El Banco Nacional de Desarrollo Económico afirma que el sistema bancario de Brasil es robusto
El BCB ha advertido que este manguerazo de liquidez no será la única medida que adoptará para estabilizar la moneda. La revalorización del dólar frente a la divisa local está atemorizando a los mercados. Las noticias de que la inflación crece a mayor ritmo del esperado —el alza de los precios está ya en el 6,5% interanual, el límite previsto por el Gobierno— junto a la inestabilidad de la moneda ha llevado al supervisor brasileño a iniciar este viernes un programa diario de subastas a futuro de las monedas con acuerdos de recompra que se prolongará hasta el 31 de diciembre, para tratar de estabilizar los precios. Además, el BCB tendrá que decidir en breve si vuelve a subir el tipo oficial del dinero, en el 8,5% para frenar la inflación.
“Con el objetivo de proporcionar cobertura cambiaria a los agentes económicos y liquidez al mercado de divisas, el Banco Central de Brasil anuncia que comenzará desde este viernes un programa de subastas de divisas a futuro y de venta de dólares con acuerdo de recompra”, informó el supervisor brasileño.
Los temores sobre el aumento de los tipos de interés y el fin del dinero barato están provocando temblores en las monedas de las economías emergentes. Las actas de la última reunión de la Reserva Federal publicadas esta semana revelan que el programa de estímulos monetarios puesto en marcha por el presidente de la Fed, Ben Bernanke, para solucionar los problemas de liquidez generados por la crisis está llegando a su fin. La lira turca, el rand sudafricano, el bolívar venezolano o la rupia de Indonesia, entre otros, son algunas de las divisas que más se han devaluado en las últimas semanas ante la apreciación del billete verde por los signos de recuperación de la economía estadounidense.
Luciano Coutinho, presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) ha afirmado hoy que a pesar de la volatilidad cambial del momento, el sistema bancario de Brasil es robusto. “Tenemos condiciones macroeconómicas perfectamente administrables y grande oportunidades de inversiones”, explicó durante el Encuentro Nacional de Comercio Exterior en Río de Janeiro.
Según Coutinho es posible que Brasil “esté entrando en un nuevo nivel de cambio”. El jueves el dólar llegó a cotizar a 2,454 reales, el índice más alto ante el real desde 2008. El precio del dólar -que se acerca a los 2,60 reales en las casas de cambio- crea una cierta preocupación en cuanto a los precios en el mercado de productos importados, ya que Brasil presenta un fuerte desequilibrio en la balanza comercial frente a las exportaciones. Pero el presidente del BNDES prefiere ver los aspectos positivos de ese nuevo panorama cambial: “Con mucha probabilidad estamos entrando en un ciclo duradero de valorización del dólar lo que tiende a crear condiciones más favorables para nuestra competitividad a medio plazo”.
Según él esta es una hora en la que Brasil debe mantener “tranquilidad para dejar que pase este momento de nerviosismo”. Los próximos días el Banco Central, que acaba de tomar estas medidas de emergencia para sujetar la subida del dólar, deberá decidir si mantener los actuales tipos de interés de 8,50% o volver a subirlos. Cuando la presidenta Dilma Rousseff llegó al gobierno en 2010, se comprometió a bajar los índices de interés oficiales de dos cifras que ella consideraba enormemente altos en relación con otros países del mundo.
Lo consiguió haciendo que disminuyera siete veces seguidas durante los dos primeros años de gobierno (una bajada de un 7%). Desde hace unos meses, sin embargo, el Banco Central se ha visto obligado a volver a subir dichos intereses hasta un 8,50%, cifra que aún podría aumentar. Ello para no sacrificar más la inflación, un mal que recae sobre todo en las espaldas de la nueva clase social salida de la pobreza, que ya presenta un 40% de deuda en relación a su renta.-
Ver también:
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_divisas
En Latinoamérica, Brasil, Venezuela y Argentina lideran las devaluaciones, pero el resto también sufre por la expectativa de cambios monetarios en EE UU
El real es la segunda moneda latinoamericana que más ha perdido valor en lo que va de 2013, después del bolívar de Venezuela. Si bien este jueves, el dólar retrocedía a 2,43 reales, desde enero ha subido el 18,9%. En dos años se ha apreciado un 43% frente a la moneda brasileña, o lo que es lo mismo que decir que ésta se ha devaluado un 30%. “La economía de Brasil tiene malas perspectivas de crecimiento”, observa Miguel Boggiano, analista de la inversora Carta Financiera y profesor de la Universidad de San Andrés (Argentina). “Pero, ¿qué viene primero? ¿Las malas expectativas de crecimiento y luego la fuga de dólares o al revés? Estoy muy tentado a pensar que el escape de dólares termina impactando en las perspectivas de crecimiento y no al revés”, opina Boggiano.
Casi todas las monedas y bolsas latinoamericanas están sufriendo en los últimos meses por las señales que ha dado la Reserva Federal de EE UU (Fed, banco central) de que a finales de año comenzará a retirar los estímulos monetarios, la política llamada de flexibilización cuantitativa, ante las señales de recuperación de la economía norteamericana. Incluso podría subir en algún momento el tipo de interés de EE UU, con lo que se acabaría el tiempo del dólar barato. Ante estas perspectivas, ha comenzado a subir el rendimiento del bono del Tesoro de EE UU a diez años de 1,4% a 2,8% en los últimos 12 meses. Y cuando la superpotencia ofrece mejores rentas, los capitales especulativas vuelven a ella y dejan los mercados emergentes, por los que apostaron en los últimos años. Es así que en Asia y América Latina se deprecian monedas, bonos y acciones y aumenta la presión sobre los bancos centrales de estas regiones para que eleven los tipos de interés, con lo que se cerraría el ciclo de dinero barato en el mundo.
Al apreciarse el dólar, también se deprecian las materias primas, que cotizan en moneda norteamericana y que además han sido objeto de inversiones especulativas en tiempos de dinero barato y crecimiento acelerado de China. Como las principales exportaciones de los países sudamericanos son las de productos básicos, desde minerales y petróleo hasta alimentos, una caída de sus precios afectaría las economías. En Brasil, por ejemplo, un índice de precios de sus materias primas ha bajado el 5,2% en un año. En Perú, uno de los países latinoamericanos que más ha crecido en los últimos diez años, el presidente Ollanta Humala ha reconocido esta semana que la “crisis” internacional ha llegado a su economía.
A los factores internacionales se añaden en Brasil otros de carácter interno, como la lenta expansión de la economía desde 2012 o las protestas sociales de este año. La devaluación del real ha despertado temores a que se acelere una inflación que alcanza el 6,1%. Algunos de sus socios de Mercosur también están sufriendo su desaceleración respecto de los años de alto crecimiento (2003-2008 y 2010-2011) y están depreciando sus monedas. Son los casos de Argentina, donde el dólar se ha apreciado frente al peso el 14,3% en 2013, y Uruguay, con un 16,1%. También han perdido valor el guaraní paraguayo y el bolívar venezolano, donde el Gobierno de Nicolás Maduro anunció en febrero pasado una devaluación del 30% que aceleró la inflación hasta el 42,6% actual.
En Argentina, al igual que en Venezuela, rigen límites estrictos para la compra de divisas, por lo que se han desarrollado mercados ilegales. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha dicho una y otra vez que no devaluaría, pero en los últimos 12 meses el dólar se ha apreciado frente al peso el 30%, con lo que por primera vez en años ha superado al ritmo de inflación (23%). El Gobierno argentino busca así evitar una pérdida de competitividad del peso frente al real y también intenta acortar distancias con la cotización de su moneda en el mercado marginal, donde el dólar cuesta un 61% más caro que en el legal, según opina Boggiano. Sucede que el Ejecutivo ha tomado conciencia de que el mercado paralelo, aunque pequeño, impacta en forma negativa en algunos sectores de la economía, como el inmobiliario, que se maneja en dólares, o el agrícola, que ante las restricciones oficiales a la importación contrabandea insumos y los paga en divisas a la cotización marginal, según Boggiano. Mientras tanto, en Venezuela el dólar cotiza 300% más caro en el mercado marginal que en el oficial.
El dólar se ha apreciado en lo que va de 2013 un 7,8% frente al sol peruano, el 6,7% ante el peso chileno y el 9% ante el colombiano. Son monedas de tres economías dependientes de la exportación de materias primas. En cambio, el dólar se ha fortalecido solo el 2,1% frente al peso de México, cuyas ventas externas están dominadas por las manufacturas que van a EE UU.
Pero no solo América Latina sufre. En India, otra de las economías emergentes más desaceleradas junto con Brasil, la rupia se ha devaluado este año el 19% y esta semana ha marcado mínimos históricos. También la moneda turca está por los suelos. La rupia de Indonesia está en el menor nivel en cuatro años y le siguen la estela el baht tailandés y el ringgit malasio. Todos están afectados por la expectativa de cambio de política monetaria de EE UU y su eventual impacto negativo en el crecimiento de las economías emergentes.-