EL ECO DE LOS PASOS sostiene el apoyo crítico a la Revolución Venezolana desde el punto de vista del Comunismo Anarquista.- Colaboraciones a: cntfai@cantv.net
URUGUAY,
EL ANARQUISMO COMO EXCEPCIÓN
La Federación Anarquista Uruguaya (F.A.U.) ha sido el modelo organizativo de los anarquistas latinoamericanos que más eficiencia ha demostrado en la acción revolucionaria en el marco de la lucha de clases sociales. Tiene medio siglo de experiencias. Debemos indicar, antes de proseguir, dos cosas: el resto de los modelos organizativos del anarquismo latinoamericano se diluyeron a partir de 1930 –en México, la CGT se extingue con las políticas nacionalizadoras de Lázaro Cárdenas que, dicho sea de paso, inspiran a Trotzky en sus análisis latinoamericanos-; y, el Uruguay de Eduardo Galeano es un país de “anarquistas conservadores”, poca población, bastante avispada y culta, y una idiosincrasia muy arraigada en los valores culturales de los “orientales”.
En el Uruguay, como en todas partes, hay “cipayos”, pero este pequeño país rioplatense ha contado con que la mayor parte de su intelligentsia no ha tenido la mente ni en Miami ni en Paris ni en Madrid, que ya es un gran avance histórico.
Todavía no se habían acallado los cañones de la guerra civil española cuando, en 1938, se fundan las Juventudes Libertarias, colectivos de rebeldes, estudiantes de liceos nocturnos, obreros, vinculados a organizaciones gremiales, gente libertaria de diversa procedencia.
Al lado de la FAU (http://www.nodo50.org/fau/)
el anarquismo uruguayo también tiene creaciones que tienen que ver con la dinámica popular de los orientales: el movimiento cooperativo, la experiencia de la “Comunidad del Sur” (http://www.ecocomunidad.org.uy/) , el caso emblemático de Luce Fabbri (y de su círculo) (http://www.rimaweb.com.ar/protagonistas/luce_fabbri.html) ; Carlos Rama, sociólogo libertario –fallecido prematuramente- (http://www.iesalc.unesco.org.ve/pensamientouniv/uruguay/rama-carlos.pdf) ; asimismo en el movimiento cooperativo descolla la FUCVAM [Federación uruguaya de cooperativas de vivienda ayuda mutua] (http://www.fucvam.org.uy/) que está estableciendo proyectos con el gobierno bolivariano venezolano según tengo entendido; el Partido por la Victoria del Pueblo (http://www.pvp.org.uy/) que, a su vez, fue fundado por anarquistas y forma parte hoy del Frente Amplio con posiciones críticas. Por otro lado, existe un grupo editorial alternativo (http://www.nordan.com.uy/); y otros colectivos y revistas originados en el período postdictatorial. Se presenta en Uruguay la diversidad anarquista, está también la Organización Libertaria Cimarrón y, recientemente, se creó la Federación Libertaria uruguaya.
Recordemos que la dictadura uruguaya comienza con el autogolpe de Bordaberry, en 1973; meses antes del golpe pinochetista que derriba a Allende, en Chile. Sin embargo, Bordaberry deja el gobierno en manos de las Fuerzas Armadas en 1976, y a partir de ahí comienza la dictadura militar propiamente dicha y, además, la “Operación Cóndor”, conjuntamente con la dictadura videlista argentina y la ya consolidada de Pinochet. En 1985, “regresa la democracia”. Apenas en 2004 gana el gobierno un bloque de agrupaciones de izquierda.
La República Oriental del Uruguay es un país chico y de poca población. [176.220 Km2 y 3.431.932 habitantes según datos de 2006]; el 94.5% de su disponibilidad demográfica es de origen europeo (español e italiano); casi toda la población está alfabetizada; aunque tiene baja inflación y un paro de casi 13%, el Uruguay es poco competitivo en el mercado global a nivel de materias primas, realmente sigue siendo un proveedor de carnes, verduras, textiles y, últimamente, han incursionado en la industria del software con buenos resultados.
A decir verdad, la nueva élite dirigente uruguaya, integrada por antiguos activistas de la izquierda jacobina de los ‘60 y ‘70, está más interesada en insertarse en la “sociedad de la información” que en ser parte del Mercosur o en seguir el modelo de socialismo bolivariano venezolano. De aquí que, dejando de lado las banderas antiimperialistas, Tabaré se reúna con Bush y se abra la posibilidad de que los uruguayos ingresen en el modelo de libre comercio impulsado por los Estados Unidos; así como voceros de los antiguos Tupamaros despotriquen públicamente del socialismo bolivariano.
El Uruguay en que comienza la militancia anarquista a nucleares federalmente es “la Suiza de América”. Pero, además, es el Uruguay del “colegiado”, es decir, el Poder Ejecutivo era ejercido por un “Consejo Nacional de Gobierno” donde la Presidencia de la República se rotaba, un caso inédito en América, durando de 1952 a 1967. Después de este experimento vino Gestido, luego Pacheco Areco porque aquél fallecería y, más tarde, Bordaberry.
Ahora, este medio constitucional para evitarse los males del caudillismo no lo evitó realmente; quizá lo atenuó. El caudillo del Uruguay del siglo pasado es José Batlle y Ordóñez (1856-1929), y el batllismo ha sido la ideología nacional uruguaya: un liberalismo reformista de avanzada; así como en la Argentina el peronismo fortalecerá el Estado nacional a partir de 1943, relegando el anarquismo de los inmigrantes europeos y absorbiéndolo. Hoy el anarquismo argentino es un arroz con mango donde las corrientes de la Torre de Marfil lo han alejado de la dinámica popular.
La permanencia del anarquismo en la cultura uruguaya del siglo XX se explica por el tipo de condiciones excepcionales de la sociedad de la Banda Oriental respecto al de otros pueblos de América y del Caribe. Es, por tal razón, una notable excepción; caso, pues, digno de estudiarse y de emularse.
Durante la década de 1940 los libertarios debieron enfrentarse a un conjunto de situaciones prácticas donde la patronal fue reforzada con la alianza de los bolcheviques con la burguesía nacional.
Pero se cimentaron en el Ateneo del Cerro que sirvió de dinamizador para una serie de actividades, todas las cuales dieron surgimiento a la FAU en 1956. Mas la situación del anarquismo mundial en esa época era de una crisis absoluta, derivada de su derrota en la guerra civil española y del poco proselitismo que era capaz de acarrearse con entidades desprovistas del solar nutriente y con teorías que no explicaban los nuevos tiempos. La FAU, sin embargo, que siempre se tuvo como una organización del anarquismo político, interpretó correctamente las luchas antiimperialistas que cruzaban América Latina y, aunándolas a las luchas sociales del proletariado, logró transformarse en una organización viable de cuadros y planteamientos que la convertirán en el único ejemplo de activismo anarquista a nivel mundial y a lo largo de casi cuatro décadas del siglo pasado.
I. L. Horowitz, en su ensayo introductorio a “Los Anarquistas” (Alianza, 2 tomos, 1975) escribe que “la verdad llana y sencilla es que, en cuanto fuerza histórica, el anarquismo nunca tuvo gran importancia”. Una verdad lapidaria, pero verdad al fin y al cabo. Sin embargo, la excepción a esta regla fue la Federación Anarquista Uruguaya (F.A.U.) que, tras celebrar medio siglo de vida, y haber dejado en el asador de la lucha antifascista rioplatense a lo mejor de sus militantes continúa, hoy, en la brega.
En la FAU tendrán cabida todas las tendencias del anarquismo hasta bien entrada la década de 1960. Pero al arreciar las luchas anti-imperialistas en América Latina la ruptura entre las tendencias se produce ante el proceso cubano, aunque no sólo ante él, sino también por las interpretaciones que desde diversos puntos de vista se van planteando en torno al lugar de las clases sociales en el análisis anarquista, el de la violencia revolucionaria, el de la central única; y la ruptura de 1963-1965 que separan de la organización a sectores no revolucionarios.
Yo recuerdo que los anarcoliberales convirtieron a la FAU, en 1965. en un “monstruo” que había torcido los caminos santos del anarquismo. La propaganda que desde los grupos anarcoliberales de los Estados Unidos se hizo contra la FAU fue canalla. No tanto desde México, donde también había centros de difusión liberales; y mucho menos desde Europa, porque en España reinaba todavía el franquismo. A mí me tocó en esos años estar en un grupo de juventudes libertarias donde la desorientación ideológica era total. En aquellos años, por cierto, los mayores del movimiento –es un decir- rehuían la polémica con los cuadros comunistas como si éstos se trataran de demonios. Por 1965, en Venezuela, muchos jóvenes libertarios se habían incorporado a la guerrilla urbana y, otros, al MIR; pero gente que escribía libros, que aparentemente “sabían más de anarquismo que nosotros” se recluían en sus torres de marfil y no enfrentaban la polémica en la realidad que se vivía en la sociedad venezolana. Las pocas cosas que se editaban iban dirigidas a Francia sin hacer ningún tipo de evaluaciones de lo venezolano. Era algo totalmente insólito. También entre los jóvenes libertarios de esa época se produjo una escisión, un sector se fue a la lucha revolucionaria mientras que el otro, amparado en el paternalismo de los mayores, se dedicó a vegetar hablando ocasionalmente de unas ideas que no sentían.
La Revolución cubana agitó las luchas sociales latinoamericanas. La FAU, el anarquismo político uruguayo, se demarcó de la tradición irracional que en el anarquismo mundial había impuesto el anarquismo liberal, y apoyó decididamente a Cuba. El discurso de Fidel Castro, en el acto inaugural de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), que es una pieza maestra de la lucha popular revolucionaria, fue impreso y distribuido en centenares de copias por los activistas de la FAU en 1966. Podríamos decir que, sin forzar las realidades para que quepan en el zapato de nuestras convicciones, la FAU unió al bolcheviquismo revolucionario con el anarquismo revolucionario, a Lenin con Bakunin.
América Latina es la tierra de las simbiosis ideológicas enmarcadas, a su vez, en una perspectiva anticolonial. El anarquismo de la FAU cumple ampliamente con esa regla de oro. Todos los polos ideológicos que han sido fieles a las proclamas europeas o de las latitudes del Norte han quedado aislados de la dinámica social latinoamericana. O, como en el caso venezolano reciente, han derivado en cajas de resonancia de las posturas de la derecha cerril y, a veces, del fascismo animado desde Miami: es el caso del llamado CRA-“El Libertario” de Caracas: estos mahomas portátiles del “anarquismo” no sólo aplaudieron y apoyaron el golpe de estado de abril de 2002, sino que simpatizaron abiertamente con el sabotaje petrolero de 2002-2003 y con toda la política derechista desde hace 7 años auspiciada por los cipayos criollos, la CIA, los servicios de penetración ideológica y cultural de los imperios para subvertir el orden social en el país y derrotar a la revolución bolivariana.
En ese sentido, la FAU fue –y es- un foco solidario del anarquismo tercermundista, siempre ha visto solidariamente los procesos emancipadores de todo el continente. Solidarios con el MRTA peruano; con la insurgencia colombiana; con la resistencia zapatista chiapaneca; con las luchas autónomas del proletariado donde ellas se produzcan, con la causa libertaria argentina, etc.
Además, la FAU ha animado el crecimiento del anarquismo político en su entorno geográfico: la Federación Anarquista Gaucha (FAG), en Brasil, es parte de ese entorno, y parte, también, de ese anarquismo vivo pero heterodoxo – clasista- que es la excepción frente al anarquismo liberal que por ahí anda o aparenta que anda.
El “Movimento Nacional dos Catadores de Materiais recicláveis”, de Brasil, en el cual participan núcleos del anarquismo sureño, es una muestra de accionar libertario contemporáneo distante del policlasismo liberal. Y, a la vez, muestra de la estrategia mal llamada plataformista. Eso es la dualidad organizativa que siempre se practicó en el anarquismo social, organizado y revolucionario. Asimismo. en el mismo Brasil, se ha dado vida al Forum del Anarquismo Organizado (FAO), “un espacio de debate y articulación entre organizaciones, grupos e individuos anarquistas que trabajan o tienen la intención de trabajar de forma organizada actuando socialmente”. (“Lucha Libertaria”, octubre 2006).
La FAU tiene varias publicaciones, “Solidaridad” para los temas de la actualidad y “Lucha Libertaria” para los que ameritan un tratamiento más extenso. A raíz de su 50º aniversario han realizado varios actos y confeccionado publicaciones especiales. Pero siguen siendo los mismos y pensando para nuestro tiempo aspectos decisivos del accionar libertario:
“Porque creemos que la organización social lejos de impedir el desarrollo de la persona humana debe promoverla.
“Porque creemos que la ruindad, la opresión, lo mezquino, el horror, la explotación, son productos emanados del poder dominante.
“Porque creemos que el autoritarismo oprime y la obediencia denigra.
“Porque creemos en la solidaridad y rechazamos el egoísmo individualista.
“Porque creemos que el hombre es un ser social capaz de desarrollar su capacidad y generosidad al servicio de la sociedad.
“Porque queremos una riqueza social y un poder socializado
“Porque queremos un hombre libre en el colectivo.
“Por eso somos socialistas, por eso somos libertarios”
Así es.-
Referencias:
Juan C. Mechoso, “Acción directa anarquista. Una historia de la FAU”, Tomo I (2002), Tomo II: La Fundación (2005); Tomo III: Los primeros años (2006). Editorial Recortes. Montevideo. Uruguay.-
“Lucha Libertaria”, varios números recientes.-
“Solidaridad”, números 12-14.
Floreal Castilla.-
Venezuela, 5 de Abril de 2007.-