El estado-de-bienestar se está desbaratando (o lo están desbaratando) en los países centrales. Mientras que en la periferia están tratando de edificarlo pero más barato. Pero la lógica del sistema-mundo capitalista sigue intacta.
Puede haber disparidad por la hegemonía entre regiones de la periferia respecto a los Estados centrales (los únicos Estados son los centrales, el resto son su área externa donde predominan los Gobiernos o Estados débiles) pero la eficacia del monopolio del complejo tecnocientífico militar de cada cual decidirá el desenlace.
Todo lo que vemos hoy es que fuerzas productivas que hasta ayer parecían ser exclusivas de determinadas regiones se desplazan hacia otras. Se tiene derecho a sospechar que ese desplazamiento no es producto del azar, sino de la minimización de los costos, especialmente el de la fuerza de trabajo.
¿Qué se instala en su lugar? Nuevas fuerzas productivas de signo distinto con la ciencia y la tecnología de avanzadas como ejes de su desarrollo. Pero la lógica del capital sigue intacta: requiere de nuevas acumulaciones de riqueza; necesita despilfarrarlas de algún modo; conservar alta la tasa de ganancia para las inversiones donde quiera que sea.
Esto ocasionará obviamente un sin número de nuevas migraciones y de viejos problemas reciclados en el ámbito de la postmodernidad. El capitalismo agoniza, o quizá sería mejor decir que ciertos capitalistas agonizan. Pero no todos.
Semiperiferias como la India y China, por ejemplo, requerirán décadas para establecer un estado de bienestar como el noruego o el suizo. Mientras, la carne humana seguirá presta a ser puesta en el asador de las nuevas vicisitudes que se avecinan.
Ante la visible pérdida de la hegemonía de los Estados del centro es plausible la guerra, porque las guerras, todas ellas, son negocios redondos. Y no hay nada que necesite más el capitalismo en esta transición de fuerzas productivas que unos buenos negocios.
No podemos saber cuál será el desenlace. Probablemente algunos Estados del centro sobrevivirán mientras que otros engrosarán a la periferia. Y, algunos de ésta pasarán a ser centrales.-