30-07-2010 |
Chomsky ha liderado una fructífera vida, llena de un progresivo beneficio para aquellos que desean un mundo en paz y para aquellos billones que sufren el yugo del CGE y sus lacayos nacionales que se venden al mejor postor (2).
Y le considero un amigo, a pesar de que solo hemos coincidido una vez, a mitad de los años 80, cuando cada uno apoyaba a su manera al gobierno sandinista mientras éste se trataba de mantener su soberanía al ser invadido por el CGE (3).
El que suscribe este exabrupto es un fan de Chomsky y crítico de izquierdas. Lo que busco es clarificar lo que para mí son incongruencias, e incluso contradicciones, en algunos enfoques chomskianos que tienen que ver con leyes nacionales, y con la política y práctica del gobierno de los EEUU. También tengo ciertas discrepancias en cuanto a su postura anti-imperialista en algunos casos (como por ejemplo, lo que él quiere decir cuando se refiere a la revolución cubana como a un sistema político-económico vital, o a los luchadores por la liberación/resistencia), pero en este artículo ceñiré mis críticas al monstruo interno.
Las ideas que cuestiono son: que EEUU sea una “sociedad abierta”, “más civilizada”, y “más democrática” como nunca antes en el pasado e incluso más que el resto del mundo; que EEUU, desde el gobierno de Woodrow Wilson en adelante (incluyendo la tesis de Chomsky de que el macartismo “no fue tan represivo”) ha sustituido el uso de la fuerza por la “fabricación del consentimiento”.
1. LAS POSICIONES DE CHOMSKY
Para preparar este ensayo he visto ocho documentales, la mayoría de Youtube, hechos con varios discursos de Chomsky (4), he leído muchos de sus libros, artículos, discursos y entrevistas, así como artículos sobre sus puntos de vista.
“La prensa de mitad del siglo XIX era la más libre en EEUU y Reino Unido, una prensa popular muy viva, muy leída y diversa a la hora de reflejar las preocupaciones públicas. La forma de eliminar la prensa fue empezar a introducir anuncios y concentrar el capital. Con el tiempo, se pudo marginar el disentimiento rechazando la publicidad…”
“De hecho, hay una razón por la que los intelectuales wilsonianos [Woodrow Wilson, 28º Presidente de los EEUU, 1913-21] tuvieron que recurrir a la propaganda como técnica de manipulación y control, porque la fuerza ya no se usaba… La gente estaba ganándose el derecho al voto, así que no podías machacarlos con la fuerza”. (5)
“Podías hacer lo que quisieras; nada te ocurría. No había represión. [El Macartismo] era poderoso porque la gente lo aceptaba. En los años 60, lo intentaron de nuevo. La gente se rió de ellos, y se vino abajo.” (g)
“El gobierno no tiene influencia sobre los medios”. (b)
“Tenemos una enorme cantidad de libertad… más oportunidades que la mayoría de la gente del resto del mundo…; no hay problemas en llevar a cabo ciertas actividades [supongo que se refiere a protestas, disidencia]. (g)
2. DISCREPANCIAS DE CHOMSKY
“La fabricación del consentimiento [supuso] controlar la opinión y la actitud de la gente, dentro del trabajo y fuera del mismo. Hacían de la gente consumidores pasivos y obedientes… atrapándolos, aislándolos los unos de los otros… haciendo que las personas se vuelvan criaturas cuyas únicas preocupaciones sean cómo llegar al límite de sus 5 tarjetas de crédito y que no presten atención a lo que está pasando en el mundo.” (g)El gobierno quiere silenciar a los críticos… Ese es el trabajo de los intelectuales… Los objetores son encerrados en la cárcel… como el caso de Eugene Debs que fue encarcelado por protestar tímidamente contra la I Guerra Mundial… Otros fueron reprimidos porque no la aceptaban… A los críticos no se les permite existir. Tienen que unirse al desfile. En occidente hemos ido más allá del encarcelamiento; se usan vilipendios y mentiras… No se puede informar de lo que dicen los que disienten.” (a)
“El público no puede reaccionar si no sabe.”[…] “La Estrategia de Seguridad Nacional ha lanzado desde septiembre de 2002 una enorme campaña que se ha reflejado en los medios. La mayoría de la gente entendió lo que EEUU deseaba, que Hussein e Irak eran una amenaza para EEUU y el mundo [creando así] malinterpretaciones. (e)
“En EEUU no se matan [disidentes, traficantes de drogas], solo se les encierra en la cárcel.” El gobierno usa “campañas internas de contra-inteligencia contra negros y pobres”. (e)
“La democracia, los derechos humanos, los seres humanos son una especie amenazada por culpa de los EEUU y su manera de tratar el 11-S.” […] “EEUU es uno de los peores países terroristas del mundo” (b).
“EEUU protege a terroristas” dentro de EEUU, como a varias organizaciones de terroristas exiliados cubanos, Orlando Bosh y Luís Posadas Carriles entre otros. (e)
“La democracia requiere libertad de acceso a la información y de opinión. Con la fabricación del consentimiento, se aparta al público del camino de las élites…” Cerca del 80% de la población “obedece ordenes” y “no piensa”. Los medios son propiedad de grandes corporaciones– cuya misión es embotar los cerebros de la gente… evitar que la gente esté atenta y preocupada por lo que las corporaciones y los gobiernos estén haciendo.” El papel de “los deportes consiste en lo mismo”, fabricar “actitudes irracionales de sumisión a la autoridad” (f).
Para ir a la guerra, el gobierno de EEUU “usa los medios para que nos vayamos preparando”. “Reagan atemorizó a la gente haciéndoles creer que los sandinistas entrarían en Texas, que Gadafi nos invadiría, que Hussein nos invadiría” (g).
En un artículo del periódico alternativo “Georgia Straight” (05-10-2006), el escritor Brian Lynch citó a Chomsky cuando afirmaba que “éste es un país muy atemorizado,… en realidad lo ha sido durante toda su historia, porque ha sido muy fácil movilizar a la gente usando el miedo. Esto es cierto para muchos países, pero especialmente en éste.”
La explicación de Chomsky para esta obvia contradicción es “la deliberada erosión de claves institucionales y organizaciones estructurales, como los sindicatos, en torno a los cuales la gente solía juntarse para formarse sus opiniones y planificaban sus acciones conjuntas.” Y a esta creciente marea de materialismo, él añade “la fabricación de los consumidores”.
Si la gente está “atrapada”, “adormecida, pasiva”, si se encierra a los disidentes, entonces no son libres y no son capaces de beneficiarse de “una sociedad abierta, democrática y civilizada.”
Me parece obvio que eso es exactamente lo que Chomsky quiere decir cuando habla del gobierno de EEUU y su cuarto estado. Por un lado la sociedad es abierta, por otro lado somete. Por un lado el gobierno no se entromete en los asuntos de los medios, pero por otro lado sí que lo hace. Es confuso.
3. LOS HECHOS DE LOS GOBIERNOS REPRESIVOS Y LA SOCIEDAD
La segunda administración del gobierno de EEUU aprobó las primeras leyes de extranjeros y sedición en 1798, con el propósito de encarcelar a los enemigos demócratas del Presidente John Adams, que pertenecía al partido republicano de la época, incluyendo a muchos editores de periódico que criticaban su política. Durante la I Guerra Mundial, el Presidente Woodrow Wilson usó leyes similares para encarcelar a los críticos de izquierdas.
Hoover usó las renovadas leyes de subversión (la Ley de Espionaje de 1917 y la de Sedición de 1918) para fichar a 150.000 ciudadanos estadounidenses en un registro especial de izquierdistas. Estas personas fueron puestas bajo vigilancia y acosadas donde quiera que fuese posible. Los productivos esfuerzos de Hoover por salvar la democracia lo llevaron a convertirse en el primer director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), en 1924, y continuó siendo la cabeza de “la ley y el orden” hasta su muerte en 1972.
Durante la siguiente década, la Gran Depresión provocó que a la clase capitalista y a sus políticos les preocupara que las ideas radicales, incluso las revolucionarias, pudiesen calar en la clase trabajadora y la animase a derrocar ese sistema de beneficios para sustituirlo por otro más igualitario.
Está claro que la fabricación del consentimiento no fue la única herramienta que usó la clase dirigente para acallar a la población.
Ya incluso antes de que EEUU entrara en la guerra, la Ley de Registro de Extranjeros [Alien Registration Act] o Ley Smith, en 1940, criminalizaba el “defender, inducir, aconsejar o enseñar […] la idoneidad de derrocar al gobierno de EEUU.” Dicha ley viola la libertad de expresión y de prensa garantizada en la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
El Partido Comunista apoyó al gobierno burgués y su ley anti-democrática. Por lo visto el SWP era un enemigo mayor. Quizás pensaron que su colaboración de clase les salvaría de la ley Smith. Pero en 1949, once líderes del Partido Comunista fueron acusados bajo la Ley Smith. La acusación fue que “ellos conspiraron… para organizar un partido comunista, e intencionadamente, defender y enseñar los principios del marxismo-leninismo”, lo que equivalía a “derrocar y destruir el gobierno de EEUU por la fuerza y la violencia”. También se les acusó de conspirar para publicar y hacer circular… libros, artículos, revistas y periódicos que defienden los principios del marxismo-leninismo”. Libros de Marx y Engels, Lenin y Stalin fueron presentados como pruebas contra ellos.
Justo después de la II Guerra Mundial, EEUU comenzó la Guerra Fría. En 1950, el Congreso aprobó la Ley de Seguridad Interna (ISA, también conocida como Ley McCarran), que exigía a los comunistas (en un sentido amplio) que se registrasen en la Fiscalía General del Estado, donde se creó el Comité de Control de Actividades Subversivas (SACB) para investigar actividades “antiamericanas”. Los miembros extranjeros de grupos que eran señalados por el SACB no podían adquirir la nacionalidad. Si alguien no se registraba, podía ser encarcelado por “deslealtad”, como de hecho algunos lo fueron.
El término Macartismo englobaba toda esa histeria anti-comunista y métodos anti-democráticos para reprimir la opinión y la ideología que se pudiera oponer al capitalismo y su forma política, conocida como democracia parlamentaria o democracia burguesa. El Macartismo ya comenzó con la aplicación de la Ley Smith en 1940. El mismo año que el HUAC trató de intimidar a la estrella de Hollywood Humphrey Bogart y al escritor John Howard Lawson citándolos a declarar por sus presuntas opiniones comunistas.
Una de las dianas del Macartismo fue la escritora Lillian Hellman. En 1976, escribió en el “Scoundrel Times”:
El Macartismo mató a los Rosenberg. También castigo a fuertes organizadores y líderes sindicales, como Harry Bridges y el sindicato de la costa oeste [International Longshoremen & Warehouse], y otros militantes sindicales, que la AFL o CIO expulsaron de sus coaliciones sindicales.
El Macartismo también gozaba de una “amplia y duradera influencia en política social y en el desarrollo de la profesión de trabajador social […] provocó que las organizaciones de trabajadores sociales se retirasen de la orientación progresista y reformista que se había adoptado durante el New Deal y la Segunda Guerra Mundial”, según dijo la nieta de Sigmund Freud, Sophie Freud (6).
Y de manera paralela al Macartismo, el gobierno federal apoyaba a la clase capitalista haciendo difícil organizarse en los lugares de trabajo y luchar por la negociación colectiva en la contratación. La Ley de Taft-Hartley de 1947 era (y es) un instrumento principal para los empleadores que les permite expresar puntos de vista anti-sindicales, que incluso llega a permitirles que exijan de sus trabajadores que asistan a reuniones anti-sindicatos con el mismo tiempo que las que se dedican a las que son pro-sindicatos. Si los empleadores violan algún punto de la Ley Nacional de Relaciones Laborales de 1935, que regula las relaciones laborales para la mayoría del sector privado, no hay ninguna indemnización por daños y perjuicios.
3.1. La represión en el post-macartismo.
El programa de contrainteligencia del FBI “se convirtió en el vehículo extra-constitucional por el que organizaciones de activistas sociales como la del Dr. Martin Luther King, la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, los Panteras Negras, el movimiento liberación gay/lésbico y la amplia y organizada oposición a la Guerra de Vietnam, fueron objeto de espionaje, i nfiltración y boicoteo por parte del gobierno de EEUU” (8).
Mi primer encontronazo con la interferencia del gobierno en mi vida económica fue el verano de 1962 cuando trabajaba temporalmente como empleado de correo en la Industria Aeroespacial, en El Segundo, California. Tuve que rellenar un “cuestionario de seguridad” que incluía seis preguntas sobre lealtad y una lista de 47 organizaciones consideradas como subversivas. Cualquier relación con alguna de ellas impediría mi contratación. Escribí un “no” a todas sus preguntas y afirmé no ser miembro de nada “subversivo”. Se me contrató el 25 de julio, quedando pendiente de una autorización final. El 31 de agosto fui despedido sumariamente. En 1977, cuando recibí alrededor de 1000 páginas de expedientes de agencias de seguridad nacional sobre mí, me enteré por primera vez de la razón de mi despido. Un informe interno del FBI decía que “había falseado sobre mi persona” en el cuestionario. No decía en qué aspecto en concreto lo había “falseado”.
Cuando volví de la cárcel durante una semana en Costa Rica, por haber participado en una manifestación en contra de la subida de las tarifas eléctricas por parte de la compañía eléctrica de UK-EEUU, mi pasaporte fue confiscado por agentes federales. No pude viajar durante cinco años, hasta 1968.
Yo fui uno de los diez mil que fueron apaleados y encerrados por oponerse a la Guerra de Vietnam y luchar por los derechos civiles. Algunas veces los agentes federales asistían a la policía local; otras veces se usó a la Guardia Nacional. Al menos siete estudiantes fueron asesinados y 21 resultaron heridos por los guardias nacionales y la policía en las universidades estatales de Ohio y Mississippi y en el People’s Park of Berkeley.
Durante los movimientos por los derechos civiles de los años 50 y 60, la policía y sus aliados civiles golpearon, encerraron y asesinaron a un sinfín de negros y a algunos blancos. El FBI solía ayudar, especialmente bajo las órdenes de su director J. Edgard Hoover. Narraré una experiencia horrible.
“Una bomba lanzada desde un auto en movimiento estalló contra una atestada iglesia de negros, causando la muerte de cuatro niñas que asistían a sus clases de catecismo y desatando brotes de violencia que han resultado en dos muertes más en plena calle.”
Solo tras la muerte de Hoover, pudieron las autoridades de Alabama acceder a los registros del FBI que les permitieron llevar a Chambliss ante los tribunales por aquellos asesinatos, pero este desenlace fue un caso aislado. La mayoría de los asesinatos de personas negras apenas fueron investigados y casi nunca hubo acusaciones o castigos sustanciales por estos crímenes racistas. Desde 1882 hasta 1954, cuando el Tribunal Supremo puso fin a la segregación en las escuelas con la Decisión Brown, a la que Hoover se opuso, 4500 asesinatos por linchamiento fueron registrados por las autoridades. Muchos más no se llegaron a registrar. Mientras que Hoover estuvo en el cargo como el director de la principal agencia encargada de hacer cumplir la ley en el país se llegaron a contabilizar 2000 asesinatos por linchamiento. Apenas hubo cargos o condenas.
Yo apoyaba al BPP y estaba al tanto de su programa y la represión ejercida contra ellos. Muchas de sus actividades eran de carácter social, educativas o programas alimentarios en los guetos. Esta amenaza al sistema era tal que la policía y el FBI mataron a muchos y ayudaron a crear un ambiente de desconfianza para que surgieran las luchas internas. Durante un periodo de dos años (1969-71), más de 30 Panteras Negras murieron a manos de la policía o en luchas internas.
A mí también se me intentó presentar como un “falso topo” cuando trabajé para LA Free Press. Alguna agencia del gobierno, quizás algún escuadrón rojo de la policía, hizo circular cierta información proveniente de “un amigo”, según la cual yo era una agente militar infiltrado en la izquierda. Enviaron un informe tributario falsificado, que yo supuestamente había rellenado, y que indicaba que había recibido dinero de varias fuentes, desde la inteligencia militar hasta un periódico alternativo de la competencia e incluso de grupos anti-guerra. Afortunadamente fui capaz de convencer al periódico de que las pruebas eran falsas e impedir la publicación de un artículo en el que me “desenmascaraban”.
El Departamento de Policía de Los Ángeles tenía varios departamentos dedicados a reprimir diferentes grupos políticos: la tradicional izquierda comunista, la nueva izquierda (blancos en su mayoría), grupos de derechos civiles y el poder negro, los boinas cafés y otros grupos chicanos. A muchos de nosotros se nos llevó a prisión, otros resultaron asesinados. En el periodo de 1966-70 se conocieron 55 asesinatos de personas negras a manos de la policía, principalmente en el gueto de Watts, “y ni un solo oficial de policía ha sido perseguido por ello”, según Marge Buckley, candidato a Ministro de Justicia por el Partido Paz y Libertad [Peace and Freedom Party], en una entrevista de L.A. Free Press el 30 de octubre de 1970.
Algunas veces la policía política también arresta a activistas blancos con cargos falsos y consigue condenas con pruebas falsas. Arremeter contra acusados inocentes es algo endémico al trabajo de "hacer cumplir la ley". Estos son un par de ejemplos personales.
En 1972 fui arrestado por fotografiar a dos policías de paisano, Joe Robinson y Mike Moran, que habían fingido ser manifestantes, y aporrearon al parapléjico Ron Kovic cuando protestaba sentado en su silla contra la reelección de Richard Nixon en Los Ángeles (9). No importó que yo fuera reportero para el semanario “Los Angeles Free Press” y estuviese ahí para cubrir la manifestación en frente de la oficina para la campaña de Nixon. Un policía encubierto de Los Ángeles, Stanley Frugard, alias Bob Burns, estaba entre la multitud y ordenó mi arresto. Mi carrete fue también confiscado. Fui condenado en base a la típica falsa acusación de resistencia a un arresto, la misma que se usó contra mí en la protesta de Chic Lingerie.
“Me pegaban porque representaba la innegable verdad de la guerra. Representaba la guerra, los crímenes de esta guerra. No podían entender que una persona que hubiese perdido tres cuartas partes de su cuerpo todavía se mostrase tan abiertamente en contra la guerra. Es absurdo que tú [yo] debieras pasar un año en la cárcel por sacarme fotos mientras me apaleaban”, dijo Ron Kovic.
Así que la represión todavía es primordial como política y práctica. La fabricación del consentimiento es todavía una herramienta principal para la clase capitalista, pero el gobierno sí que interviene para ayudar a sus colegas capitalistas en el imperio mediático, contrariamente a lo que Chomsky afirma. Doy un ejemplo personal.
Ellos demostraron cómo se usaba ideológicamente el mundo de Disney en contra de la socialdemocracia y a favor de los intereses imperialistas de EEUU. En diciembre de 1971, un cómic de Disneilandia era un arma dentro de todo un arsenal de guerra psicológica. Su publicación coincidió con las primeras concentraciones de fascismo autóctono, las "caceroladas de amas de casa". El objetivo era "conquistar las mentes", según las palabras del General Pinochet. Y así, el afable Pato Donald defendía la necesidad de "restaurar al rey".
"La edición inglesa de este libro fue prohibida en la frontera de EEUU. Casi 4.000 copias del libro fueron confiscadas por el gobierno de EEUU (1976). Es de suponer [que el gobierno] actuó en favor de los intereses de la empresa Walt Disney, la cual no aprobaba la crítica académica de los personajes de sus comics."
"Para leer al Pato Donald: el libro denunciado por Disney, censurado en la frontera y publicado en exclusiva por el Vanguard."
De hecho recibimos una carta amenazadora de parte de Aduanas de EEUU, pero al final no se tomó ninguna medida contra este pequeño semanario. De haber tenido que ir a los tribunales, el coste de la defensa en esta "sociedad abierta" nos habría supuesto la bancarrota.
Termino esta sección sobre la represión citando un libro sobre los crímenes de las agencias norteamericanas de inteligencia. Uno de los cuatro autores de "El Estado sin ley" es Morton Halperin, el ex-ayudante de seguridad nacional de Henry Kissinger (10).
“Para 1952, el FBI había investigado a cerca de 6.6 millones de ciudadanos por posible “deslealtad”, comprobado “la lealtad” y ver si mantenían su trabajo y podían seguir en su cargo. A los sujetos no se les permitió [en las audiencias de deslealtad] confrontarse con sus acusadores, violando así la Carta de Derechos.
“El programa COINTELPRO del FBI […] transformó el Macartismo en una operación encubierta. Con el COINTELPRO, sin embargo, el FBI había tenido incluso más libertad de acción para desbaratar la actividad política de ciudadanos y organizaciones, y llevar a cabo su guerra en secreto sin que le estorbase la ley.”
El Índice de Seguridad “tenía prioridad en casos de crisis nacional” con 11.982 nombres para ser detenidos preventivamente. Yo era uno de esos.
“Los agentes del FBI llevaron a cabo operaciones de envío anónimo de cartas para que ‘los subversivos’ fueran despedidos de sus trabajos.”
“En 1970 el Presidente Nixon autorizó el Plan Huston, un programa conjunto del FBI, la CIA, la NSA y el ejército para obtener información de inteligencia sobre el movimiento anti-guerra y el movimiento negro usando informantes, allanamiento de morada para robar, apertura de correo… Cientos de agentes usaron todas las técnicas disponibles… Cada día [la CIA] se abrían alrededor de 10.000 cartas. La mayoría de la información era enviada al FBI. El FBI y la CIA abrían cartas sin orden judicial ni causa probable, en clara violación de las leyes de EEUU.”
“Los agentes incluso ‘atizaron’ a los activistas radicales anti-guerra para atemorizarlos o para desbaratar las protestas.”
Incluso después de los intensos años de protesta y audiencias en el Congreso sobre “discrepancias” en las agencias de seguridad nacional, “el FBI todavía seguía vigilando a americanos con actividades políticas totalmente legales.”
3.2. 2000 + la Ley Patriota
Con su guerra en curso, los “neo-cons” arremetieron con su Ley Patriota (Patriot Act, PA) contra un Congreso complaciente. La mayoría de los legisladores admitieron que ni siquiera la habían leído. Con el país atravesado por el miedo, Bush se declaró a sí mismo Protector contra el Terrorismo, y su PA le confirió unas potestades nunca vistas antes en ningún presidente.
“En pocas palabras, las leyes penales, normas de investigación y procedimientos judiciales que salvaguardaban nuestras libertades civiles garantizadas constitucionalmente en previas legislaciones anti-terroristas fueran apartadas por la Ley Patriota. Han sido sustituidas por un sistema de órdenes ejecutivas autorizadas unilateralmente, institucionalizado en el Departamento de Seguridad Nacional” (8).
Bajo la rúbrica de “unir y reforzar América proveyéndola de herramientas necesarias para obstruir el terrorismo”, los EEUU han creado una cámara de tortura en el territorio ocupado ilegalmente a Cuba, en Guantánamo. Se encarcela en lugares secretos dentro o fuera de EEUU, a miles de ciudadanos no americanos sospechosos de tener alguna conexión terrorista, conculcando así la garantía básica del Habeas Corpus, artículo 4 de la Constitución de EEUU.
Con el miedo al terrorismo, se ha conseguido instalar 30 millones de cámaras de vigilancia en territorio estadounidense. La web http://www.look-themovie.com/ concluye que una persona normal es vigilada unas 200 veces al día.
Se están planeando de nuevo detenciones indefinidas en nuevos campos de concentración. La corporación del CGE favorita del Vice-Presidente Richard Cheney, Halliburton, fue compensada con 385 millones de dólares para construir campos de concentración secretos en territorio estadounidense que pudiesen albergar a 400.000 personas.
Al respecto, Lindorff concluye que “tenemos todos los ingredientes para un golpe militar en los Estados Unidos”.
El propio inspector general del Departamento de Justicia estableció que el número de NSL que se han usado entre 2003 y 2005 asciende a 143.000 (12).
Por lo menos 1.000 ciudadanos estadounidenses han sido incluidos en una lista negra para volar. Varios activistas anti-guerra han sido “marcados” y se les ha denegado el derecho a viajar fuera de EEUU. Incluso el último de los hermanos Kennedy, Ted Kennedy, ha sido marcado cinco veces en Marzo de 2004. A este poderoso miembro del Congreso y a su personal le llevo tres semanas convencer al Departamento de Seguridad Nacional de que a él se le debería permitir volar sin necesidad de ser parado, cacheado o interrogado (13).
Pete Seeger afirma que la represión actual es mucho peor que la del Macartismo, y ha servido para prevenir las protestas por la guerra en Afganistán. Al presidente de la AFL-CIO, John Sweeney, le preocupa que estas leyes supriman derechos sindicales, frenen la negociación colectiva y supongan un obstáculo para hacer huelga. Bush ha impedido algunas huelgas haciendo uso de la PA.
“Esto es lo que ‘Seguridad Nacional’ significa hoy en día en EEUU. Significa poner a todo el país bajo confinamiento. Significa gruñir en la frontera, hacer comentarios soeces en la sala de espera, esposar e incluso encadenar. Significa ser humillados. Significa una falta total de corrección o moderación.”
“Un nuevo término del Pentágono se puso en práctica durante la era Bush. Con la invasión de Irak se decía que los reporteros iban “incorporados” en unidades militares de EEUU. Este término –que suena parecido a “encamados”*- debería tener usos más amplios. Podríamos decir, por ejemplo, que desde septiembre de 2001 los americanos han sido incorporados, en su mayor parte voluntariamente, en un nuevo universo de confinamiento caracterizado por la aceptación general de actos de tortura y abusos que son públicos, así como por el derecho de secuestrar (conocido como “entregas extraordinarias”), y la creación y expansión de un triangulo de las bermudas de injusticia basado en el principio de que todo el mundo es culpable a menos que se demuestre la inocencia (a veces incluso demostrándola). Lo que originalmente podía parecer que eran medidas de emergencia en un momento de crisis es ahora una forma de vida totalmente institucionalizada. Nos gusten o no, estos métodos definen cada vez más lo que significa ser americano.”
“Pero no piense ni por un segundo que algo ha cambiado. Parte del legado de Bush reside en un nuevo espíritu de este país. En mi niñez durante los años 50, por ejemplo, sabíamos quienes eran los torturadores. Los veíamos en las películas. Eran los sádicos japoneses con sus campos de concentración, la Gestapo en sus prisiones, y la policía secreta soviética, el KGB, en sus gulags (aún cuando ese término no había entrado en nuestras vidas). Tal y como ahora dice el presidente cada vez que tiene ocasión, y tal y como nosotros lo sabíamos entonces, los americanos no torturan."
“Hoy en día, una medida de nuestro cambiante mundo americano, sería un chico que pone la serie ‘24’ o que busca emociones fuertes en películas de acción en los cines multi-salas de su ciudad, y que sabe que los americanos torturan y que esa tortura, que una vez fue parte de la cultura de nuestros más malvados enemigos, es ahora una práctica 100% americana y perfectamente justificable (normalmente por la premura del tic-tac de una bomba a punto de estallar). Y tan solo unos pocos pestañean. En la América carcelaria, se acepta. El gruñido en la frontera encaja bastante bien con la expresión “es de cajón” que nuestro Vice-Presidente ha usado para referirse a la necesidad de torturar asfixiando bajo el agua. Ya no queda nadie que rechace la tortura en las películas –y muy pocos que lo hagan en la realidad.” (14)
“Chomsky escribió en su libro “9/11” que “semejantes acciones terroristas son un regalo para los elementos más severos y represivos en todos los bandos […] (y conseguirá) acelerar los planes para la militarización, para controlar, para trastocar programas social-democráticos, para transferir la riqueza a sectores minoritarios y minar la democracia en cualesquiera de sus formas.”
En la página 35 parece darnos una respuesta:
Yo sostengo que estas restricciones que he citado –y muchas otras no incluidas aquí- demuestran lo contrario.
3.3. La Ley Patriota y la guerra son buenas para los negocios.
Hay muchos más intereses económicos e ideológicos que se han conseguido con esta “guerra contra el terror”, que yo denomino “la Era de la Guerra Permanente”.
El diccionario establece que “civilizar” significa: “ilustrar”, “refinar”; “el mundo civilizado debe luchar contra la ignorancia”. ¿Cómo puede Chomsky, por una parte, decir que Estados Unidos es el mayor estado terrorista del mundo, y después considerar que es el más “civilizado”? ¿Quiere decir que es incivilizado fuera de sus fronteras pero civilizado dentro de las mismas? ¿Es civilizado en algún caso? Uno no puede matar a gente o hacer que mueran de hambre sistemáticamente y de manera diaria y ser “civilizado”. Eso incluye amañar 35 golpes de estado en 28 países. Seis de los gobiernos de esos países fueron derrocados dos o tres veces desde la II Guerra Mundial: Grecia en 1949, 1967; Guatemala en 1954, 1963; Vietnam del Sur en 1955, 1963; Laos en 1958, 1959, 1960; Corea del Sur en 1960, 1979; Bolivia en 1964, 1970. Falló en Venezuela en 2002. Y antes de la II Guerra Mundial, EEUU actuó de la misma manera pero se centró en su “patio trasero”, América Latina, y en cientos de guerras contra los nativos americanos. Me avergüenza resaltar todo esto, porque Chomsky lo sabe perfectamente. Lo que no entiendo es cómo puede él concluir que a pesar de estas conductas EEUU es todavía una sociedad “abierta”, “democrática”, “civilizada”. No ha diferencias significativas entre un hombre blanco rico que sea presidente y una mujer negra de clase media-alta, o un americano de origen mejicano que sea elegido o propuesto para ser parte del gobierno de la clase capitalista. ¿De qué sirve si las mujeres, o “Tíos Tom” de las minorías, usan sus derechos de igualdad para llegar a ser directores de banco con calculados beneficios, ministros o presidentes de guerra o boxeadores que ensalzan la violencia? Así pues, la represión –y no solo la fabricación del consentimiento- se usa para limitar el apoyo y las acciones orientadas a reformar el sistema o dirigidas a crear un sistema de economía y gobierno distinto del capitalismo y la democracia burguesa, que en realidad es una forma de parlamentarismo dirigido por una minoría: la clase capitalista. NOTAS 2. Los intermediarios en los países del “Tercer Mundo” sirven a los intereses de negocios y/o gobiernos extranjeros. Ellos son intermediarios de negocios o líderes políticos, ya sean locales o nacionales, con frecuencia dictadores o militaristas, pero también gobiernos “democráticos” que traicionan a su cultura tradicional nativa y sus economías igualitarias por un poco de dinero suministrado por el CGE y sus líderes políticos del “Primer Mundo”. La historia está repleta de lacayos de este tipo, desde el siglo XVIII con sus criados chinos hasta el actual gobierno impuesto por el CGE en Afganistán e Irak, incluyendo el así llamado Partido Comunista de Irak. 4. Pepe Crespo de Almería, España, me animó en este ensayo. Él hace DVDs de temas políticos. Transcribe y traduce del inglés al español. Su DVD número 12 es una recopilación de siete documentales con entrevistas y discursos de Chomsky. He tomado las propias palabras de Chomsky de los siguientes: (a) Poder, Disidencia y Racismo; (b) Poder y Terror; (c) Chomsky sobre Irak; (d) Moralidad Tergiversada; (e) La Gran Estrategia Imperial y Latino América; (f) La Fabricación del Consentimiento; y (g) Rebelde sin Pausa. El título del DVD de Crespo es: “Historia, Mentiras y Guerras 12: Noam Chomsky”. Ver: Producciones Porcinas Crespo. 6. De “An Absent Presence” de Caroline Chung Simpson, que cita a Wendy Kozol, una profesora de estudios de género y mujeres. 8. “What is the USA Patriot Act?” de Kellie Gasnik y William Pleasant del Partido Verde en Savannah, Georgia. 10. “The Bureau (FBI) in War and Peace” tomado del libro “The Lawless State”, Penguin, 1976. 11. Tomado de su artículo “Martial law threat is real” [“La Amenaza de la Ley Marcial es Real”], 31 de Julio de 2007. Dave a un antiguo colega mío en “Los Angeles Vanguard”, premiado periodista y coautor de “The Case for Impeachment: Legal Arguments for Removing President George W. Bush from Office” [“El Caso de la Impugnación: Argumentos Legales para apartar al Presidente George W. Bush del Cargo”]. 13. El 20 de agosto de 2004, el Washington Post sacó una historia sobre el senador Kennedy que había sido “parado y preguntado” cinco veces en marzo de aquel año, porque estaba en la lista negra para volar. * Se trata de un juego de palabras que pierde su sentido en español. El término original en inglés es “embedded”, que suena algo parecido a estar en la cama con alguien (“to be in bed with”), lo cual permite cierto sarcasmo de connotación sexual sobre estos reporteros cuya objetividad estaba contaminada por su proximidad con las tropas sobre las que debían informar. (Artículo publicado originalmente el 16/01/2008, en inglés en www.axisoflogic.com y editado con algunas modificiaciones en la propia página de Ron Ridenour.) Traducción: Pepe Crespo