Unión de Naciones Suramericanas, formada por doce naciones latinoamericanas. Llamativamente Unasur no aparece mencionada en el informe MARO (el informe anual de Naciones Unidas sobre Operaciones en Respuesta a las Atrocidades Masivas), en el que sólo figura un organismo regional, la Unión Africana”.

El desafío queda planteado.

sodonnell@pagina12.com.ar

 

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28 août 2011 7 28 /08 /août /2011 13:29
  28-08-2011

 

Desestabilizar las metrópolis para desestabilizar sus guerras coloniales

      JM Álvarez y Ernesto Martín     

Desde que el imperialismo occidental ganara momentáneamente la "Guerra Fría", y en el largo contexto actual de profunda crisis del capitalismo y de necesidad de permanente desestabilización por parte del decadente imperialismo yanqui, lo más inteligente, desde el punto de vista de la resistencia popular mundial, no es aferrarse sólo a gobiernos antiimperialistas cuando éstos son bárbaramente atacados por la OTAN, sino pasar a una larga fase de guerra de guerrillas: dejarlos entrar, y que aparentemente ganen durante un tiempo, para seguidamente no dejarlos gestionar "el triunfo" como ellos querían.

No sabemos si esa es la táctica consciente ahora en Libia, pero creemos que a eso se llegará forzado por la realidad. En definitiva, mientras el capitalismo y el imperialismo tengan sus metrópolis más o menos estables, los pueblos en la periferia atacados por "nuestros" Estados se verán obligados a esa permanente vida de lucha. Esa vida de nuestros hermanos del Tercer Mundo, deberíamos aliviarla cumpliendo con nuestras tareas de lucha antiimperialista aquí, en las propias metrópolis, aunque sean movimientos "minoritarios". Y, por supuesto, alejándonos de todo brebaje arrogante ni-ni.

Menos vigilar la autenticidad de los procesos revolucionarios en la periferia- que, en cualquier caso, están siempre limitados porque nuestros países dominan las relaciones internacionales- y más superar nuestros flagrantes defectos de actuación antiimperialista a nuestro alrededor. Seamos más autoexigentes con nuestra resistencia activa aquí (valen las manifestaciones de apoyo pero no bastan...) que exigentes con nuestros hermanos de clase de la periferia del sistema.

Y eso: no perdamos más tiempo en debates con gente como las que firman ese estúpido documento que empieza diciendo: "El mundo entero asiste conmovido a las imágenes de rebeldes armados..." Debatamos menos con ellos y bateémonos más juntos nosotros.

Honor a la resistencia antiimperialista en Afganistán, en Iraq, en Libia. Nunca podremos agradecer el papel que han jugado y están jugando en debilitar a unos imperialistas que se las imaginaban de maravilla con la "caída del comunismo".

Blog de J.M. Álvarez:http://jmalvarezblog.blogspot.com/

Imperio%20Romano%20348 283

               
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28 août 2011 7 28 /08 /août /2011 13:05
Bajo la Lupa

El botín del saqueo en Libia: fondos soberanos de riqueza, divisas, hidrocarburos, oro y agua

Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Ciudadanos libios celebran la liberación del distrito de Qasr Bin Ghashir, ayer en la capital Trípoli
Foto Ap
 
Con el colosal botín de la riqueza libia bajo el control de la OTAN hay que releer La IIiada y La Odisea de Homero. La escenografía cleptomaniaca no ha variado desde entonces, con la salvedad de una coreografía más letalmente tecnológica (los bombardeos humanitarios) y una inversión del orden: hoy las guerras son primero financieras –debido al modelo imperante de la globalización financierista–, luego viene el golpe de gracia militar.

La suerte del coronel Kadafi se selló cuando cayó en la trampa financiera que le tendieron Baby Bush, Blair y Sarkozy a finales de 2003 gracias a su insensata apertura de los hidrocarburos libios, la privatización neoliberal de sus 16 bancos estatales y el control del banco central por los recursos humanos formados en la banca londinense.

El documento No. 126 de Wikileaks en mis manos –Libia progresa en su reforma bancaria, de Chris Stevens, encargado de negocios (sic) de Estados Unidos en Trípoli– festeja la privatización foránea del banco estatal Wahda y se alegra de las oportunidades para una mayor cooperación entre la banca privatizada libia con los bancos de Estados Unidos, lo cual ayudará a entrenar (sic) su próxima generación de banqueros. Ni más ni menos que el síndrome Fobaproa/IPAB (organizado por Córdoba-Ortiz Martínez-Zedillo, en ese orden), que ya padecimos en México, cuando las guerras posmodernas son ante todo financieras. El control petrolero viene después.

El cable de marras se congratula del progreso sólido entre Farhat Omar Bengadara, entonces gobernador del banco central libio en Trípoli, y su consejero estratégico (sic), la consultora McKinsey (señalada como un instrumento de la CIA), además de los servicios de la mafiosa empresa contable KPMG (al unísono de Oracle y KPMB) y la bendición calificadora de las descalificadas S&P y Moody’s.

Llama la atención el grado de ingenuidad aldeana en finanzas israelí-anglosajonas de la oclocracia del coronel Kadafi, quien acabó acostándose con sus enemigos, quienes lo exprimieron para luego arrojarlo a las fauces de las fieras bancarias de rapiña de la globalización neoliberal.

Ya echada a andar la maquinaria devoradora financiera israelí-anglosajona –bancos, consultoras, empresas contables, calificadoras, oligopolios multimediáticos (el síndrome Rothschild-Murdoch-Sky), etcétera–, el gobernador del banco central libio, Farhat Omar Bengadara – formado en los circuitos financieros británicos (universidades de Garyounis y Sheffield)–, se pasó al lado rebelde en febrero pasado.

En una entrevista histórica a The Financial Times (17/5/11), Farhat Omar Bengadara anunció que su labor de socavamiento de las finanzas del coronel Kadafi había resultado muy exitosa en 96 por ciento (¡súper sic!), por lo que sus días estaban contados puesto que los traslados de los cuantiosos fondos libios (mayormente colocados en bancos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa continental) habían sido bloqueados ya que las sanciones habían sido extremadamente (sic) efectivas.

Farhat Omar Bengadara (el Guillermo Ortiz Martínez libio) se jacta de que había paralizado las finanzas del coronel Kadafi, quien para colmo no podía imprimir sus billetes (dinares), hechos en Londres por una firma británica, De La Rue, que rompió pérfidamente su contrato.

No importó que los haberes libios hayan sido pésimamente colocados en cuentas nocturnas (sin generar intereses), lo cual arrojó una pérdida por 2 mil millones de dólares (que obviamente fueron ganados por los banqueros israelí-anglosajones).

Farhat Omar Bengadara reconoce la existencia de 155 toneladas de oro en las arcas del banco central libio (hoy bajo control de la banca de la OTAN). ¿Por qué, entonces, no se los entregan a los rebeldes, hoy muertos de hambre? (Financial Times, 9/8/11).

El primer movimiento de la banca de la OTAN consistió en crear un insólito banco central rebelde en Bengasi, al unísono de la intervención militar (Alex Newman, The New American, 30/3/11).

El saqueo de la riqueza libia por la banca israelí-anglosajona había comenzado tiempo atrás con las cuantiosas cuan extrañas pérdidas que sufrieron los fondos soberanos de riqueza (FSR) –provenientes de los inmensos ingresos petroleros y gaseros del coronel Kadafi–, calculados mínimamente en 150 mil millones de dólares (FinancialTimes, 26/5/11)–, independientes de las otras reservas de divisas (el lugar 22 del mundo), por 107 mil millones de dólares (hasta diciembre de 2010), extrañamente evaporadas cuando no pignoradas por Estados Unidos y Europa.

Para no variar, el saqueo demoledor lo inició la vilipendiada Goldman Sachs, quien contra todas las reglas de probabilidad, perdió 98.5 por ciento (¡extra súper sic!) de los FSR depositados cándidamente por los banqueros del coronel Kadafi (Forbes, 31/5/11), formados en Gran Bretaña, y cuyo aparente aldeanismo financiero llegó hasta colocar parte de su fortuna con el Grupo Carlyle (del nepotismo bushiano) y hasta con Och-Ziff Capital Management Group (instrumento del sionismo jázaro en Nueva York). El daño irreparable estaba ya consumado.

La técnica del caballo financierista de Troya de Goldman Sachs –que aplicó exitosamente en Grecia para iniciar la balcanización del euro– fue repetida con los FSR libios, en colusión con Citigroup y Banca Santander.

Forbes registra que la pérdida de los FSR de la Libyan Investment Authority arrojaron a finales de mayo 53 mil millones de dólares (¡súper sic!), mientras el gobierno de Estados Unidos hipotecó otros 37 mil millones de dólares, los cuales, a mi muy humilde entender, jamás devolverá, por estar sencillamente quebrado.

La diabólica Goldman Sachs ya había clavado a un interno, un vulgar topo muy bien remunerado, en la Libyan Investment Authority: Haitem Zarti, hermano de Mustafá, su anterior vicedirector (Financial Times, 13/6/11).

La fortuna en liquidez libia ascendería a la suma descomunal de un billón de dólares, según el portal israelí Debka (25/8/11), la cual, a mi entender, pronto se encargará la empresa estadunidense contable KPMG de volatilizar, cual su costumbre en las arenas numéricas del desierto libio.

Manlio Dinucci, del rotativo italiano Il Manifesto (22/4/11), había profundizado el impacto en África que tiene ya el asalto a los FSR de Libia y sus inversiones en minería, manufactura, turismo y telecomunicaciones de 25 países africanos, 22 de ellos subsaharianos, que seguirán esclavizados bajo la férula neocolonial y el control financierista de la banca de la OTAN.

El botín de Libia es colosal: FSR podados por lo pronto a la mitad (antes de que se extingan mágicamente en su totalidad); fenomenales reservas de divisas mermadas y/o esfumadas; 155 inciertas toneladas de oro; 60 mil millones de barriles de petróleo de la mejor calidad ligera; mil 500 millones de metros cúbicos de gas, y pletóricas reservas de agua fresca (el mayor manto acuífero subterráneo del planeta).

Las acciones de la italiana ENI, la española Repsol, la francesa Total y la británica BP (la depredadora del Golfo de México) se dispararon el día de la caída de Trípoli.

Además de constituir la primera cabeza de playa histórica del Africom (Comando de África, del Pentágono), el inmenso desierto de Libia constituiría una las reservas ideales de la energía solar y eólica para el continente europeo, en búsqueda angustiosa de alternativas.

¿Cuantas Libias más necesita la banca de la OTAN para intentar salvarse de su quiebra financiera y su inexorable decadencia?

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27 août 2011 6 27 /08 /août /2011 18:19

|Sábado, 27 de agosto de 2011

Opinión
El huaso Contreras y el presidente Piñera
Por Hernán Rivera Letelier *
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El cuento es viejo: la inundación había alcanzado la casa y la orden era evacuar, pero el huaso Contreras no quería hacerlo. Cuando el agua le llegaba a las rodillas vino una camioneta a buscarlo. El huaso Contreras dijo que no se iba. Se quedaría en su casa, él confiaba en Dios y Dios lo salvaría. La lluvia era incesante, los ríos desbordaron y el agua anegó completamente la planta baja. El huaso Contreras, asomado a la ventana del segundo piso, vio que una lancha llegaba a salvarlo. Sin inmutarse, les mostró un papelito que decía que estaba bien, que seguía confiando en Dios y Dios sabría cómo salvarlo. Cuando el agua sobrepasó todo lo esperado, el huaso Contreras tuvo que encaramarse a la parte más alta del techo. Lo único que llevaba consigo era la alcancía con los ahorros de toda su vida, un chanchito de greda al que había bautizado como Chauchito. Cuando apareció el helicóptero a rescatarlo y le tiraron una soga y le dijeron por altoparlante que se agarrara de ella, él dijo que no, que aún confiaba en el poder del Omnipotente. El huaso Contreras murió ahogado, murió con Chauchito fuertemente agarrado bajo el brazo. El huaso llegó al cielo hecho una furia. Cómo era posible que Dios, en el que había depositado toda su fe, no hubiera hecho algo para salvarlo. Entonces, como un trueno, se oyó una voz en todo el ámbito del cielo: Huaso porfiado, te mandé una camioneta, una lancha y un helicóptero.

Sebastián Piñera, que diariamente pide a Dios pasar a la historia como el mejor presidente de Chile, al ver que el rechazo a su gobierno –según las encuestas– ya le llega al cuello, entra en la Catedral Metropolitana despotricando que cómo era posible que El, su Dios a quien adoraba puntualmente en cada Semana Santa, no le diera una manito para cumplir su sueño. Entonces, como un trueno, en la acústica de la catedral de piedra se oye retumbar una voz: Enano porfiado, te mandé un terremoto, 33 mineros y miles de estudiantes. Con el terremoto hubieras pasado a la historia reconstruyendo el país con rapidez, eficiencia y compasión, pero pusiste a cargo a una parva de inútiles aprovechados y aún los pobres damnificados están durmiendo bajo la lluvia; con los 33 hubieras hecho historia haciendo los cambios necesarios en la legislación laboral –perpetrada por tu hermano José–, pero te conformaste con pasearte por el mundo regalando piedras y mostrando el famoso papelito; y ahora, con los miles de estudiantes que te he mandado a la calle –verdadero tsunami de color y juventud–, podrías dejar tu nombre inscripto con letras de oro no sólo en la historia de Chile sino de Latinoamérica entera, instaurando una educación de calidad y gratuita para todos (si hasta yo entiendo que la educación es un derecho y no un bien de consumo). O aprovechas esta última oportunidad o te quedas arrinconado en La Moneda como un pordiosero avariento, haciendo oídos sordos a la lluvia de gritos y cánticos y demandas de los jóvenes, ahogándote sin pena ni gloria y con Lucrito apretado tenazmente bajo el brazo.-

 

* Escritor chileno. Su última novela es El escritor de epitafios.

 

 

 

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Miguel Bakunin

 

 

Carl Sagan

Así, a medida que la ciencia avanza, Dios parece tener cada vez menos que hacer. Es un gran universo, desde luego, por lo que Él, Ella o Ello, podría estar ocupado provechosamente en muchos sitios. Pero lo que evidentemente ha ocurrido es que ante nuestros propios ojos ha ido apareciendo un Dios de los vacíos; es decir, lo que no somos capaces de explicar, se lo atribuimos a Dios. Después, pasado un tiempo, lo explicamos, y entonces deja de pertenecer al reino de Dios. Los teólogos lo dejan de lado y pasa a la lista de competencias de la ciencia.

 

Carl Sagan: “La diversidad de la ciencia” [2007]



 

Stepehen Hawking

"La estirpe humana no es más que un sustrato químico en un planeta pequeño, orbitando alrededor de una estrella mediana, en los suburbios de una galaxia del centenar de miles de millones que existen"

 

Carlos Marx

“Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de esas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social” (1859)

 

 

Albert Einstein

Si una idea no parece absurda

de entrada,

pocas esperanzas

hay para ella.-

 

Groucho Marx

"El secreto de

la vida es

la honestidad y

el juego

limpio, si puedes

simular eso,

lo has conseguido."  

  

MARX, Groucho (1890-1977) 
Actor estadounidense