La propaganda pasa del aire a la red
© RIA Novosti. Mikhail FomichevLa emisora de radio La Voz de América comenzó a transmitir en ruso y para todo el territorio de la Unión Soviética hace 65 años, el 17 de febrero de 1947.
No fue el primer servicio extranjero de radiodifusión en lengua rusa: un año antes la Corporación Británica de Radiodifusión BBC se dirigió a la audiencia soviética en su idioma materno. Seis años más tarde la Radio Liberty (Radio Libertad) y Deutsche Welle (Onda Alemana) se unieron a las primeras “voces enemigas” para a partir de entonces formar un coro que hoy en día prefiere transmitir por Internet.
Al principio el servicio en ruso de la Voz de América quedó a cargo del diplomático profesional y especialista en materia de las relaciones entre EEUU y la URSS Charles Thayer. Le ayudaba la hija del ex embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética, William Averell Harriman, Catlin, y otros estadounidenses que hablaban ruso y estaban dispuestos a trabajar desinteresadamente movidos por la idea. El principal objetivo de la emisora estadounidense era, según sus fundadores, transmitir la información objetiva e imparcial a la que no tenían acceso los ciudadanos soviéticos que vivían al otro lado del 'telón de acero' y, asimismo, influir en el gobierno y la sociedad civil de la URSS para conseguir la transformación del régimen político, la democratización del país y el cumplimiento de los derechos humanos.
Sin embargo, los ideólogos soviéticos lo veían de otra manera. “El principal contenido de los programas extranjeros transmitidos por las emisoras de radio de los países imperialistas es la propaganda antisoviética y anticomunista, la divulgación de ideas reaccionarias”, rezaba la Gran Enciclopedia Soviética. En el artículo dedicado a la Voz de América el mismo diccionario informaba que “los programas de la emisora forman parte de la propaganda imperialista estadounidense dirigida contra la URSS y otros países socialistas”.
De la misma manera se calificaban otras “voces del extranjero” que no obstante no tardaron en hacerse con su audiencia, no muy amplia pero leal, entre los habitantes de la URSS.
Lucha contra “las voces”
Las autoridades soviéticas tampoco tardaron mucho en darse cuenta de que la información sobre los valores y el estilo de vida en EEUU podía representar una amenaza para la URSS. En 1947, criticando un reportaje de la emisora sobre la popularidad del chicle entre los niños estadounidenses, el famoso periodista soviético Iliá Erenburg decía indignado: “Si habéis inventado goma de mascar que hace globos, ¿por qué no hacéis pompas en paz en vuestra casa en lugar de intentar conseguir que las haga todo el mundo?”
En 1948 los servicios secretos empezaron a utilizar señales de interferencia para bloquear la transmisión de las “voces enemigas”. Pero los generadores de ruido electrónico tenían una capacidad limitada bloqueando la señal sólo en las ciudades, mientras fuera de ellas se podía captar sin problemas.
El auge de las transmisiones de emisoras de radio extranjeras en la URSS se produjo durante la década de los ochenta, cuando empezó el proceso de reformas conocido como 'Perestroika' y todo el mundo obtuvo acceso libre a las radiotransmisiones desde el extranjero. Los resultados de un estudio estadounidense arrojan que la audiencia semanal de la Voz de América alcanzaba 30 millones de oyentes, lo cual duplicaba el número de seguidores del servicio ruso de BBC según el mismo estudio. Es imposible, desde luego, comprobar estos datos hoy día.
En los 1990 empezó el paulatino ocaso de los servicios en ruso de emisoras extranjeras. El llamado “Imperio del Mal” representado por la URSS durante de la Guerra Fría se desmoronó, las fronteras se abrieron, desapareció la censura y aparecieron múltiples medios rusos que publicaban libremente cualquier información. Empezaron a transmitir emisoras musicales, mientras el liderazgo en el segmento socio-político pasó a la emisora rusa Eco de Moscú que se hizo famosa durante el fallido intento del golpe de estado en 1991.
Las emisoras extranjeras que daban servicio en ruso empezaron a reducir su presencia en las repúblicas de la antigua URSS, aunque a principios de 2000 muchos se dieron cuenta de que quizás este paso hubiera sido prematuro. Pero a pesar de todas las tentativas, las antiguas “voces enemigas” no consiguieron volver a conquistar a su público.
Tras recibir una negativa por parte del gobierno ruso a conceder a las emisoras extranjeras una frecuencia FM, la Voz de América cerró servicio en ruso en 2008, pasados tres años dejó de transmitir en ruso la británica BBC y el 30 de junio del mismo 2011 se quedó en silencio la Deutsche Welle. La lucha por los oyentes rusos continuó en Internet.
“Las voces” en Internet
Según Vasili Gátov, jefe del Laboratorio Mediático de RIA Novosti, la presencia de Radio Liberty y del servicio ruso de BBC en el Internet ruso es poco relevante, mientras la influencia de la Deutsche Welle y Voz de América es nula.
El experto critica el propio principio de la radiodifución internacional, tanto de las empresas mediáticas extranjeras en Rusia, como de las rusas en el resto del mundo. “La radiodifusión internacional es el rastro que han dejado las guerras políticas entre los estados. Cuando los sistemas políticos de estos estados dejan de ser opuestos, estos mecanismos de propaganda resultan obsoletos, ya que el intercambio de valores es posible en otros niveles”, cree Gátov. “El hecho de que el cine de Hollywood tenga acceso al mercado cinematográfico ruso es más significativo para la difusión masiva de los valores estadounidenses que la presencia de la Voz de América en las ondas en Rusia”, subraya el experto.
Además, duda de que los recursos destinados a mantener y desarrollar este tipo de radiodifusión justifiquen el resultado. “El mecanismo ruso de propaganda es igualmente ineficaz”, opina Gátov.
El escritor y periodista londinense Andrei Ostalski, que durante 15 años trabajó para el servicio ruso de BBC, no está de acuerdo. Está seguro de que en muchos países del mundo todavía existen problemas para acceder a la información cierta, verídica y no manipulada por parte de los gobiernos de estos países.
Desde su punto de vista, es imprescindible que existan grandes medios internacionales que transmitan información en inglés y en las principales lenguas del mundo.
En cuanto a la situación en Rusia, Ostalski opina que la existencia de fuentes de información independientes como BBC en Internet impide a las autoridades rusas apretar las tuercas del todo al sistema aunque cierre, por ejemplo, la emisora Eco de Moscú.
En cualquier caso, la historia de la radiodifusión internacional por Internet acaba de empezar, mientras la de las 'voces' en directo queda definitivamente en el pasado.-