Crisis sistémica, revolución bolivariana y anarquismo social y organizado
Casi todos estamos de acuerdo en que hay una crisis sistémica global. Pero no estamos de acuerdo en cuáles son sus características. Hay quienes piensan, por ejemplo, que el Estado Nacional es causa de esa misma crisis; nosotros sostenemos, sin embargo, que sólo el Estado Nacional imperial es causante mas no los Estados Nacionales periféricos. Y esto, desde luego, genera dos vertientes antinómicas de análisis y praxis.
Ya se sitúe uno en las rocas sólidas de la modernidad líquida o en las arenas movedizas del posmodernismo, las conclusiones siguen siendo las mismas: el Mercado Global es determinante y hegemónico, y sólo puede ser contenido, y nunca absolutamente, por la acción de los Estados nacionales en la periferia. Lo que no es la misma situación ni en la semiperiferia ni en los Estados centrales. Uno, porque en los Estados centrales sobrevive el poscolonialismo (que, a la postre, permite a esos Estados seguir siendo deliberantes en el Mercado Global); y dos, porque la semiperiferia va perdiendo paulatinamente su rol para situarse en una periferia restringida (casos de España y Portugal, cuyo “sistema iberoamericano” no arrojó los resultados que se esperaban: situar a América Latina en el área de influencia euronorteamericana).
Ahora bien, ¿hasta qué punto los Estados periféricos que resisten la esponja del Mercado Global pueden derivar en entidades donde los gobiernos obedezcan a las masas organizadas? ¿A la larga, no podrán evitar ser absorbidos y el dominio interno derivará en proconsulados al servicio de los Estados centrales actuales o futuros? En esta disyuntiva está la revolución bolivariana.
Para los anarquistas socialistas y organizados la consciencia social de las masas sólo puede surgir de su organización y de la gimnasia revolucionaria contra el dominio. Negamos toda opción a una vanguardia al margen de las masas oprimidas y explotadas que sea portadora del socialismo o del comunismo y que inocule en el pueblo trabajador las formas de superar la lógica metabólica del capital. Solamente mediante su praxis esas mismas masas pueden edificar una nueva lógica dispar de la capitalista y antagónica con ella, y esto sólo se puede alcanzar mediante la gimnasia revolucionaria. Eso está sucediendo en Venezuela, y no sólo en Venezuela; en otros sitios, los obstáculos son mayores pero igualmente la iniciativa de la multitud se va desarrollando.
En el caso venezolano puede darse el caso de la emergencia de una burocracia como clase dominante en reemplazo de la antigua burguesía, como se ha podido constatar en Cuba o en las experiencias del socialismo real. En la actualidad no es éste el caso. Pero podría serlo a partir del 2012 cuando la arremetida imperial contra la victoria chavista de ese año sea imparable, como en el caso de una guerra.
Cuando hay un auge de masas, organizado, el dominio apela a la guerra civil; o a las intervenciones extranjeras que rememoran el colonialismo del siglo pasado. Si en la encrucijada actual no estás al lado del poder popular del pueblo trabajador serás percibido como un enemigo a merced de las fuerzas retrógradas de la sociedad. Y mucho más si el discurso está manchado de tinta liberal y la praxis que planteas es la del solipsismo, ajeno al tiempo y al espacio de las luchas por la emancipación social y humana.-