1.- Tienen a mano el ejemplo de Haití para corroborar sus teorías sobre el poder, el estado, etc., todo ese enredo foucaultiano que han querido hacer pasar por anarquismo. Así son los postmodernistas de todos los colores. Mezclaron las drogas con el anarquismo: heroína, cocaína, hachis y mariajuana, todas ellas les permitía evadirse del “sistema” cuando –ingenuos ellos- permanecían más profundamente sumidos en él. Y, claro, terminan como terminan… Aquí lo vimos.
2.- Pero realmente hoy quería referirme a Marcel Granier y al caso de RCTV. A su rollo con Gustavo Cisneros, y a como se disputan ambos el rol del Sebastián Piñera venezolano. Granier siempre quiso ser candidato y Presidente. Pero ya no tiene a RCTV y si no se encadena tampoco la tendrá por cable. Cisneros, sin embargo, conserva intacta su televisora y sus negocios, y tampoco oculta que quieren suceder a Chávez.
3.- La elección del chileno Piñera anima a Granier a presentarse a la candidatura, pero tiene que buscar bastante dinero para comprarla… Los candidatos de anteojito en la oposición escuálida son aquellos que ganaron gobernaciones o la alcaldía metropolitana. Pero hasta Leopoldo López aspira…
4.- Claro, Leopoldo tiene su base mediática en RCTV, desde donde es promovida su figura cotidianamente. Quizá Granier aspira a que Leopoldo le facilite el camino a la candidatura. Porque se está buscando imponer la matriz de que para vencer a los bolivarianos y derrotar a Chávez hace falta la figura de un empresario (léase millonario) venezolano exitoso, por aquello de que la propiedad privada es mejor en todo y mucho más que la propiedad no privada. El retorno del neoliberalismo químicamente puro a Chile, con Piñera, ha causado alboroto en los arrabales escuálidos y se busca el emblema del Millonario Triunfador que, de ganar la Presidencia de la República, haría de todas las venezolanas y de todos los venezolanos o Millonarios o Triunfadores, o ambas cosas.
5.- Pero Venezuela no es Chile. No hemos padecido una tiranía pinochetista, y, quizá, eso sea lo que nos hace falta a juicio de Bogotá y Washington. Y, de muchos escuálidos, es decir, del escualidismo en estado puro. Qué no se anden con paja ni juego con fuego que se pueden quemar. Venezuela es como un cuero seco… La guerra mediática contra los bancos está en esa onda: no se puede olvidar, el Capital, necesita destruir para cobrar la reconstrucción. Como en Irak o en Haití. Al contrario de nosotros, los anarquistas, que destruimos la sociedad capitalista y edificamos colectivamente el socialismo libertario, como buscaron hacer los obreros anarcosindicalistas de la España de 1936.-