EL ECO DE LOS PASOS sostiene el apoyo crítico a la Revolución Venezolana desde el punto de vista del Comunismo Anarquista.- Colaboraciones a: cntfai@cantv.net
Paradigma Comunista Anarquista de la Periferia
I
¿Qué es un paradigma? Un paradigma es un ejemplar. Para la filosofía de la ciencia, por ejemplo, es el conjunto de hábitos, técnicas, normas metodológicas, ideas filosóficas, etc., que, junto con determinadas teorías científicas, dominan en el seno de una comunidad científica. Asimismo, en el campo de la Lingüística, hay dos acepciones de paradigma: a) Cada uno de los esquemas formales a que se ajustan las palabras, según sus respectivas flexiones; y b) Conjunto de elementos de una misma clase gramatical, que pueden aparecer en un mismo contexto. En los campos de las ciencias sociales, políticas y jurídicas hay paradigmas liberales, marxistas, comunitaristas, pragmatistas, anarquistas, religiosos, etc., que influenciados en mayor o menor medida por fuentes de pensamiento que se remontan a los siglos XVIII y XIX, y que pueden ser rastreadas, siempre se interrelacionan entre ellos en algunos intersecciones ya académicas ya generadas en la praxis.
Es así como el Paradigma Anarquista –que es, en algunas de sus manifestaciones, la síntesis entre el liberalismo y el socialismo- deviene en combinaciones diversas: “comunismo libertario” (Daniel Guérin); “mesianismo libertario” (Walter Benjamin); “marxismo libertario” (Abraham Guillén, Michael Lowy, Miguel Abensour, John Holloway); “leninismo libertario” (Lenin, en El Estado y la Revolución); “liberalismo libertario” (Daniel Cohn-Bendit y otros); etc.
Sin embargo, el Paradigma Comunista Anarquista es una cuestión de clase, es decir, es el resultado del desarrollo histórico del proletariado, de la clase social que vende su fuerza de trabajo a los efectos de contribuir al excedente social, es decir, que el proletariado –el vendedor de su fuerza de trabajo- es creador central del plusvalor, de la plusvalía, de la riqueza social.
El proletariado no está restringido a los obreros de las fábricas ni a los “obreros” distintos a los “empleados”. Hay que distinguir a una clase social de las distintas categorías dentro de la clase. Así como son de la misma clase social el terrateniente y el usurero, asimismo son de la misma clase social el obrero manual y el obrero intelectual; el joven estudiante –que se entrena para, posteriormente, ser explotado- y el joven que solamente tiene por horizonte en la vida lo que la sociedad burguesa califica como “delito”.
El Paradigma Comunista Anarquista es una cuestión del proletariado.
Con el desarrollo del capitalismo, el proletariado ya no sólo es localizable ni en la empresa clásica ni en el “trabajo fijo”. Hay un proletariado vagabundo; es el proletariado nómada como nómada es la localización hoy del capital. Por eso, T. Negri, propone que llamemos multitud a quienes conservan las características del proletariado mas no es ahora localizable, ubicable, detectable, porque la misma tecnología de la comunicación y de la información hace del lugar una categoría intrascendente.
El proletario-multitud sigue, empero, conservando su vínculo al sistema de la dominación mundial e imperial porque está obligado a vender su fuerza de trabajo, manual y/o intelectual, para sobrevivir, para existir.
El Paradigma Comunista Anarquista, por tanto, es una cuestión de la multitud proletaria.
La geometría del desarrollo capitalista desde el siglo XV consiste en ubicar los centros en los países europeos o más allegados a la civilización europea y, de allí, mediante circunferencias concéntricas, extenderse al resto del planeta donde no existe hegemonía de la raza blanca.
Se presentan dos tendencias. Una el desarrollo exógeno del mercado imperialista y, la otra, el desarrollo endógeno del mercado imperialista. La primera está graficada por Inglaterra y el resto de los Estados imperiales –coloniales, primero; neocoloniales, luego- de Europa. La segunda, graficada por Alemania y Japón; y, por Rusia y China.
Como colofón al desarrollo intelectual de la Europa occidental de la segunda mitad del siglo XIX el Marxismo expresa la última versión del Socialismo Utópico que pretendía desmontar los rigores del individualismo capitalista con los ensayos solidarios y socialistas parciales. El Paradigma Anarquista en la Primera Internacional Obrera elabora las bases organizativas del Paradigma Comunista Anarquista, integrado por republicanos radicales, diputados jacobinos, intelectuales eslavos y asociaciones obreras afiliadas a la AIT, todos admitiendo el Marxismo como método de análisis científico del modo de producción capitalista y de la lucha proletaria. El Paradigma se va haciendo praxis con la Comuna de París, de 1871; se repite en la Revolución Rusa, de 1905; en la Revolución Mexicana, de 1910, con el añadido de la cosmovisión anti-imperialista y anti-colonial; en la Revolución Rusa, de febrero-marzo de 1917; y en el golpe militar de los bolcheviques, en octubre-noviembre de 1917. Sigue con las revolución alemana frustrada entre 1918-1923; ocupación de las fábricas en Italia; victoria del Frente Popular, en Francia, en 1936; revolución y guerra civil españolas entre 1936-1939; resistencia antifascista; movimientos revolucionarios anticolonialistas; etc.
En la lucha por el Comunismo el Paradigma Comunista Anarquista se movía en dos planos. En el primero, la organización de la vanguardia sumida en el seno del movimiento de masas; en el segundo, las formas de organización tras el derrocamiento del Estado burgués debían de ser formas democráticas del poder popular entendiéndose como descentralización horizontal del poder político; economía planificada y extensión de la revolución a otras regiones mediante el internacionalismo proletario.
A raíz de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, con la eclosión de Rusia como potencia, el Paradigma Anarquista comienza paulatinamente a vaciarse de sus contenidos proletarios iniciales para confundirse, en y desde los Estados Unidos e Israel, en Paradigma Liberal, es decir, arguyendo demagógicamente cierto nexo con las fuentes anarquistas, deviene en Paradigma AnarcoLiberal pero es indiferenciable del Paradigma Liberal clásico de los Fundadores de los Estados Unidos de América.
Es decir, el Paradigma Comunista Anarquista hereda las tradiciones del comunismo anárquico que aceptaron las teorías científicas del Marxismo como método para analizar la sociedad que el proletariado del mundo entero deseaba abatir.
Por su parte, el Paradigma AnarcoLiberal, basado en la corriente exigua individualista del anarquismo –condenada por P. Kropotkin- entronca con las tradiciones del liberalismo radical de los Estados Unidos y de él surge el AnarcoCapitalismo; los discursos Anticivilizatorios; el Anarcoprimitivismo; la moda libertariana; el anarquismo como estilo de vida personal; etc., apartado de las clases sociales, de la lucha de clases, pueblos, nacionales, identidades, insistiendo en que no hay sociedad sino lo único que hay es individuos, como si las sociedades humanas no generaran variables y constantes más allá de las personas al menos como mecanismo para mantener vivo el instinto muy humano de supervivencia, de la defensa ante la adversidad ambiental, de construcción civilizatorias y de progreso de la especie humana.
Sumido en el “american way of life”, el Paradigma AnarcoLiberal niega la sociedad y sólo combate el capitalismo en su versión transnacional auspiciando un capitalismo de libre competencia, cuando, por el mismo desarrollo actual de las fuerzas productivas el capitalismo de libre competencia es un antigualla.
El Paradigma Comunista Anarquista es, por tanto, el del proletariado sin dios ni amo. El Paradigma AnarcoLiberal es el paradigma de los pequeños burgueses propietarios, comerciantes, pequeños propietarios que siguen viviendo en las nebulosas del artesanado cuando éste ha sido suprimido por las leyes del desarrollo histórico.
Mientras el Paradigma Comunista Anarquista es ateo, anticlerical –de todos los cleros- y auspiciador de la supresión de todas las iglesias organizadas ya que ellas monopolizan el poder espiritual de mujeres y hombres, estimulan las supercherías religiosas y están a la base de las supersticiones de toda índole; el Paradigma AnarcoLiberal, por su parte, es religioso, sólo combate al Papado cuando éste niega el derecho a otras opciones sexuales distintas de la heterosexual, pero jamás podrá entender, dado el individualismo metodológico de sus análisis, que las Iglesias, todas ellas, están a la base del principio del Estado, tal como lo sostuvo M. Bakunin.-