1.- Muchos pensadores y grupos aportaron puntos de vista al anarquismo social, organizado y revolucionario que devino en comunismo libertario: Bakunin, Cafiero, Luigi Fabbri, Kropotkin, Emma Goldman, Alexander Berkman, Camilo Berneri, B. Durruti, Juan García Oliver, Néstor Makhno y los plataformistas, Ricardo Flores Magón y los magonistas mexicanos, foristas argentinos del IXº congreso, Rodolfo González Pacheco, Salom Mesa, G. Fontenis, Daniel Guérin y Noam Chomsky, entre otros.
2.- Pero las formas organizativas del anarquismo social surgen a partir de la lucha de clases de los trabajadores manuales e intelectuales, del campo y de la ciudad, es decir, del proletariado. Hoy, a ese proletariado clásico, hay que añadirle la inmensa cantidad de currantes de todos los sexos y de todas las edades que se ganan su pan mediante el trabajo inmaterial y mediante formas postfordistas de producción.
3.- Para los comunistas libertarios el anarquismo no es el producto de mentes esclarecidas sino el producto de la lucha de clases en cualquier sociedad y bajo cualquier régimen de producción. De esa simiente libertaria surgen como hongos las nuevas expresiones del poder popular, es decir, del poder obediencial distinto al poder fetichizado que es el del Estado y la jerarquía, mediante el cual se repite la escisión entre dominantes y dominados que es, a juicio de los anarquistas, la clave del dominio burgués o burocrático.
4.- Más que al Estado, que es una expresión jurídica de la soberanía popular hoy en día y en todas partes, los comunistas libertarios apostamos por un gobierno obediencial, es decir, por un gobierno de las organizaciones del poder popular y, a la vez, por una globalización al margen del sistema interestatal de la economía-mundo capitalista, es decir, por un internacionalismo de los pueblos. Asimismo, estimamos que la teoría anarquista contra el Estado se basa en los Estados no periféricos del capitalismo, y que en la periferia, dada las relaciones de dominación global realmente existentes, la forma Estado fue, en su momento, realmente antimperialista.
5.- Los anarquistas y comunistas libertarios que apoyamos críticamente a la revolución bolivariana no estamos apoyando, lo cual sería contrario a nuestro pensamiento, a una nueva clase dominante, sino a las iniciativas populares de poder popular diseminadas por todo el país y que, en la actual coyuntura, cuenta con el impulso de iniciativas gubernamentales que no estamos en condiciones de menospreciar dada la compleja situación global y del sistema interestatal de la economía-mundo capitalista.
6.- Otra postura, como la adoptada por los anarcoliberales y por los anarconihilistas –que, en el caso venezolano, son mansas palomas- de brutal oposición cual disociados psicóticos a la revolución bolivariana, sólo favorece, como se va viendo, a la derecha clásica, a la ultraderecha vernácula y a los intereses imperiales en Venezuela. Reducidos a lo que sólo pueden ser, al permanente psicomundo de los Únicos –son tan Únicos que no se soportan entre ellos- los anarcocapitalistas son parte de la derecha Light que, a la postre, no es sino una forma aterciopelada de fascismo que odia a la igualdad desde abajo y menosprecia la esencia misma del pueblo currante venezolano.-