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22 mars 2013 5 22 /03 /mars /2013 14:46
Se arrepentirán patrocinadores de la violencia en Siria e Irak
Pic
Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y el régimen de Tel Aviv, en el marco de sus políticas colonialistas en el Oriente Medio, a través de su apoyo a los grupos terroristas, se esfuerzan por intensificar el asesinato, la violencia y la discordia en Irak y Siria y de esta manera rentabilizar los recursos naturales de estos países.

Así ha subrayado el Imam del rezo de este viernes de Teherán, el ayatolá Seyed Ahmad Jatami, para luego afirmar que los poderes hegemónicos, que alegan ser defensores de los derechos humanos, al apoyar los recientes ataques terroristas en Irak y el uso de armas químicas contra el pueblo sirio, demuestran que la arrogancia mundial no tolera la independencia de los países del Oriente Medio y para evitar este asunto no escatima cualquier tipo de delito.

De igual forma, al criticar la actuación de algunos países regionales que siguen las políticas de los países occidentales en contra de Damasco y Bagdad, Jatami ha hecho hincapié en que regímenes, como Arabia Saudí y Catar, deben tener en cuenta que el apoyo financiero y armamentístico a los grupos terroristas presentes en Siria e Irak no tendrá más resultado que el arrepentimiento de sus autores.

En referencia a los actos terroristas de los wahabíes y su fatwa que permite el derramamiento de sangre y el saqueo de los musulmanes, ha indicado que los miembros de esta secta extremista son considerados traidores del Islam y en contra de la religión y, sin duda, provocan la ira de Dios.

Respecto al cambio de postura de los países occidentales en las recientes conversaciones nucleares, celebradas en la ciudad kazaja de Almaty en febrero, el ayatolá Jatami ha recalcado que la actuación del Grupo 5+1 respecto al caso nuclear de Irán es fruto de la insistencia del pueblo persa en no renunciar a su derecho legal y legítimo para conseguir el uso pacífico de la energía nuclear.

Finalmente, en referencia a las próximas elecciones presidenciales iraníes que se llevarán a cabo el próximo mes de junio, el Imam del rezo colectivo de este viernes de Teherán ha considerado que la masiva participación del pueblo iraní, mostrará la lealtad con el Sistema de la República Islámica de Irán.-


ash/nl/nal
islam
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22 mars 2013 5 22 /03 /mars /2013 14:35
  22-03-2013

 

La CIA pretende controlarlo todo en Internet

Cubadebate / Aporrea


El jefe de la Oficina de Tecnologías de la CIA, Gus Hunt, expresó que el mundo está lleno de información de gran valor incluso en lo que nadie considera muy importante, como los tuits, vídeos y mensajes de texto. Y la CIA lo quiere todo y para siempre.
“El valor de cada pieza de información se conoce solo en conexión con otras piezas en un tiempo futuro”, dijo Gus Hunt en la conferencia tecnológica ‘Structure:Data’, en Nueva York. “Fundamentalmente tratamos de recogerlo todo y guardarlo para siempre”, añadió el alto cargo de la CIA.Los comentarios de Hunt llegan pocos días después de informes que aseguran que la CIA ha llegado a un acuerdo de 600 millones de dólares con Amazon para recibir durante al menos diez años sus servicios de la llamada ‘computación en la nube’.

Se trataría de otra señal de que la CIA está interesada en almacenar y analizar datos a gran escala.Hunt confirmó que a la Agencia le gustaría poder recoger cada “migaja digital” que las personas están dejando incluso sin saberlo. “Ustedes ya son unas plataformas de sensores andantes”, ya que los móviles, los teléfonos inteligentes y tabletas, están dotados de cámaras, detectores de luz y equipos de geolocalización.”Alguien podría saber dónde está cada uno de ustedes en todo momento, ya que llevan un dispositivo móvil, incluso si está apagado”, explicó Hunt a los asistentes a la conferencia.

Aunque no habló mucho sobre los conceptos de privacidad, advirtió que “las tecnologías se desarrollan más rápido de lo que los Gobiernos y las leyes pueden reaccionar”, lo que hace difícil contestar a la pregunta de “cuáles son sus derechos y a quién pertenecen sus datos”.

(Con información de Russia Today)

Fuente: http://www.cubadebate.cu/noticias/2013/03/21/la-cia-pretende-controlarlo-todo-en-internet/  

cia-y-narcotrafico.jpg
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21 mars 2013 4 21 /03 /mars /2013 16:54

mar 21

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 21 de marzo de 2013

 

Este artículo analiza la contradicción que se presenta en la postura del nuevo Papa,que enfatiza el compromiso con los pobres con su propia biografía de oposición a aquellas fuerzas que intentan romper con la pobreza.

 

La respuesta de los medios de información de mayor difusión de sensibilidad conservadora a la elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como nuevo Papa ha sido sumamente positiva, presentando al nuevo Papa como el Papa de los pobres y como un luchador contra las desigualdades que han caracterizado a América Latina durante muchos años. La prensa estadounidense en general –con la excepción de The New York Times- lo ha definido también como el Papa con mayor conciencia social. Incluso la elección de su nombre como Papa, Francisco, reivindicando la herencia de San Francisco, el santo amigo de los pobres, parece confirmar su vocación. En España y en Catalunya los medios conservadores lo han presentado como conservador en temas teológicos, pero progresista en temas sociales. La Vanguardia, cuya línea editorial no se distingue ni por su simpatía hacia los pobres ni por su compromiso con la reducción de las desigualdades, ha alabado al Papa definiéndolo como el Papa Social.

El problema de tal coro de alabanzas es que ignora, en el mejor de los casos, u oculta, en el peor, toda una historia de complicidades y compromisos, a lo largo de la biografía del nuevo Papa, con las fuerzas políticas más responsables de la expansión de la pobreza en Argentina y en América Latina y de la acentuación de las desigualdades sociales. En relación a la Junta Militar, cuyas políticas agravaban la pobreza y las desigualdades en Argentina, su comportamiento fue, en el mejor de los casos, el silencio, con plena conciencia, por cierto, del carácter terrorista de la Junta Militar argentina que gobernó aquel país durante el periodo 1976-1983. En realidad, la Iglesia Argentina, en la cual Jorge Mario Bergoglio era un conocido dirigente, fue una de las Iglesias de América Latina más involucradas en el apoyo de las Juntas Militares, conocidas por su sangrienta y cruel represión de aquellos, dentro y fuera de la Iglesia, que más luchaban por la eliminación de la pobreza y por la reducción de las desigualdades.

Por mucho que intentara negarlo, la Iglesia Católica apoyó sin reservas a la Juntar Militar en Argentina. Y la evidencia está ahí, para quien quiera verla. Sólo meses después del establecimiento de la Junta Militar, la Conferencia Episcopal expresó su vivo apoyo al régimen militar porque “su fracaso llevaría con mucha probabilidad al marxismo”. Es interesante que, treinta años después, Jorge Mario Bergoglio, dirigente de la Iglesia Católica, prologara un libro con la frase “No debemos tener miedo a la verdad”, que mostraba que sí que tenía miedo a que se conociera la verdad, porque no citaba la anterior frase y otras de apoyo a la dictadura (ver “Bergoglio ocultó la complicidad del Episcopado argentino con la Junta Militar del dictador Videla” en Público. 13.03.13). Tampoco citó el nuevo Papa la existencia de la Comisión de Enlace entre la Iglesia y la Junta Militar, que se reunía cada mes, en un ambiente muy amable para hablar de la colaboración. Esta colaboración incluía el control de los curas próximos a la Teología de la Liberación, que ejercían su función entre los más pobres de aquel país. Entre ellos estaban dos sacerdotes, Orlando Yorio y Francisco Jalics, que vivían y trabajaban en las Villas Miseria, conocidas por su pobreza, y que fueron detenidos y torturados por la dictadura dos semanas después de que la Iglesia les retirara su apoyo. Según uno de ellos, Yorio, Jorge Mario Bergoglio fue el que presentó una falsa denuncia ante los militares (ver Alejandro Rebossio, “La sombra de la dictadura argentina alcanza al papa Francisco”. El País. 14.03.13). Tal jesuita era plenamente consciente de los asesinatos que estaban realizando los militares. Incluso el biógrafo del ahora Papa, el Sr. Sergio Rubio, escribió que “durante la dictadura todos fueron cómplices de aquellos crímenes”, frase que intenta justificar un ejercicio colectivo de complicidad. Pero no es cierto      que todos fueran cómplices: hubo voces, incluso dentro de la Iglesia, que se opusieron y muchos de ellos fueron asesinados. El color rojo que los cardenales utilizan en sus prendas significa la sangre que deben derramar en defensa de los justos. El cardenal Bergoglio no se merecía llevar tal color, pues permaneció en un silencio ensordecedor frente a la represión brutal, llevada a cabo por aquellos que eran responsables del mayor crecimiento de la pobreza y de las desigualdades.

Pero hay más que silencio en su pasado. Varios familiares de niños desaparecidos enviaron notas a Bergoglio para que interviniera en casos de asesinatos y robos de bebés. Era una práctica común, como también ocurrió en España, que los bebés de padres asesinados se trasfiriesen a otras familias, muchas veces de los que los habían asesinado. Una de estas familias fue la familia De la Cuadra, que perdió cinco miembros debido al terror militar. Una de estas personas fue la joven Elena, que estaba embarazada de cinco meses cuando fue detenida, y más tarde asesinada. El bebé fue asignado a una familia pudiente argentina.

Los familiares pidieron ayuda a Bergoglio. Cuando más tarde fue interrogado, en 2010, tal  señor indicó que no sabía nada del caso y que no sabía de bebés robados. La hermana de Elena, cuya madre fue fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo, ha declarado que “la hipocresía de la Iglesia argentina  en general, y la de Bergoglio en particular, ha sido enorme” (ver Michael Warren “Papal Election stirs Argentina’s “dirty war” past”. AP. 14.03.13). Estela de la Cuadra ha añadido que “Bergoglio fue un cobarde que no hizo nada para impedir el robo de bebés. Siempre se preocupó de salvar su nombre. E intentó ocultar la verdad para que su nombre no quedara manchado”.

La Iglesia argentina tenía cincuenta obispos y sólo un número limitadísimo se opuso a la dictadura. La gran mayoría no se opuso. Entre ellos estaba el que ahora es Papa. Otros sí que se resistieron y, como dije antes, fueron asesinados por ello. Entre ellos estaba el Obispo Enrique Angelelli, que más tarde, y para limpiar la mala conciencia de la Iglesia, fue propuesto para ser considerado Mártir. Bergoglio fue nombrado Cardenal en 2001. Y hasta 2006 no dijo nada a favor de tal obispo. Sólo cuando el gobierno de Néstor Kirchner declaró un día oficial de duelo en honor a tal figura, el cardenal añadió su voz. Como otra voz progresista –Eduardo de la Serna, sacerdote del grupo progresista próximo a la Teología de la Liberación- ha indicado, “Bergoglio es un hombre del poder y sabe como promocionarse para mantenerlo. Tengo dudas sobre su supuesta inocencia en referencia a los jesuitas que desaparecieron durante la dictadura”.

Tal como señala The New York Times (“A Conservative With a Common Touch.” 13.03.13), sólo después de que el cardenal Bergoglio dejara de ser Presidente de la Conferencia de obispos (lo que ocurrió en 2012), tal conferencia se distanció de la dictadura claramente, negando (y mintiendo) que la Iglesia hubiera colaborado con la Dictadura. Tal distanciamiento y negación ocurrió después de que el que había dirigido la Junta Militar, el Dictador Videla, declarara públicamente que la Iglesia había apoyado y colaborado con su gobierno.

En España, conocemos muy bien el significado del apoyo de la Iglesia Católica a la dictadura fascista del General Franco, y el silencio ensordecedor de tantas figuras religiosas que se presentaban ya entonces como las grandes defensoras de los pobres. Tal supuesta simpatía por los pobres quedaba totalmente anulada por sus acciones de apoyo a la dictadura que se había establecido para parar aquellas fuerzas políticas que sí estaban comprometidas con la erradicación de la pobreza. En Argentina, la oposición de Mario Bergoglio a la Iglesia de la Teología de la Liberación, sin tomar una postura pública de oposición a la dictadura, negando conocimiento –en contra de toda la evidencia- del robo de bebés durante la dictadura, muestra su incoherencia y su falta de compromiso con la erradicación de la pobreza. Tal compromiso no es creíble cuando no va acompañado de una oposición a las fuerzas que perpetúan tal pobreza, apoyando a aquellos que luchan para eliminarla.

En realidad, la elección del Papa ha respondido a la enorme inquietud que la Iglesia Católica tiene sobre América Latina, donde el auge de las izquierdas está amenazando a las estructuras de poder, con las cuales la Iglesia se ha identificado. El nombramiento de Bergoglio es la manera de potenciar el freno a la Teología de la Liberación, presentando el mensaje de los Evangelios interpretados por el profundo conservadurismo de la jerarquía católica, haciendo frente al catolicismo popular, imbuido, por ejemplo, en la revolución bolivariana que amenaza los intereses de la jerarquía de la Iglesia católica. No soy ni católico ni creyente, pero me parece obvio que hoy hay un conflicto entre los valores del catolicismo como religión y los valores que sustentan los aparatos ideológicos de la Iglesia, que reproducen y controlan para su propio beneficio. La elección de Bergoglio como Papa es un intento de frenar la identificación de las clases populares de creencia católica con las formas alternativas de carácter revolucionario que están surgiendo no sólo en América Latina sino también en el mundo y que interpretan el apoyo a los pobres como la lucha para terminar con la pobreza. Los pobres no son sujetos pasivos, sujetos de compasión y caridad, sino que debería ayudárseles a ser activos en su propia liberación luchando en contra de las instituciones reaccionarias, entre las cuales la jerarquía de la Iglesia católica ha tenido un lugar prominente, tanto en Argentina como en España.-

 

anticlericalismo2012

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19 mars 2013 2 19 /03 /mars /2013 11:38
Martes, 19 de marzo de 2013
¡Dios mío! > Opinión
Las Abuelas no cambiamos el discurso

Hace 35 años que salimos a la luz de una lucha. Buscábamos dos generaciones víctimas de una dictadura cívico-militar (1976-1983). Primero solas, con dolor, peligro, miedo y desconocimiento, pensábamos qué puertas golpear para que nos dijeran dónde estaban nuestro hijos y nuestros nietitos. Como la mayoría del pueblo argentino, católico por tradición, pensamos en la ayuda cristiana de nuestra Iglesia acompañando la búsqueda. Se trataba de sus fieles, a los que debía considerar hermanos.

Hoy, tantos años después, tenemos claro quién fue quién en la etapa del terrorismo de Estado y aun después. Descubrimos complicidad por acción u omisión. Sólo unos pocos magníficos prelados jugaron su vida dándonos protección y consuelo. Otros fueron asesinados.

Si hoy repasamos la historia, nunca cambiamos el discurso santificando con el olvido. Por el contrario, recordar, hacer un acto de contrición, pedir perdón, ayudar a la unidad con la Verdad, la Memoria y la Justicia es la respuesta más cristina y necesaria. No saldrá de nuestro corazón otro sentimiento por el bien del otro que soy yo. Que la Iglesia sea pobre y para el pobre, ¡pero que no existan pobres en el mundo!

Que el Santo Padre Francisco sea iluminado por el Espíritu Santo y nos ayude a encontrar a nuestros desaparecidos, porque la dulce mirada de María llorando a su Hijo nos acompañó siempre.

Somos Madres-Abuelas, no sentimos ni odio ni rencor, trabajamos en paz y sin calumnias. Quienes repasen nuestra historia de más de tres décadas comprobarán que no especulamos con el dolor, sólo arrastramos nuestra pesada cruz de la incertidumbre y de la ausencia de nuestros hijos y nietos, así como de sus 30.000 compañeros detenidos desaparecidos.

No cambiamos el discurso según la ocasión.-

 

* Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.-

 

 

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18 mars 2013 1 18 /03 /mars /2013 12:30

Lunes, 18 de marzo de 2013

La mayoría aprueba al nuevo papa, pero le pide que modifique la doctrina de la Iglesia, sobre todo en los temas sexuales
Cambios en espera
Por Raúl Kollmann

 

Un toque de argentinidad y el ingrediente de que los primeros gestos del papa Francisco cayeron muy bien. La conclusión: ocho de cada diez habitantes de Capital Federal y Gran Buenos Aires manifestaron su orgullo o alegría por la elección del cardenal Jorge Bergoglio como papa Francisco. Además, también una mayoría amplísima cree que el nuevo pontífice encabezará una etapa de cambios significativos y positivos en la Iglesia Católica y lo que se le pide, en primer lugar, es que pelee por un mundo más justo y que la Iglesia se acerque más a la gente. No todas son rosas: entre los reclamos de cambios doctrinarios, lo que aparece como prioritario es que la Iglesia acepte el uso de preservativo y hay una mayoría que considera que debe cambiar su actitud respecto de los homosexuales, que se permita que las mujeres ejerzan el sacerdocio y que sea suspendido el celibato de los clérigos.

Las conclusiones surgen de la encuesta exclusiva, realizada para Página/12 en los últimos días. El estudio fue hecho por la consultora Ibarómetro, que encabeza Doris Capurro, aunque este sondeo estuvo a cargo del sociólogo Ignacio Ramírez. En total fueron entrevistados, a través del teléfono, mil ciudadanos de Capital Federal y el primer y segundo cordón del Gran Buenos Aires. Se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. Los sociólogos consideran que en el interior del país la devoción religiosa es mayor, por lo cual la población encuestada es la que tiene una mayor proporción de personas indiferentes (19 por ciento) a lo religioso, como surgió del estudio que encabezaron en 2008 el Conicet y el profesor Fortunato Mallimaci.

“El impacto positivo provocado por la elección de Jorge Bergoglio como nuevo papa no debe leerse como el signo de una fiebre religiosa –señala Ramírez–, sino que deriva de la convergencia de dos elementos: en primer lugar, la pertenencia y orgullo relativo a la argentinidad puesta en valor y, en segundo lugar, la gestualidad reformista exhibida por Francisco en las primeras horas de su papado. Con relación al primer aspecto, el hecho constituye un fenómeno de identidad nacional, es decir transversal a las diversas identificaciones religiosas, orientaciones políticas o extracciones sociales.” En otras palabras, hubo un ingrediente de orgullo nacionalista y, al mismo tiempo, los primeros gestos sintonizan con los cambios que la mayoría plantea deben hacerse en la Iglesia y a nivel internacional. Son pocos los que conocen el debate sobre su relación con la dictadura y, en especial, sobre la suerte corrida por los dos jesuitas, Francisco Jalics y Orlando Yorio.

Además del orgullo y la alegría, la designación de Francisco puso en marcha también un sentimiento de optimismo, incluso respecto del país. Siete de cada diez personas dicen que la llegada de Bergoglio al pontificado va a tener un impacto positivo en el país, y muy pocos, apenas el cuatro por ciento, creen que habrá un impacto negativo.

El responsable de Ibarómetro considera que ese optimismo ya está hoy presente en los países de esta región: “La reacción favorable despertada en torno de Francisco obedece, entre otras causas, a que entronca con los procesos de cambio que se vienen dando en la región. En el Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), difundido por estos días, se habla de ‘El ascenso del Sur’, para describir el mejoramiento de los índices de desarrollo humano que vienen experimentando las sociedades latinoamericanas. El ascenso del Sur tiene, también, un componente político y simbólico, en una región cuyas mayorías vienen convalidando experiencias de gobierno que consideran reparadoras de históricas injusticias. Ese es el marco histórico, el clima político y cultural, de una región que reacciona con optimismo ante la elección de un papa latinoamericano, como episodio potencial para seguir apalancando transformaciones y ganando protagonismo”.

Buena parte de las opiniones van en el sentido de los procesos de los últimos años en nuestros países. Se le plantea a la Iglesia Católica que esté más cerca de la gente (86 por ciento), que sea menos conservadora (72 por ciento) y que se ponga más del lado de los países del Tercer Mundo (60 por ciento). Es decir posturas nítidamente progresistas formuladas por los encuestados como reclamos al nuevo papado.

Ramírez sostiene además que “las primeras señales emitidas sintonizan bien con las generalizadas expectativas de reformas que existen entre los argentinos en torno de la Iglesia Católica. Al respecto, un reciente estudio de Ibarómetro revelaba el extendido deseo de que la Iglesia Católica revise sus posturas frente a la ordenación de mujeres, a la homosexualidad, al celibato y al uso de preservativos. En este sentido, existe en la Argentina una atmósfera cultural desde la cual muchas actitudes y posiciones de la Iglesia resultan conservadoras”.

Es en este terreno en donde el nuevo pontífice parece muy lejano a cumplir con los reclamos de renovación doctrinaria: Francisco es considerado un conservador respecto de las posturas tradicionales de la Iglesia:

- Respecto del matrimonio igualitario dio una batalla significativa y calificó la iniciativa como “un plan del demonio”.

- También planteó un serio enfrentamiento con las iniciativas de educación sexual. Cuestionaba, por ejemplo, la intromisión del Estado en algo que, según sostuvo, debía estar en manos de los padres. Justamente la postura de la mayoría de los partidos políticos es que el Estado debe intervenir para evitar los embarazos no deseados y una vida más sana y plena.

- No hubo nunca declaraciones de Bergoglio respecto de temas urticantes como el celibato de los clérigos y el veto a que la mujer tenga posiciones de relevancia en la Iglesia. De hecho, no pueden ejercer el sacerdocio.

Sea como fuere, lo que prima inicialmente es el impacto producido después de que el cardenal Jean Louis Touran hiciera un enorme esfuerzo para anunciar que el nuevo pontífice era Jorge Mario Bergoglio. Hay algo de nacionalismo, del hecho de que un compatriota haya sido designado a cargo de una institución que siguen 1200 millones de personas. Y a eso se agrega, a los ojos de la mayoría, que el nuevo papa metió varios goles en los primeros minutos del partido.

raulkollmann@hotmail.com

 

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17 mars 2013 7 17 /03 /mars /2013 19:13
"Bergoglio fue parte del silencio cómplice de la Iglesia con la dictadura genocida" 
  x PTS 17/3/2013 
 
  Declaraciones de la abogada Myriam Bregman, que interrogó al papa Francisco I en un juicio por el destino de los desaparecidos

Myriam Bregman, abogada del CeProDH (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos), del PTS y de la querella en el juicio de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), se refirió a Jorge Mario Bergoglio, recientemente elegido por el Vaticano como Papa Francisco I.

Durante uno de los juicios a los militares genocidas de la ESMA (desarrollado entre los años 2010 y 2011), Bregman representó a Patricia Walsh, hija del periodista y escritor desaparecido Rodolfo Walsh, y tuvo la oportunidad de interrogar al entonces arzobispo primado de Buenos Aires Jorge Bergoglio. Fue una de las abogadas que exigió al Tribunal que lo cite a declarar en calidad de testigo a partir de la denuncia hecha por la catequista María Elena Funes, quien lo acusó de facilitar el secuestro de los curas jesuitas Francisco Jalics y Orlando Yorio, que integraban la misma orden que Bergoglio. Sobre aquel suceso, la abogada relató:

“Contrariamente a la imagen que hoy se da de él como una persona humilde, Bergoglio no tuvo empacho en utilizar todos los privilegios que le daba su investidura, negándose a ir a declarar como cualquier persona a los Tribunales, por lo que se hizo trasladar todo el juicio a la sede de la Curia en Buenos Aires y tuvimos que hacer el interrogatorio allí mismo. Durante su declaración, el hoy Papa contestó con evasivas y contradijo lo que había dicho la testigo anterior. Trató de hacer una defensa formal de su accionar durante el período que duró el secuestro de los curas jesuitas por parte de los militares, afirmando que al enterarse que habían sido secuestrados se lo informó a sus superiores. Hizo también algunas afirmaciones muy graves, como que dos o tres días después de haberse perpetrado este secuestro él ya sabía que estaban en la ESMA. Algo que hasta el día de hoy ni muchas Madres de Plaza de Mayo saben respecto de sus hijos, a pesar de su intensa búsqueda. ¿Cómo se enteró? Relató que se entrevistó con Videla y Massera, pero bastante tiempo después. También reconoció que cuando Jalics y Yorio fueron liberados le contaron que quedaba gente secuestrada en la ESMA, y aun así hizo nada”.

Pero lo que recuerda con mayor detalle la abogada Myriam Bregman de aquel interrogatorio es cuando le preguntó sobre la apropiación de bebés durante la dictadura: “Jamás olvidaré la cara que puso Bergoglio cuando le preguntamos por los niños apropiados. Contestó que se había enterado hace poco, hace unos diez años, o sea, en el 2000, cuando toda la sociedad sabía de la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo al menos desde el año 1983, y algunos familiares de La Plata afirman que [Bergoglio] conoce el caso de Ana Libertad Baratti de La Cuadra desde 1977”.

Por último, Bregman señaló: “La actitud reticente de Bergoglio a contestar y lo acotado de sus respuestas en aquel entonces tuvo coherencia con la línea de silencio y ocultamiento adoptada por la jerarquía eclesiástica durante todos los años posteriores a la dictadura, negándose sistemáticamente a aportar los archivos y documentos con que cuentan. Es parte de la política de la cúpula de la Iglesia Católica, que bendijo y colaboró directamente con la dictadura iniciada en Argentina en 1976. No me extraña que a sacerdotes como Christian Von Wernich
, que están condenados por ser autores del genocidio, del plan de tortura y exterminio de la dictadura, no se los haya excomulgado y puedan seguir dando misa como cualquier otro cura. Lo mismo sucedió con el cura Grassi, condenado por abusar de niños, y por cuya expulsión la Iglesia que Bergoglio comandaba hasta ayer no movió un dedo. Nadie puede negar que el hoy Papa Francisco I encubrió a genocidas y pederastras en las filas de la Iglesia”.-

Iglesia Catolica de Hoy
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17 mars 2013 7 17 /03 /mars /2013 14:08

Domingo, 17 de marzo de 2013

EL NUEVO PAPA GENERA EXPECTATIVAS DE CAMBIO, PERO SUS ANTECEDENTES SON CONSERVADORES
Los límites de la reforma
Pensar la gestión de Francisco implica no distraerse con sus gestos de sencillez e informalidad, y pensar en sus antecedentes en la Argentina. Lo que indica que no habría cambios profundos en el rumbo de la Iglesia.
Por Washington Uranga
Imagen: EFE.

Los primeros pasos, y sobre todo, los gestos del papa Francisco siguen generando expectativas y muchas preguntas respecto de cuál será su accionar en el futuro, cuál su programa de gobierno en la Iglesia Católica de todo el mundo. Una mirada a los antecedentes del propio Jorge Bergoglio llevaría a pensar que si continúa, como es esperable, con los mismos lineamientos de su acción en la Argentina y en Buenos Aires, no habría que esperar cambios significativos en el rumbo de la Iglesia. Lo lógico y esperable a la luz de los antecedentes es que Bergoglio reafirme las grandes orientaciones doctrinales que ha seguido la Iglesia en los últimos tiempos y que fueron ejecutadas por sus antecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI. ¿Por qué entonces su designación despierta expectativas de renovación alentadas incluso por figuras importantes de la llamada Teología de la Liberación?

En primer lugar esto ocurre, seguramente, porque el estilo de Bergoglio como Papa se aparta en mucho de sus anteriores. Le devolvió “humanidad” al papado rompiendo con el protocolo y generando, con mucha inteligencia, gestos de proximidad a la gente y enviando señales al interior de la Iglesia para indicar que quiere promover cambios, que quiere encontrar la manera de dar respuesta a los desafíos que hoy se le plantean al catolicismo y a la institución.

Una demostración de lo anterior fue el incidente que protagonizó con el cardenal estadounidense Bernard Law, acusado de haber encubierto a unos 250 curas pederastas entre 1984 y 2002, cuando fue arzobispo de la diócesis de Boston, en Estados Unidos. Bergoglio y Law, que renunció a su diócesis después de haber recibido las acusaciones de encubrimiento, se cruzaron en la Basílica Santa María la Mayor, en Roma, donde el estadounidense es arcipreste emérito. El norteamericano vio al Papa, lo saludó y siguió su camino. De inmediato, relatan testigos, Bergoglio dijo a sus colaboradores: “No quiero (por Law) que frecuente más esta basílica”.

Al margen de los gestos públicos, que pueden ser parte de una estrategia para instalar su figura en el inicio del pontificado, actitudes como la relatada podrían indicar que Bergoglio está dispuesto a tomar firmemente las riendas de la institución eclesiástica poniendo límites a los desa-guisados y, si es necesario, sacando del juego a quienes tienen conductas que a su juicio se contradicen con la doctrina y la moral que la misma Iglesia predica.

Pero volviendo a la pregunta con la que iniciamos esta nota. Dada su tradición conservadora, ¿se pueden esperar cambios importantes de Bergoglio en su condición de pontífice?

El suizo Hans Küng, quien fuera uno de los teólogos más importantes del Concilio Vaticano II hace medio siglo, compañero en esa tarea de Joseph Ratzinger y luego duro crítico de la acción de éste cuando estuvo al frente de la Congregación de la Doctrina de la Fe y luego como papa, ha dicho que Francisco “asumirá una posición más reformista que la del papa anterior (Benedicto XVI)” y que “no hará una revolución, sino que realizará reformas lentamente”.

En declaraciones al diario O Globo de Brasil, y para explicar lo anterior, Küng utilizó una comparación y dijo que Bergoglio cumplirá en la Iglesia Católica una tarea semejante a la que desempeñó Mijail Gorbachov en la Unión Soviética de los años ochenta. “El (por Gorbachov) no hizo una revolución, sino que introdujo reformas que corrigieron los errores que había antes. Lo mismo espero de Bergoglio, aun cuando no haga una revolución, para no dividir la Iglesia, él empezará a introducir reformas.”

Otros dentro de la Iglesia sostienen que bastaría que Francisco retome los lineamientos del Concilio Vaticano II y los lleve a la práctica para que muchas cosas en la Iglesia cambien, se modifiquen sustancialmente. Se trata de grandes orientaciones nacidas hace medio siglo, cuya implementación inició el papa Paulo VI (1963-1978) y que luego fueron congeladas o revertidas por Juan Pablo II y Benedicto XVI.

No deja de llamar la atención también las opiniones y la carta de crédito abierta por reconocidos teólogos de la liberación latinoamericanos como los brasileños Leonardo Boff, Frei Betto y Oscar Beozzo. En términos conceptuales y prácticos, Bergoglio se ubica en la acera opuesta de la Teología de la Liberación que ha sido discutida y condenada en más de una ocasión por diferentes estamentos de la Iglesia institucional. Es más. La presencia de Boff en la Argentina fue cuestionada en más de una ocasión por la jerarquía de la Iglesia ya en tiempos en los que Bergoglio tenía una voz importante de mando. Sin embargo Boff rescata ahora el hecho de que Bergoglio haya elegido el nombre de Francisco para su pontificado porque “Francisco no es un nombre, es un proyecto de Iglesia, pobre, sencilla, evangélica y desprovista de todo poder”. Y agregó que “Francisco fue obediente a la Iglesia y a los papas, pero al mismo tiempo siguió siempre el camino con el Evangelio de la pobreza en la mano”.

El teólogo brasileño dijo también que con los gestos realizados hasta ahora el nuevo papa quiere “presidir en la caridad”, dejando de lado la condición de “monarca absoluto, revestido de poder sagrado” y dándole “centralidad al Pueblo de Dios”. Y destaca el hecho de que Bergoglio “viene del Gran Sur, donde están los más pobres de la humanidad y donde vive el 60 por ciento de los católicos” para asegurar que “con su experiencia como pastor, con una nueva visión de las cosas, desde abajo, podrá reformar la curia, descentralizar la administración y dar un nuevo rostro creíble a la Iglesia”.

Una pregunta que alguien podría hacerse es si Boff, quien fue sancionado por sus ideas por Juan Pablo II y a iniciativa de Ratzinger, y terminó abandonando el sacerdocio católico, está en realidad expresando un punto de vista respecto de lo que cree que hará Bergoglio, o bien está exponiendo su mirada para, del modo que sea, marcarle un plan de acción al nuevo papa. O quizás todo se reduzca a una expresión de deseo y a extender una carta de crédito a la espera de los hechos. No lo aclara el propio Boff. Y tampoco parece probable que Francisco lo convoque como su asesor... por lo menos en lo inmediato.

Pero Boff no es el único que ha puesto a circular opiniones en este sentido. Frei Betto, otro teólogo a quien se ha conocido en el mundo entre otros motivos por su muy estrecha amistad con Fidel Castro, presentó sus reparos respecto de la trayectoria eclesiástica y política de Bergoglio. Sin embargo, dijo que “San Francisco de Asís (de quien el Papa tomó el nombre, según él mismo lo confirmó ayer en audiencia pública con los periodistas) es símbolo de la opción por los pobres y la ecología” y eso significa que Bergoglio “tiene conciencia de que hay que reformar la Iglesia”. Agregó que “tengo muchas esperanzas de que este hombre (por Bergoglio) sea coherente con la inspiración de san Francisco de Asís”. Aunque recogió también otra preocupación que está presente en algunos círculos políticos y eclesiásticos: “América latina es ahora, con sus gobiernos progresistas, un problema para el sistema y para la Casa Blanca. Espero que esta elección no sea una nueva estrategia del neoliberalismo para América del Sur, para combatir los procesos de Chávez, Cristina, Correa, Evo, Lula y otros”.

En declaraciones hechas a la televisión brasileña José Oscar Beozzo, sacerdote católico, teólogo de la liberación e historiador, se expresó en términos similares a los anteriores. Subrayó la importancia que se le da al hecho de que Bergoglio haya elegido el nombre de Francisco y dijo que esto implica en sí mismo un programa de gobierno para que la Iglesia “vuelva a ser servidora y pobre, que tenga una apertura al mundo musulmán y que adquiera una perspectiva ecológica” que estuvo presente en el santo de Asís. Y se declaró feliz “porque la agenda de la iglesia latinoamericana entre en la iglesia mundial”.

Sin duda Bergoglio es un exponente de la Iglesia latinoamericana actual. Fue una de las figuras clave de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Aparecida (Brasil), en el 2007. Allí fue reconocido por sus pares del continente y fue uno de los principales redactores del documento final. Hay quienes señalan que fue allí donde Bergoglio generó gran parte de su prestigio e inició realmente su camino al pontificado.

Pero es claro que esta Iglesia latinoamericana actual está muy lejos de la Iglesia renovadora y posconciliar de Medellín (1968) y Puebla (1979) ocasiones en las se sintió con fuerza la influencia de los teólogos de la liberación y en las que se ratificó con firmeza la “opción por los pobres”. Esta Iglesia latinoamericana actual, que no abandona el reclamo por la justicia, que insiste en la paz y la atención a los pobres y a los desvalidos, usa más la palabra reconciliación que la palabra liberación, y está más preocupada por recuperar el espacio que el catolicismo pierde en la sociedad y por preservar los valores católicos en la cultura, que por su cercanía y alianza con los movimientos sociales y populares. Esa es la Iglesia que representa Bergoglio y la visión que llevará al pontificado. Aun así, vista la situación actual de la Iglesia universal, la perspectiva latinoamericana introduciría un cambio significativo en la Iglesia mundial.

“Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, dijo ayer Francisco al reunirse con los periodistas, para sumar un gesto más en la línea de los que viene suscitando desde que asumió el pontificado. Y ratificó, para quitar cualquier duda, que eligió su nombre por Francisco de Asís, “un hombre de paz, el hombre de la pobreza, que ama y mantiene lo creado” en clara alusión a una perspectiva ecológica. En esa misma audiencia Bergoglio se autoadjudicó el papel de “reformador” pero lo completó con un rasgo que es parte de su discurso tradicional: “La Iglesia, aunque es una institución humana no tiene naturaleza política, sino que es esencialmente espiritual. Es el Pueblo de Dios, el santo Pueblo de Dios, que camina al encuentro con Jesucristo”.

Todo parece indicar que Bergoglio cumplirá la tarea de ser un reformador, no un revolucionario, en la Iglesia. Esa reforma podría conducir a la puesta en práctica de muchas de las decisiones que se adoptaron en el Concilio Vaticano II y que quedaron en el olvido. Para muchos esto no bastará, será claramente insuficiente dada la velocidad de los cambios. Para otros, si esto se concretara, podría ser la forma de sentar las bases para que se abrieran las puertas a la renovación, incluso para permitir que germinen otras ideas, otras miradas. Para otros, los más pesimistas, será la manera de cambiar algo, de manera superficial, para que todo quede como está.

En cualquier caso habrá que esperar los próximos pasos del nuevo papa y analizar cada nombramiento, cada gesto, cada decisión, además de sus discursos y declaraciones. Si es fiel al estilo que lo ha caracterizado en su ejercicio episcopal, Bergoglio no producirá hechos espectaculares, cambios abruptos. Tomará decisiones –tiene la mano firme– y las traducirá en normas, designaciones, lineamientos.

Una de las primeras tareas que parecen inevitables será la reforma de la curia romana, del gobierno central de la Iglesia. Allí encontrará, sin duda, fuertes resistencias. Bergoglio no fue el candidato preferido por los curiales ni tampoco por los italianos. Ni Angelo Sodano (ex secretario de Estado de Juan Pablo II) ni Tarcisio Bertone (ex secretario de Estado de Benedicto XVI) tenían a Bergoglio como candidato. Querían a un italiano (¿Scola?) que le diese continuidad a la forma de manejo de la curia y que no insistiese en investigar en los casos de corrupción y mal manejo. Todo indica, por el contrario, que una de las razones por las que se escogió a Bergoglio es por su fama de hombre prolijo, buen administrador y apegado a las normas, para que investigue y tome decisiones. Con esas cualidades la reforma de la conducción de la Iglesia parece una de las primeras tareas. Tan importante como inevitable.

Si lo intenta tendrá que dar muchas batallas internas y vencer resistencias importantes. Una clave será entonces los nombramientos que realice, en particular el del nuevo secretario de Estado.

Pero la reforma de la Iglesia pasa también por una forma más colegiada de gobierno, compartida por el Papa con los obispos y cardenales. Algunos mensajes en ese sentido ya mandó Francisco y una decisión en esa línea estaría en consonancia con la idea de retomar el Concilio Vaticano II. Esto implicaría más consulta, más participación en las decisiones por parte de los episcopados nacionales. Desde su condición de arzobispo de Buenos Aires y de presidente de la Conferencia Episcopal Argentina Bergoglio discutió con Roma para defender su autonomía. Ganó y perdió. Nunca se desacató. Pero también ha sido inflexible en mantener el poder y su propia autoridad. Tomó decisiones e impuso sus puntos de vista. Nunca permitió indisciplinas. Es difícil saber qué hará desde el pontificado.

Se abren muchas posibilidades y son numerosos los aspectos para tener en cuenta. Otros rescatan que en su actuación en Argentina el cardenal Bergoglio fue un gran impulsor del diálogo inter religioso, una carencia notable y un retroceso grave en los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Esta podría ser también una característica de la acción de Bergoglio como papa.

El Vaticano no es una potencia mundial, pero es una referencia política importante en el diálogo con las potencias. En distintas situaciones ha quedado demostrado que su poder de interlocución y de lobby es significativo. Bajo la gestión de Bergoglio como un papa que predica la justicia internacional y la defensa de los pobres ¿tendrá el Vaticano una presencia más protagónica en los organismos internacionales para reclamar mayor justicia? Uno de los calificados voceros de la Iglesia en la materia es el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga. Un llamado a este arzobispo para participar del gobierno central de la Iglesia podría estar dando un indicio en este sentido.

También se maneja la posibilidad de que Francisco convoque a un concilio, una gran asamblea de los obispos de todo el mundo, para estudiar los problemas, buscar alternativas. Puede ser también una forma de vencer las resistencias al cambio. Pero, claro está, este hecho también puede limitar el poder del Papa. ¿Recurrirá Bergoglio a esta instancia aun a riesgo de autolimitarse? Si uno atendiera a su historia reciente la respuesta debería ser que no.

Lo que sí está claro es que Francisco está decidido a “humanizar” la figura del papa, a entablar otro tipo de relaciones con la gente, con el pueblo, hablando un lenguaje comprensible para todo el mundo, acercarse a los problemas y a las inquietudes de los fieles. Para hacerlo, Bergoglio tiene la “escuela de la calle” porteña, su caminar en los barrios, escuchando y dialogando. Seguramente esto no basta, incluso puede resultar no más que un maquillaje, pero hará a la Iglesia y al Papa más “amigables” para la gente. Para lo demás, respecto de lo aquí planteado y de otros muchos temas que han quedado por fuera, habrá que aguardar a que los hechos desplacen y den por tierra con las especulaciones.-

 

 

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papa francisco

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17 mars 2013 7 17 /03 /mars /2013 14:05

Domingo, 17 de marzo de 2013

ESCENARIO
Dudas
Por Santiago O’Donnell
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Cuando escuché el anuncio me sorprendí pero no me alegré. Bergoglio Papa. Primer Papa americano, primer Papa latinoamericano, primer Papa jesuita, en fin, lo que ya todos sabemos. No sabía qué pensar. Prendí la tele y lo vi con la cruz de hierro y el nombre Francisco pidiendo la bendición de la multitud antes de darles la suya. Ok, arrancó bien, quién te dice, podría ser un buen Papa.

Camino al trabajo prendí la radio y escuché a toda esa gente que lo conocía hablar de su humildad, de su austeridad, de cómo les lavaba los pies a los paqueros en la villa, de cómo les llevaba consuelo a los chicos enfermos de cáncer en el Garrahan, que anda en colectivo, que no va a cenas paquetas, que vive en un departamentito frente a la Catedral. No sabía todo eso y me gustó.

Después llegué a mi diario, donde muchos de los periodistas y lectores no simpatizamos con Bergoglio, en mi caso, por su activa participación en la política y su falta de compromiso durante la dictadura.

Lo primero que hice fue googlear las denuncias de Horacio Verbitsky que lo acusan al Papa de haber entregado a los sacerdotes Yorio y Jalics. Y ahí estaban, tan bien documentadas como yo las recordaba, tanto que me había convencido de que, después de esos artículos, Bergoglio nunca sería elegido Papa. También, el reconocimiento en ese mismo trabajo de que Bergoglio nunca había sido un colaborador activo de la dictadura y que el mismo Bergoglio les había pagado los pasajes a los curas cuando finalmente pudieron salir del país.

Lo que hizo ruido entonces sigue haciendo ruido ahora. En un punto no importa si fue mucho o poco lo que hizo a favor o en contra de Yorio o Jalics, y está claro que muchos hicieron cosas peores en esos años. Pero leyendo esos textos y la reacción que tuvo Bergoglio, mi sensación es que pudo haber hecho más, que pudo haber estado mejor, y que no se hace cargo. Ni como jefe de los jesuitas, ni como obispo de Buenos Aires, ni como jefe de los obispos argentinos, ni ahora como Papa. Ante un tema difícil y doloroso, donde hay una investigación seria sobre personas verdaderas que merecen al menos una respuesta digna, contestó con negaciones y evasivas. Más aún, ese no hacerse cargo remite a un no hacerse cargo de la Iglesia Católica argentina.

En esta Iglesia, por ejemplo, el sacerdote Christian Von Wernich sigue dando misa. Condenado por crímenes de lesa humanidad en 34 secuestros, 37 casos de tortura y siete homicidios calificados, crímenes cometidos en ejercicio de su sacerdocio, escondido y protegido por la Iglesia argentina hasta que lo encontraron dando misa en Chile, preso en el penal de Carlos Paz junto a otros asesinos seriales de la dictadura, Von Wernich sigue dando misa. Bergoglio nunca lo sancionó. Así como el cardenal Aramburu suspendió las licencias sacerdotales de Yorio y Jalics pocos días antes de que los chuparan, el cardenal Bergoglio nunca suspendió ni un día la licencia sacerdotal de Von Wernich.

Entiendo que el tema sea difícil para el Papa, que el marxismo y la Teología de la Liberación no le despierten simpatía, que incluso vea detrás de esas corrientes de pensamiento a enemigos de Dios. Las Madres y las Abuelas dicen que no se acercó a ellas del mismo modo en que acompañó a las víctimas de Cromañón y la Tragedia de Once, o a los curas villeros. Antes y ahora ellas le piden que abra los archivos de la Iglesia para ayudar en la búsqueda de los nietos y de los desaparecidos.

Bergoglio tiene un buen corazón. Lo dijeron en estos días iconos universales de la defensa de los derechos humanos como Miguel Esteban Hesayne, Adolfo Pérez Esquivel y Leonardo Boff, y muchos activistas valientes y comprometidos que conocieron a Bergoglio durante los años de la dictadura.

Por eso, después de alegrarme con los primeros gestos de Bergoglio como Papa, me sorprendí el viernes pasado al leer el comunicado del vocero del Vaticano, Federico Lombardi, acusando a Página/12, aunque sin nombrar a este diario, de ser “una publicación que lanza, a veces, campañas calumniosas y difamatorias”. Lo hizo en respuesta a los artículos de Verbitsky, que esta semana fueron levantados por buena parte de la prensa más prestigiosa y respetada del mundo.

Mi primera reacción fue pensar que había sido maldecido por el Papa. Que alguien con tanto poder relacione a tu lugar de trabajo con la calumnia y la difamación es fuerte. Más cuando se trata de un medio que, como todo medio, depende de su credibilidad para ser viable. Con tantas cosas para corregir y denunciar en la Iglesia y en el mundo de las que podía haber elegido el Papa, ¿justo tenía que empezar corrigiendo y denunciando a sus denunciantes, y encima haciéndolo desde la descalificación?

Más tranquilo, debí reconocer que –en lo que a mí me respecta– el Papa tiene razón. También, que sus palabras me habían dolido por demás porque él me había puesto el dedo en la llaga.

Difamar (RAE): “Desacreditar a alguien, de palabra o por escrito, en contra de su buena opinión o fama”. Confieso que no sólo en la parte que es casi inherente al trabajo periodístico, muchas veces exageré a sabiendas, se me escapó un adjetivo hiriente o sugerí algo que no me consta, ya sea para reforzar mis argumentos, por soberbio o para quedar bien.

Calumniar (RAE): “Atribuir falsa y maliciosamente a alguien palabras, actos o intenciones deshonrosas”. Esta es más difícil. No recuerdo o no me permito creer que haya calumniado conscientemente desde esta publicación o alguna otra, pero he faltado a la verdad al omitir datos de la realidad que no pude o no quise ver porque no tuve suficiente compromiso con mi palabra.

Hago mea culpa. Y desde acá le deseo al papa Francisco todo lo mejor.-

 

sodonnell@pagina12.com.ar

 

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17 mars 2013 7 17 /03 /mars /2013 13:56
Vicky Peláez
Columna semanal por Vicky Peláez

“Que siempre por señales o razones se suelen descubrir las intenciones”  (Alonso de Ercilla y Zúñiga, 1533 – 1594)

 

El humo blanco que emanó de la Capilla Sixtina, anunciando la elección del  nuevo Papa, en este caso al arzobispo de Buenos Aires, jesuita Jorge Mario Bergoglio quien eligió el nombre de Francisco como expresión de humildad y sencillez que supuestamente caracterizará su pontificado, llenó de júbilo a Latinoamérica.

Sus primeros gestos y palabras revivieron una esperanza entre los creyentes sobre la posibilidad de renovación de la institución. Sin embargo, es demasiado temprano para hacer pronósticos hacia el futuro teniendo en cuenta la trayectoria de la Iglesia católica en casi dos mil años de  existencia.

 

La historia de la Iglesia Católica ha estado ligada implícita y tácitamente con los poderes económicos, políticos y financieros de cada época para así cumplir su función ideológica – espiritual  y mantener a la población disciplinada y obediente al orden establecido por la clase dominante de turno. De esta manera se ubicaba hábilmente en cada espacio y tiempo que le tocaba.

En la historia moderna es harto conocido el rol del Papa Pío XII, que lideró el Vaticano de 1939 a 1958, en la lucha contra los países llamados comunistas. Esto explica su colaboración con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial y simultáneamente con los aliados, convirtiéndose en el Papa de la Guerra Fría al finalizar la guerra.

En el año 1948 Pío XII  anunció que cualquier católico italiano que apoyara a los candidatos  comunistas en las elecciones parlamentarias de ese año, sería excomulgado e instó a Azione  Cattolica para que apoyara al Partido Demócrata Cristiano creado financiado por los norteamericanos en los primeros años de postguerra.

Su sucesor Juan XXIII llamado “el Papa Bueno”  tuvo que contestar a otros desafíos durante su papado que duró de 1958 a 1963. Era la época del despertar del Tercer Mundo  cuyo resultado fue  el surgimiento de un fuerte movimiento anticolonialista en África y  la diseminación de las ideas revolucionarias en América Latina inspiradas por la revolución cubana. Juan XXIII tuvo que asumir el rol de un papa transitorio, tratando de adaptar a la iglesia a las necesidades de ese tiempo. Nombró cardenales africanos y dio su   propósito de no perder futuras generaciones de creyentes.

 

En realidad, lo que sabemos ahora como las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) nacieron en su papado cuando los sacerdotes y laicos, que creyeron inocentemente en la sinceridad de la Iglesia, se identificaron con los pobres y entraron a vivir en los barrios populares y los pueblos campesinos formando sindicatos y organizaciones populares.

No sabían que fue una maniobra del Vaticano de desviar el movimiento guerrillero que tomaba la fuerza. Precisamente en este período el capellán auxiliar de la Universidad Nacional de Colombia, Camilo Torres Restrepo unió el fusil y evangelio enrolándose en el movimiento guerrillero colombiano Ejército de Liberación Nacional.

El Papa Pablo VI que dirigió el Vaticano de 1963 a 1978 reabrió el Concilio de Vaticano II pero ya en condiciones del avance de la contrarrevolución y golpes de Estado en América Latina.  Los jerarcas de la Iglesia Católica  asumieron entonces una posición dubitativa, conciliadora y frecuentemente colaboradora con las dictaduras militares.

Los partidarios de la Teología de la Liberación fueron perseguidos por los gobiernos dictatoriales mientras la Iglesia Católica no se atrevía a pronunciarse en defensa de los derechos humanos.

El siguiente Papa Juan Pablo I tuvo solamente 33 días al cargo del papado pero ya en este corto  período su frase, “Dios es padre y más aún la madre”, produjo revuelo en el Vaticano.

Murió misteriosa y repentinamente llegando al poder eclesiástico Juan Pablo II, uno de los más destacados luchadores contra el socialismo en Europa. La elección del polaco Karol Wojtyla como pontífice se debió a la importancia estratégica de la región para los que empezaron a llamarse los globalizadores.

Dio por terminada la Teología de la Liberación y silenció a sus más destacados representantes. Nadie olvida en Latinoamérica que en este tiempo, Juan Pablo II le dio la espalda a Monseñor Arnulfo Romero quien murió baleado durante la misa en El Salvador, junto a él docenas de sacerdotes y monjas que abrazaban la Teología de la Liberación en Centro América fueron muertos y desaparecidos.

El presidente de  los Estados Unidos Ronald Reagan coordinó con este papa el plan del desmantelamiento del bloque socialista y suministró dinero necesario para hacerlo. El pontífice hizo alianza con los más ricos y poderosos del planeta  y cerró los ojos a la corrupción  y a la pedofilia que llegaron a los extremos durante su papado entre 1978 y 2005. Entre otros, todavía está presente la bendición que le dio públicamente al dictador Augusto Pinochet.

 

Benedicto XVI fue elegido por la jerarquía católica como un pontífice transitorio para que diera continuidad al pontificado de Juan Pablo II y para que tomara medidas necesarias para mantener el “status quo” de la iglesia, postergando la modernización y la apertura,  que era el clamor de  los creyentes.

No pudo cumplir con esta tarea como tampoco parar las intrigas, malversación de fondos, lavado el dinero,  lujuria  y el abuso sexual de los clérigos denunciado en Vatileaks.

La crisis de la Iglesia obligó a la curia romana a buscar un nuevo Papa transitorio para dar una imagen de austeridad y humildad en la institución católica.

La designación del cardenal argentino Jorge Bergoglio como el Papa Francisco también es una necesidad del Vaticano,  parte del poder mundial globalizado, para solidificar su posición en América Latina que  cada año está adquiriendo una mayor importancia estratégica en el planeta.

Y no se trata solamente de sus abundantes recursos naturales y su capacidad de tomar medidas para no contagiarse de la crisis que está sumergiendo en la desesperación a la Unión Europea y a los Estados Unidos, sino de sus procesos de integración y transformaciones sociales y económicas  que hacen peligrar el actual Orden Mundial Globalizado establecido por las transnacionales.

La Iglesia católica, igual como la única superpotencia en el mundo, ha descuidado a Latinoamérica donde está creciendo cada vez más la simpatía y el apoyo al proyecto del Socialismo del Siglo XXI como alternativa al neoliberalismo impuesto por los globalizadores iluminados. Ahora llegó el momento para hacer todo lo posible y parar este proceso, les es urgente hacer  retornar a las ovejas descarriadas del ALBA, UNASUR y CELAC  hacia su antiguo amo que está añorando  recuperar el poder sobre su “patio trasero” perdido.

© AFP/ Vincenzo Pinto

 

Un Papa jesuita es ideal para esta misión. Durante el pontificado de Juan Pablo II y del Benedicto XVI,  el Vaticano fue dominado por el poder financiero del Opus Dei  que sin embargo no tuvo el poder político internacional de la Compañía de Jesús.

En los Estados Unidos, varios directores de la CIA y del Departamento de Defensa han sido jesuitas: William Casey (director de la CIA 1981-1987), Robert Gates (CIA 1991-1993, Secretario de Defensa 2006-2011), George Tenet (CIA 1997-2004), Leon Panetta (CIA 2009-2011, Secretario de Defensa 2011-2013), John Brennan- el actual director de la CIA. En realidad esta lista podría ser infinita pero esto pertenece a otro tema.

Lo que nos interesa es hacia donde irá en su gestión el Papa Francisco. Es considerado como un sacerdote serio, austero y humilde. Ha vivido siempre en un modesto departamento, el mismo  cocinaba su comida, tomaba el transporte público en Buenos Aires. Lavaba pies a los leprosos y a los enfermos de la SIDA. También hablaba de la necesidad de poner fin a la pobreza, pero al mismo tiempo no escatimó sus esfuerzos para oponerse a los programas sociales progresistas de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández pero al mismo tiempo defendió ardorosamente las reformas neoliberales de Carlos Menem que llevaron al país a un colapso económico.

Retornando al pasado, el archivo fotográfico lo muestra junto con el ex presidente Rafael Videla durante la dictadura militar (1976-1983) dándole  comunión al hombre acusado en desaparición de 30,000 personas. El periodista argentino Horacio Verbitsky pone en duda en su libro “La mano izquierda de Dios. La última dictadura (1976-1983)” las actuales declaraciones de Francisco sobre su desconocimiento sobre la represión durante la dictadura militar.

El sacerdote Bergoglio fue acusado inclusive de ser colaboracionista de la represión militar a los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics quienes le imputan  haberlos entregado a los militares así como la desaparición de varios catequistas que trabajaban en la villa miseria de Flores en 1976.  Debido a esta denuncia el cardenal fue llamado a declarar en la “Causa ESMA” ante el Tribunal Federal № 5. Yorio y Jalics sostienen que Bergoglio les quitó la protección de la Compañía de Jesús al negarse ellos su orden de abandonar el trabajo social. Los dos fueron secuestrados en 1976 al perder el apoyo eclesiástico y fueron torturados en la ESMA durante seis meses. Posteriormente les drogaron y dejaron en un descampado en afueras de Buenos Aires. Los dos lograron sobrevivir su martirio pero nunca perdonaron al provincial de la Compañía de Jesús su traición.

Las Madres de la Plaza Mayo, organización que luchó durante décadas para dar con el paradero de miles de desaparecidos, pidiendo ayuda entre otras muchas a la iglesia,  declararon hace unos días que para ellas era difícil aceptar que un “hombre de esa naturaleza este sentado en la silla papal”.

Por supuesto, todos estos antecedentes del Papa Francisco, de modales finos y de actuar duro contra sus adversarios serán ignorados y tapados por los medios globalizados de comunicación pero quedarán sin duda alguna en la conciencia de la curia romana y en la del pontífice que es de acuerdo a Víctor Hugo, “la presencia de Dios en el hombre” y que es a la vez  testigo, fiscal y juez.-



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© RIA Novosti.
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17 mars 2013 7 17 /03 /mars /2013 12:39

Domingo, 17 de marzo de 2013

FRANCISCO SE DESPRENDE DE JORGE MARIO BERGOGLIO
Cambio de piel
La primera conferencia de prensa del vocero del papa Francisco fue para desprenderse de Jorge Mario Bergoglio, acusado por la entrega de dos sacerdotes a la ESMA. Como los testimonios y los documentos son incontestables, el camino elegido fue desacreditar a quien los difundió, señalando a este diario como izquierdista. Las tradiciones se conservan: es lo mismo que Bergoglio dijo de Jalics y Yorio ante quienes los secuestraron.
Por Horacio Verbitsky

En su primer encuentro con la prensa luego de la elección del jesuita Jorge Mario Bergoglio como Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana, su vocero también jesuita Federico Lombardi descartó como viejas calumnias de la izquierda anticlerical, difundidas por un diario caracterizado por las campañas difamatorias, las alegaciones sobre el desempeño del ex provincial de la Compañía de Jesús durante la dictadura argentina y sobre todo, el papel que desempeñó en la desaparición de dos sacerdotes que dependían de él, Orlando Yorio y Francisco Jalics. Al mismo tiempo, medios y políticos argentinos de oposición incluyeron la nota “Un ersatz”, publicada aquí al día siguiente de la elección papal, entre las reacciones del kirchnerismo por la entronización de Bergoglio. También un sector del oficialismo prefirió aclamarlo como “Argentino y peronista” (la misma consigna con que cada septiembre se recuerda a José Rucci) y negar los hechos incontestables.

La reconciliación

Desde Alemania, donde Jalics vive retirado en un monasterio, el provincial jesuita germano dijo que el sacerdote se había reconciliado con Bergoglio. En cambio el anciano Jalics, hoy de 85 años, aclaró que se sentía reconciliado con “aquellos acontecimientos, que para mí son asunto terminado”. Pero aún así reiteró que no haría comentarios sobre la actuación de Bergoglio en el caso. La reconciliación, para los católicos, es un sacramento. En palabras de uno de los mayores teólogos argentinos, Carmelo Giaquinta, consiste en “perdonar de corazón al prójimo por las ofensas recibidas” 1, con lo cual sólo indica que Jalics ya perdonó el mal que le hicieron. Esto dice más de él que de Bergoglio. Jalics no niega los hechos, que narró en su libro Ejercicios de meditación, de 1994: “Mucha gente que sostenía convicciones políticas de extrema derecha veía con malos ojos nuestra presencia en las villas miseria. Interpretaban el hecho de que viviéramos allí como un apoyo a la guerrilla y se propusieron denunciarnos como terroristas. Nosotros sabíamos de dónde soplaba el viento y quién era responsable por estas calumnias. De modo que fui a hablar con la persona en cuestión y le expliqué que estaba jugando con nuestras vidas. El hombre me prometió que haría saber a los militares que no éramos terroristas. Por declaraciones posteriores de un oficial y treinta documentos a los que pude acceder más tarde pudimos comprobar sin lugar a dudas que este hombre no había cumplido su promesa sino que, por el contrario, había presentado una falsa denuncia ante los militares”. En otra parte del libro agrega que esa persona hizo “creíble la calumnia valiéndose de su autoridad” y “testificó ante los oficiales que nos secuestraron que habíamos trabajado en la escena de la acción terrorista. Poco antes yo le había manifestado a dicha persona que estaba jugando con nuestras vidas. Debió tener conciencia de que nos mandaba a una muerte segura con sus declaraciones”.

En una carta que escribió en Roma en noviembre de 1977, dirigida al asistente general de la Compañía de Jesús, padre Moura, Orlando Yorio cuenta lo mismo, pero reemplazando “una persona” por Jorge Mario Bergoglio. Nueve años antes que el libro de Mignone y 17 años antes que el de Jalics, Yorio cuenta que Jalics habló dos veces con el provincial, quien “se comprometió a frenar los rumores dentro de la Compañía y a adelantarse a hablar con gente de las Fuerzas Armadas para testimoniar nuestra inocencia”. También menciona las críticas que circulaban en la Compañía de Jesús en contra de él y de Jalics: “Hacer oraciones extrañas, convivir con mujeres, herejías, compromiso con la guerrilla”. Jalics también cuenta en su libro que en 1980 quemó aquellos documentos probatorios de lo que llama “el delito” de sus perseguidores. Hasta entonces los había conservado con la secreta intención de utilizarlos. “Desde entonces me siento verdaderamente libre y puedo decir que he perdonado de todo corazón.” En 1990, durante una de sus visitas al país, Jalics se reunió en el instituto Fe y Oración, de la calle Oro 2760, con Emilio Fermín Mignone y su mujer, Angélica Sosa. Les dijo que “Bergoglio se opuso a que una vez puesto en libertad permaneciera en la Argentina y habló con todos los obispos para que no lo aceptaran en sus diócesis en caso que se retirara de la Compañía de Jesús”. Todo esto no lo dice Página/12, sino Orlando Yorio y Francisco Jalics. ¿Quién quiere destruir la Iglesia, entonces? Cada tomo de mi Historia Política de la Iglesia en la Argentina incluye una advertencia: “Estas páginas no contienen juicios de valor sobre el dogma ni el culto de la Iglesia Católica Apostólica Romana sino un análisis de su comportamiento en la Argentina entre 1976 y 1983 como ‘realidad sociológica de pueblo concreto en un mundo concreto’, según los términos de su propia Conferencia Episcopal. En cambio, su ‘realidad teológica de misterio’ 2 sólo corresponde a los creyentes, que merecen todo mi respeto”.

En defensa de la tradición

La calificación de este diario por el vocero de Bergoglio como de izquierda anticlerical revela la continuidad de arraigadas tradiciones. Es lo mismo que el ahora pontífice hizo hace 37 años con sus sacerdotes, aunque entonces implicaba un grave peligro. Las acusaciones contra Bergoglio fueron formuladas por primera vez antes de que existiera Página/12. Su autor fue Mignone, director del órgano oficial de la Acción Católica, Antorcha, fundador de la Unión Federal Demócrata Cristiana y viceministro de Educación en la provincia de Buenos Aires y en la Nación. Ninguno de esos cargos podía alcanzarse sin la bendición episcopal. En su libro Iglesia y dictadura, de 1986, Mignone escribió que los militares limpiaron “el patio interior de la Iglesia, con la aquiescencia de los prelados”. El vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Vicente Zazpe, le reveló que poco después del golpe la Iglesia acordó con la Junta Militar que antes de detener a un sacerdote las Fuerzas Armadas avisarían al obispo respectivo. Mignone escribió que “en algunas ocasiones la luz verde fue dada por los mismos obispos” y que la Armada interpretó el retiro de las licencias a Yorio y Jalics y las “manifestaciones críticas de su provincial jesuita, Jorge Bergoglio, como una autorización para proceder”. Para Mignone, Bergoglio es uno de los “pastores que entregaron sus ovejas al enemigo sin defenderlas ni rescatarlas”.

Dos décadas después encontré por azar las pruebas documentales que Mignone no conoció y que confirman su enfoque del caso. Que Bergoglio haya ayudado a otros perseguidos no es una contradicción: lo mismo hicieron Pío Laghi e incluso Adolfo Tortolo y Victorio Bonamín.

Cronos

En estas páginas se profundizó el caso cuatro años antes de que el kirchnerismo llegara al gobierno. La primera nota, publicada en abril de 1999, “Con el mazo dando”, decía que el flamante Arzobispo porteño “según la fuente que se consulte es el hombre más generoso e inteligente que alguna haya vez haya dicho misa en la Argentina o un maquiavélico felón que traicionó a sus hermanos en aras de una insaciable ambición de poder. Tal vez la explicación resida en que Bergoglio reúne en sí dos rasgos que no siempre van juntos: es un conservador extremo en materias dogmáticas y posee una manifiesta inquietud social. En ambos aspectos se parece a quien lo designó al frente de la principal diócesis del país, el papa Karol Wojtyla”. El concepto es el mismo que expresé el jueves cuando la fumarola blanquiceleste conmovió a todas las hinchadas, de La Quiaca a Tierra del Fuego. Aquella nota contraponía la versión de Mignone con la de Alicia Oliveira, abogada del CELS y amiga de Bergoglio, cuya hermana trabajaba en la villa de Flores junto con la hija de Mignone y con los dos curas. “Les dijo que tenían que levantarse y no le hicieron caso. Cuando los secuestraron, Jorge averiguó que los tenía la Armada y fue a hablar con Massera, a quien le dijo que si no pone en libertad a los sacerdotes, yo como Provincial voy a denunciar lo que pasó. Al día siguiente aparecieron en libertad.” También incluía la refutación de un sacerdote de la Compañía de Jesús: “La Marina no se metía con nadie de la Iglesia que no molestara a la Iglesia. La Compañía no tuvo un papel profético y de denuncia, a diferencia de los palotinos o los pasionistas, porque Bergoglio tenía vinculación con Massera. No son sólo los casos de Yorio, Jalics y Mónica Mignone, de cuyo secuestro la Compañía nunca formuló la denuncia pública. Otros dos curas, Luis Dourrón, que luego dejó los hábitos, y Enrique Rastellini, también actuaban en el Bajo Flores. Bergoglio les pidió que se fueran de allí y cuando se negaron hizo saber a los militares que no los protegía más, y con ese guiño los secuestraron”. Ese sacerdote, que murió hace seis años, era Juan Luis Moyano Walker, quien había sido íntimo amigo de Bergoglio. A raíz de la nota, Bergoglio me ofreció su propia versión de los hechos, en la que aparecía como un superhéroe. Tanto él como Jalics, a quien llamé por teléfono a su retiro alemán, me pidieron que atribuyera sus declaraciones a un sacerdote muy próximo a cada uno de ellos. Bergoglio dijo que vio dos veces a Videla y otras dos a Massera. En la primera reunión con cada uno, ambos le dijeron que no sabían qué había ocurrido y que iban a averiguar. “En la segunda reunión, Massera estaba fastidiado con ese jovencito de 37 años que se atrevía a insistir.” Según Bergoglio, tuvieron este diálogo:

“–Ya le dije a Tortolo lo que sabía –dijo Massera.

–A monseñor Tortolo –corrigió Bergoglio.

–Mire Bergoglio... –comenzó Massera, molesto por la corrección.

–Mire Massera...–le respondió en el mismo tono Bergoglio, antes de reiterarle que sabía dónde estaban los sacerdotes y reclamarle por su libertad”.

Me limité a transcribir lo que Bergoglio dijo, con la atribución que me pidió. Pero hasta hoy no me parece verosímil ese diálogo con uno de los gobernantes más poderosos y más crueles, que lo hubiera hecho desaparecer sin ningún escrúpulo. Ambos tenían en común la relación con Guardia de Hierro, el grupo de la derecha peronista en el que Bergoglio militó en su juventud y al que Massera le designó un interventor a partir del golpe, con el propósito de sumarlo a su campaña por la herencia del peronismo. En 1977 la Universidad jesuítica del Salvador recibió como Profesor Honorario a Massera, quien objetó a Marx, Freud y Einstein, por cuestionar el carácter inviolable de la propiedad privada, agredir el “espacio sagrado del fuero íntimo”, y poner en crisis la condición “estática e inerte de la materia”. Massera indicó que la Universidad era “el instrumento más hábil para iniciar una contraofensiva” de Occidente, como si Marx, Freud y Einstein no formaran parte de esa tradición. Bergoglio se cuidó de subir al estrado ese día, de modo que nadie ha visto una foto suya con Massera. Pero es inimaginable que el dictador haya recibido la distinción sin que la ceremonia fuera autorizada por el provincial jesuita que delegó la gestión diaria en una asociación civil conducida por Guardia de Hierro, pero retuvo su conducción espiritual. Luego, Massera fue invitado a exponer en la universidad jesuítica de Georgetown, en Washington. El sacerdote irlandés Patrick Rice, quien pudo dejar la Argentina luego de ser secuestrado y golpeado, interrumpió esa conferencia exigiendo explicaciones sobre los crímenes de la dictadura. Según Rice, el provincial estadounidense no hubiera invitado a un personaje semejante sin la aprobación, o el pedido, del provincial argentino. Estos hechos comprobables desmienten el diálogo fantasioso en el que el jovencito Bergoglio desafía al amo de la ESMA.

Una muerte cristiana

En 1995, un año después que el libro de Jalics se publicó El Vuelo, donde el capitán de fragata Adolfo Scilingo confiesa que arrojó a treinta personas aún vivas al mar desde aviones de la Armada y la Prefectura, luego de drogarlas. Además dice que ese método fue aprobado por la jerarquía eclesiástica por considerar el vuelo como una forma cristiana de muerte, y que los capellanes de la Armada consolaban a quienes volvían perturbados de esas misiones, con parábolas bíblicas sobre la separación de la cizaña del trigo. Impresionado, retomé una investigación que había iniciado años antes sobre la isla del Tigre “El Silencio”, en la que la Armada escondió a 60 detenidos-desaparecidos para que no los encontrara en la ESMA la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Era propiedad del Arzobispado de Buenos Aires y allí celebraban su graduación los seminaristas que egresaban cada año y descansaba los fines de semana el cardenal Juan Aramburu. El sacerdote Emilio Grasselli la había vendido al grupo de tareas de la ESMA, que la compró con un documento falso a nombre de uno de sus prisioneros. Pero no había visto los títulos de propiedad hasta que Bergoglio me dio los datos precisos sobre el expediente sucesorio de Antonio Arbelaiz, el solterón administrador de la Curia que figuraba como dueño. Esto muestra que con aquel episodio no tuvo relación. Arbelaiz hizo testamento a favor de la Curia, que es donde fue a parar el dinero que la Armada le pagó a Grasselli por la isla, donde los 60 prisioneros pasaron dos meses encadenados. Parece el camino típico de una operación de lavado: Arbelaiz vende a Grasselli que vende a la ESMA que compra con un documento falso y la hipoteca se levanta pagándole a la Curia, que es la heredera de Arbelaiz. En uno de sus testimonios judiciales, Bergoglio reconoció que habló conmigo sobre el secuestro de Yorio y Jalics. Pero dijo que nunca oyó hablar de la isla “El Silencio”. Siempre el doble juego, la admisión privada y la negativa pública.

Por la espalda

Durante la investigación encontré por azar en el archivo del ministerio de Relaciones Exteriores una carpeta con documentos que a mi juicio terminan con la discusión sobre el rol de Bergoglio en relación con Yorio y Jalics. Busqué una escribana que certificó su ubicación en el archivo, cuyo director de entonces, ministro Carlos Dellepiane, los guardó en la caja fuerte para impedir que fueran robados o destruidos. La historia que cuenta esa carpeta suena familiar. Al quedar en libertad, en noviembre de 1976, Jalics se marchó a Alemania. En 1979 su pasaporte había vencido y Bergoglio pidió a la Cancillería que fuera renovado sin que volviera al país. El Director de Culto Católico de la Cancillería, Anselmo Orcoyen, recomendó rechazar el pedido “en atención a los antecedentes del peticionante”, que le fueron suministrados “por el propio padre Bergoglio, firmante de la nota, con especial recomendación de que no se hiciera lugar a lo que solicita”. Decía que Jalics tuvo conflictos de obediencia y una actividad disolvente en congregaciones religiosas femeninas, y que estuvo “detenido” en la ESMA junto con Yorio, “sospechoso contacto guerrilleros”. Es decir, los mismos cargos que le habían formulado Yorio y Jalics (y que corroboraron muchos sacerdotes y laicos que entrevisté): mientras aparentaba ayudarlos, Bergoglio los acusaba a sus espaldas. Es lógico que este hecho de 1979 no alcance para una condena legal por el secuestro de 1976. El documento firmado por Orcoyen ni siquiera fue incorporado al expediente, pero perfila una línea de conducta. Sumar al Director de Culto Católico de la dictadura a una conspiración contra la Iglesia sería demasiado. Por eso, Bergoglio y su portavoz callan sobre estos documentos y prefieren descalificar a quien los encontró, preservó y publicó.-

 

1 Carmelo Giaquinta: “Reconciliándonos con nuestra Historia”, organizado por el Proyecto “Setenta veces siete” y Editorial San Pablo, en la 36ª Feria Internacional del Libro, Salón Roberto Arlt, 8 de mayo de 2010.

2 Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Plan Nacional de Pastoral, Buenos Aires, 1967, p. 14, cfr. Luis O. Liberti, Monseñor Enrique Angelelli. Pastor que evangeliza promoviendo integralmente al hombre, Editorial Guadalupe, Buenos Aires, 2005, p. 164.

 

De puño y letra de Bergoglio, sobre la isla de la Curia. El manuscrito en el que identifica el expediente sucesorio de la propiedad.
Bergoglio imputa a sus sacerdotes contactos con guerrilleros. El documento que ridiculiza la acusación de campaña anticlerical.-
 

 

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iglesia argentina y la dictadura

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Miguel Bakunin

 

 

Carl Sagan

Así, a medida que la ciencia avanza, Dios parece tener cada vez menos que hacer. Es un gran universo, desde luego, por lo que Él, Ella o Ello, podría estar ocupado provechosamente en muchos sitios. Pero lo que evidentemente ha ocurrido es que ante nuestros propios ojos ha ido apareciendo un Dios de los vacíos; es decir, lo que no somos capaces de explicar, se lo atribuimos a Dios. Después, pasado un tiempo, lo explicamos, y entonces deja de pertenecer al reino de Dios. Los teólogos lo dejan de lado y pasa a la lista de competencias de la ciencia.

 

Carl Sagan: “La diversidad de la ciencia” [2007]



 

Stepehen Hawking

"La estirpe humana no es más que un sustrato químico en un planeta pequeño, orbitando alrededor de una estrella mediana, en los suburbios de una galaxia del centenar de miles de millones que existen"

 

Carlos Marx

“Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de esas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social” (1859)

 

 

Albert Einstein

Si una idea no parece absurda

de entrada,

pocas esperanzas

hay para ella.-

 

Groucho Marx

"El secreto de

la vida es

la honestidad y

el juego

limpio, si puedes

simular eso,

lo has conseguido."  

  

MARX, Groucho (1890-1977) 
Actor estadounidense