Los atentados apuntaban contra varias mezquitas chiíes de Bagdad (capital) y de la ciudad de Kirkuk (norte), según los datos facilitados por una fuente de la Policía iraquí.
La explosión de cuatro vehículos en Bagdad, con un saldo de 14 muertos y 25 heridos, se produjo mientras se celebraba la oración musulmana del viernes en las mezquitas, con una asistencia masiva de fieles.
La violencia no ha hecho sino aumentar en Irak desde diciembre de 2011, cuando se emitió una orden de arresto contra el vicepresidente fugitivo Tariq al-Hashemi, acusado de dirigir un escuadrón de la muerte que tenía como objetivo asesinar a funcionarios iraquíes y musulmanes chiíes.
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