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18 janvier 2008 5 18 /01 /janvier /2008 21:27

“1491, una nueva historia de las Américas antes de Colón”

Autor: Charles C. Mann.-

Editorial Taurus, México, 2007. Pags. 632.-

 

Charles Mann es un periodista científico, corresponsal de la prestigiosa revista Science. Su tesis es bastante sencilla: América siempre fue el continente más poblado hasta la llegada de los europeos. Al contrario, la idea más generalizada es la de que la población de América era inferior a la de Eurasia.

 

Con un cúmulo impresionante de datos, y valiéndose de investigaciones elaboradas por equipos de científicos acreditados, Mann trata de corroborar su hipótesis.

 

Es un libro apasionante para quienes se interesan por los temas de la evolución. Aunque, en cierta forma, sigue el paradigma diseñado por Jared Diamond [“Armas, gérmenes y acero”, Editorial Debate, España, 2007], el volumen de investigaciones que maneja y cita es impresionante.

 

En el mundo de la antropología los debates no cesan. En general, sucede lo mismo en todas las ciencias humanas, aunque el panorama en las ciencias llamadas duras no permiten ser optimistas en cuánto a qué verdad sabemos a ciencia cierta y si esa verdad que creemos saber es, en efecto, la verdad.

 

La obra de Mann está dividida en tres partes y cuenta de numerosos apéndices, más notas y una bibliografía de primera y casi toda proveniente del mundo anglosajón que, por más que nos cueste admitirlo, es el más avanzado en conocimientos sobre/de los orígenes de la humanidad.

 

Sin desechar la tesis de que los conquistadores europeos masacraron pueblos enteros, al parecer la hipótesis que más se acepta hoy día es que la gran mortandad tras el arribo europeo se debió a los gérmenes, especialmente al de la viruela, y otros. Porque hay casos insólitos de ruinas que inexplicablemente fueron “abandonadas” por sus habitantes, sin que se trate específicamente del caso de los mayas que, al parecer, debieron su ocaso a una crisis ecológica.

 

Hay que subrayar que las ciencias humanas son hoy pasto de las arremetidas ideológicas “neos”, ya sean neconservadoras o neoliberales. La antropología es una de ellas. Quizá el libro de Mann, como el de Diamond en su momento, entre dentro de esa corriente revisionista. Pero de cualquier manera plantean hipótesis subyugantes que no se pueden desechar sin más, especialmente cuando todas las verdades sobre las cuales se cimentó la civilización occidental –energía infinita, clima imperecedero y ser humano teleológicamente determinado moral y técnicamente, especialmente- se van desplomando ante la crisis energética y el problema del cambio climático, es decir, frente a la gran hecatombe ecológica que se avecina.

 

Me ha llamado la atención en esta obra de Mann su insistencia en que la Amazonia estuvo siempre poblada más densamente de lo que siempre se supuso. Incluso, Mann habla de una serie de civilizaciones amazónicas que habrían practicado la sapiencia de convivir del humano con la selva. Al parecer, los primigenios amazónicos convivían con la naturaleza postulando una naturaleza artificial que aquélla les respetaba; cuando abandonaban el paisaje, por diversas razones, la selva se rehacía guardando el equilibrio de los ecosistemas.

 

Mann no deja de rememorarnos asuntos que por su simpleza se olvidan con facilidad. “La insistencia de los indios en la libertad personal siempre estuvo acompañada por una idéntica insistencia en la igualdad social –escribe en la p. 439-. Los indios del noreste se sintieron abrumados ante la propensión de los europeos a subdividirse en clases sociales, donde los de los escalones inferiores de la jerarquía tenían que plegarse a quienes ocupaban los escalones más altos. […] Los hurones –que eran estos indios de Norte América- (…) no lograban comprender por qué un hombre ha de tener más que otro, ni por qué gozan los ricos de más respeto que los pobres […]”

 

Desde luego, en muchas civilizaciones americanas existían las clases sociales –incas, aztecas, etc.-, los sacrificios humanos, etc. Pero ya existían en Europa, y en lo que respecta a sacrificios humanos la Inglaterra medieval los practicaba. Así que ni mejores ni peores.

 

Quizá el asunto esté en saber por qué razón siempre triunfaron los malos que eran menos que los buenos. Quizá porque la ecología lo permitiera, podría ser. Falta mucho, sin embargo, por consolidar la hipótesis central del libro. Si América, antes de Colón, fue siempre el más poblado de los continentes, ¿por qué hay tantos chinos y tan pocos americanos, hoy? La tesis de Diamond ya se sabe: la resistencia a los gérmenes entre los asiáticos fue posible porque Eurasia está cruzada por un eje que permitió de oeste a este transmitir gérmenes y antivirus. Cuando en el Creciente Fértil comenzó la agricultura ésta se fue transmitiendo al igual que la práctica de la domesticación de animales. Cuando los europeos llegan a América traen el caballo. No había caballos en América. Tampoco viruela.

 

Y, bueno, tampoco se trata de negar que la conquista europea tuvo lo suyo en genocidio. Porque tampoco el europeo del 500 era un dechado de virtudes, salvo los frailes que sí lo eran pero de teologales. Además, el europeo del 500 venía, en gran medida, de bregarse el sustento defendiendo la cristiandad amenazada por el Islam. Por donde quiera que miremos, el Papado está en todos los guisos.-

 

FLOREAL  CASTILLA, Magíster Scientiarum en “Filosofía y Ciencias Humanas” (UCV).

 

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Miguel Bakunin

 

 

Carl Sagan

Así, a medida que la ciencia avanza, Dios parece tener cada vez menos que hacer. Es un gran universo, desde luego, por lo que Él, Ella o Ello, podría estar ocupado provechosamente en muchos sitios. Pero lo que evidentemente ha ocurrido es que ante nuestros propios ojos ha ido apareciendo un Dios de los vacíos; es decir, lo que no somos capaces de explicar, se lo atribuimos a Dios. Después, pasado un tiempo, lo explicamos, y entonces deja de pertenecer al reino de Dios. Los teólogos lo dejan de lado y pasa a la lista de competencias de la ciencia.

 

Carl Sagan: “La diversidad de la ciencia” [2007]



 

Stepehen Hawking

"La estirpe humana no es más que un sustrato químico en un planeta pequeño, orbitando alrededor de una estrella mediana, en los suburbios de una galaxia del centenar de miles de millones que existen"

 

Carlos Marx

“Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de esas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social” (1859)

 

 

Albert Einstein

Si una idea no parece absurda

de entrada,

pocas esperanzas

hay para ella.-

 

Groucho Marx

"El secreto de

la vida es

la honestidad y

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limpio, si puedes

simular eso,

lo has conseguido."  

  

MARX, Groucho (1890-1977) 
Actor estadounidense