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5 octobre 2011 3 05 /10 /octobre /2011 21:35

Eric Hobsbawm, “Años Interesantes” y “Cómo cambiar el mundo”

Eric Hobsbawm tiene 94 años. Es un historiador británico (y políglota) nacido en Alejandría (1917) de origen judío y pasó sus primeros 16 años en Alemania y Austria. Su autobiografía Años Interesantes. Una vida en el siglo XX  (Editorial Crítica, Barcelona, (España), 2003) es un recuento de la vida de un comunista prosoviético durante los años decisivos de la centuria pasada. Estas memorias las concluye hospitalizado en Londres viendo por la tele el espectáculo del derribo de las Torres Gemelas: quizá nunca otro acontecimiento inesperado de la historia haya sido vivido por los seres humanos pero “para un historiador anciano y escéptico, nacido en el año de la Revolución rusa tenía todos los ingredientes de la maldad que se ha vivido en el siglo XX: matanzas, alta tecnología en la que no se puede confiar, el anuncio repetido de que una vez más se estaba desencadenando la lucha global hasta la muerte entre las causas de Dios y el diablo, como si la vida real fuera una imitación de las películas de Hollywood” (p. 373).

A decir verdad, Hobsbawn es testigo excepcional de la caída del Imperio Británico y de la URSS, y además de las luchas anticoloniales, de la caída del nazismo (que aspiró a durar un milenio) y lamenta no estar vivo, dice, para cuando Estados Unidos se desmorone aunque augura a sus lectores que serán testigos de ese nuevo desplome.

A lo largo de las páginas de esta autobiografía este viejo historiador comunista nos lleva de la mano a acontecimientos europeos fundamentalmente que repercutieron en la vida de todos los pueblos del planeta. Y que hicieron inamovibles sus convicciones hasta que el Partido Comunista Británico se disolviera tras la implosión de la URSS.

Nos recuerda asimismo que ya el neoliberalismo fue una moda antes de 1914 pero la Revolución rusa y el auge de la izquierda en Europa occidental, y la aparición del fascismo, dieron pie a valores sociales antinómicos de la prédica liberal. En efecto, el neoliberalismo decimonónico acarreó la Primera Guerra Mundial (1914-1919) y el fascismo la Segunda (1939-1945) pero fueron liquidados tras la segunda postguerra. Uno de sus sobrevivientes, el bolchevismo desapreció en 1955 y la URSS cayó en 1991, pero este nuevo neoliberalismo tiene las desventajas de ser esgrimido por una superpotencia que ya no podrá sostenerse sino mediante la guerra.

El historiador se especializó en la historia social de la clase trabajadora y, en ese sentido, fue asesor del sindicalismo británico y mantuvo nexos con los movimientos antiimperialistas del Tercer Mundo militando incluso con Bertrand Russell en el movimiento por el desarme nuclear. Es decir, ha sido el típico intelectual universitario activista siendo fiel al conjunto de ideas que abrevó en la Alemania de su adolescencia primigenia.

Y es así como ya en sus años postreros todavía tiene ánimo para dar a la publicidad el tomo Cómo cambiar el mundo. Marx y el marxismo 1840-2011. (Editorial Crítica, Barcelona (España), mayo de 2011), que es otra lectura del marxismo desde la perspectiva del siglo XXI. A su juicio, la presencia intelectual de Marx se debe a “que el fin del marxismo oficial de la URSS liberó a Marx de la identificación pública del leninismo en teoría y con los regímenes leninistas en la práctica (…) y sobre todo porque (…) el mundo capitalista globalizado que surgió en la década de 1990 era en aspectos cruciales asombrosamente parecido al mundo anticipado por Marx en el Manifiesto comunista”. Revela Hobsbawm una confidencia del mismo George Soros: “Hace 150 años este hombre descubrió algo sobre el capitalismo que hemos de tener en cuenta”. (p. 15).

Tres aspectos asegura hacen pertinente al marxismo de Marx hoy día. El primero “es el análisis de la irresistible dinámica global del desarrollo capitalista y su capacidad de destruir todo lo anterior, incluyendo también aquellos aspectos de la herencia del pasado humano de los que se benefició el capitalismo, como por ejemplo las estructuras familiares”. El segundo, continúa, “es el análisis del mecanismo de crecimiento capitalista mediante la generación de ‘contradicciones’ internas:”, es decir, la crisis generadora de más crisis y desestabilizaciones. El tercer aspecto, dice Hobsbawm, es mejor ponerlo “en palabras de sir John Hicks, galardonado con el premio Nobel de Economía: ‘La mayoría de aquellos que desean establecer un curso general de la historia’, escribió, ‘utilizarían las categorías marxistas o una versión modificada de las mismas, puesto que hay pocas versiones alternativas disponibles’”

Para concluir él mismo: “No podemos prever las soluciones a los problemas a los que se enfrenta el mundo en el siglo XXI, pero para que haya alguna posibilidad de éxito deben plantearse las preguntas de Marx, aunque no se quieran aceptar las diferentes respuestas de sus discípulos”. (p. 25).

Y así es. Los marxismos predictivos han caído en desuso. Ni el leninismo ni la socialdemocracia ni el gramcismo son en realidad respuestas adecuadas para nuestra época. Pero la explicación materialista de la historia, la teoría general de Marx sobre el capitalismo y su consiguiente explicación de la realidad siguen tozudamente vigentes. Pero, el mismo Marx lo dijo, no se trata de interpretar el mundo sino de transformarlo.-

 

erichobsbawm.jpg

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Miguel Bakunin

 

 

Carl Sagan

Así, a medida que la ciencia avanza, Dios parece tener cada vez menos que hacer. Es un gran universo, desde luego, por lo que Él, Ella o Ello, podría estar ocupado provechosamente en muchos sitios. Pero lo que evidentemente ha ocurrido es que ante nuestros propios ojos ha ido apareciendo un Dios de los vacíos; es decir, lo que no somos capaces de explicar, se lo atribuimos a Dios. Después, pasado un tiempo, lo explicamos, y entonces deja de pertenecer al reino de Dios. Los teólogos lo dejan de lado y pasa a la lista de competencias de la ciencia.

 

Carl Sagan: “La diversidad de la ciencia” [2007]



 

Stepehen Hawking

"La estirpe humana no es más que un sustrato químico en un planeta pequeño, orbitando alrededor de una estrella mediana, en los suburbios de una galaxia del centenar de miles de millones que existen"

 

Carlos Marx

“Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de esas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social” (1859)

 

 

Albert Einstein

Si una idea no parece absurda

de entrada,

pocas esperanzas

hay para ella.-

 

Groucho Marx

"El secreto de

la vida es

la honestidad y

el juego

limpio, si puedes

simular eso,

lo has conseguido."  

  

MARX, Groucho (1890-1977) 
Actor estadounidense