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EL ECO DE LOS PASOS sostiene el apoyo crítico a la Revolución Venezolana desde el punto de vista del Comunismo Anarquista.- Colaboraciones a: cntfai@cantv.net

La necesidad de organizarse de los anarquistas (Segundo texto)

 

ide enfrentamiento con el poder injusto y criminal, por tanto, segura represión, esto no “vende”.

La mayoría de organizaciones utilizan técnicas de marketing, y las estadísticas en su actuación política, por lo que plantean todo lo opuesto, venden humo, prometen lo que la población quiere escuchar, en definitiva, utilizan el engaño.

Además, en una sociedad donde se ha instalado el discurso de la seguridad, convirtiendo al ciudadano en una persona con miedo que pide al estado mayor seguridad, más policía, y ya es un hecho, el ciudadano está dispuesto a perder derechos a cambio de mayor seguridad.

Por tanto, será un camino difícil y complicado, pero camino solidario, no caritativo, donde el reparto, la igualdad a todos los niveles deben ser centrales.

Cualquier planteamiento, desde nuestra perspectiva, necesita además de compromiso y ética, formación y consolidar estructuras horizontales, federales, autogestionarias, fuertes, solidarias, respetuosas,…… y eso no se construye de la noche a la mañana, cuando éstas estructuras, actualmente, son una realidad minoritaria y débil. Ni se crearán producto de muchos encuentros o celebraciones que hagamos, si antes no existe un trabajo previo de coordinación en la lucha, de debate conjunto, de documentos de trabajo sólidos, bien argumentados, con conceptos claros y no simples declaraciones que suenan más a panfleto. Por tanto, el camino será complicado y no inmediato.

Con ese trabajo consolidado, con estructuras que intervengan en el día a día y formen parte del entramado social del pueblo organizado y en lucha, será cuando podremos pensar en hipotéticos levantamientos que tengan un sentido y objetivo concreto, no antes. Sin esto serán “celebraciones” y fuegos de artificio, si no son cosas peores.

Lo local y lo global.

Había un planteamiento interesante de alguien que planteaba la intervención en lo local. Es indudable que la intervención más inmediata, la más próxima es lo local, es una intervención inevitable, es el lugar donde vives, es con quienes tienes relación, tus vecinos, es donde pasas el mayor tiempo en tu intervención cotidiana, es donde incides realmente, en aquello que ves, palpas y sientes. Es lo mismo que los trabajadores, si se organizan es lo normal, pasan 8 horas, si no son más, al día en el mismo lugar, un lugar donde a cambio de su trabajo son mal pagados, explotados......., por tanto, es normal que se organicen,......, a pesar de todo, no debemos olvidar que el nivel de organización de los trabajadores es muy bajo.

En la sociedad actual, una lucha local aislada, se queda ahí, aislada. En el siglo pasado se hablaba del internacionalismo y existían, a veces, luchas con contenido internacionalista. Hoy, con la globalización, el problema es global, sabemos y lo comprobamos todos los días, el poder de decisión no está en los parlamentos locales, ni en los gobiernos locales, quien determina lo que se hace en el mundo es el capital financiero. Un capital que en segundos puede mover una cantidad ingente de dinero, tanto, como el presupuesto anual de muchos estados, de un lado del mundo al otro, sin ningún problema. Hoy día tenemos que ser consciente que estamos en un mundo, donde la ubicuidad, la instantaneidad, intangibilidad, la invisibilidad,..., son factores que no controlamos desde lo local, que condicionan todo y, reducen lo local a la “nada”, si lo local no está integrado en otro proceso global alternativo.

Proceso global que entiendo debería pivotar en torno a los Derechos Humanos con una perspectiva amplia, en la que esté contenido la igualdad, el reparto, la justicia,...., donde se cubran todo los derechos básicos: la sanidad, la educación, el derecho a una vivienda digna, a un trabajo digno, el derecho a la información brutalmente atacado en las actuales democracias,….. Si hay reparto que es lo justo, hay trabajo para todos, cada cual aportando a la sociedad, y no subvenciones, ni salarios como se quieran llamar a cuenta del trabajo de los demás. Igualdad y reparto a todos los niveles, todo en la mismas condiciones, todos aportando lo mismo.

El mundo está lleno cotidianamente de hechos que demuestra que el poder está en otro lado, aquí mismo en Iberia es una prueba de ello con esto de la crisis, los poderes del parlamento español o portugués o sus gobiernos respectivos, es evidente que está en otro lado, son otros quienes les dictan las normas y los acuerdos que se deben tomar. Esto no quiere decir que dichos gobiernos tienen sus responsabilidades nefastas para los más desfavorecidos.

Podemos hablar de otras luchas, como la zapatista, tan relevante en un momento determinado. Una lucha con valores y con una realidad (en este momento no sabría valorar en que estadio está) en la que, ellos, organizados en comunidades se gobiernan a sí mismos, o sea se autogestionan. Pero es evidente que, después de más de 19 años desde aquel 1 de enero en que se levantaron, es un proceso en cierto modo aislado, que de nuevo ha acordado un plan para volver a salir, para extenderse, como así ha sido. Su primer paso, el pasado 21 de de diciembre (en el aniversario de la matanza en Acteal), ocupando masiva y pacíficamente cinco ciudades de Chiapas, entre ellas San Cristóbal de las Casas.

Todo proceso aislado tiende a agotarse, quien no se agota es el poder, siempre tendrá el recurso de “regenerarse” provocando una guerra en última instancia, si no somos capaces de impedírselo. Por ello, hay que luchar contra el aislamiento creando estructuras reales de intervención a nivel global.

Al capital globalizado o planetario como se le quiera llamar no le preocupa en absoluto lo parcial, lo fragmentado. Lo único que le puede preocupar es que, en contra de su plan global de dominación del mundo, se ponga enfrente de él una alternativa global y cuando digo alternativa global me refiero a que tenga capacidad de cambiar el sistema, no me refiero a una propuesta marginal, a una declaración con muy buenas intenciones, sin nada por detrás. Por tanto, lo local es lo básico, es lo inicial, pero lo local tiene que estar trabajando por y en una alternativa global, al mismo tiempo que va solucionando en la medida de lo posible lo que más cerca le toca, teniendo en cuenta que hay determinadas reivindicaciones que solo se pueden conseguir de forma global, ejemplo la desaparición de los paraísos fiscales o una tasa Tobin en todas las operaciones mundiales a nivel mundial. Por ello, planteo de pasada la conveniencia de organizaciones planetarias.

Existen diversos proyectos.

Existen diversos proyectos en las diferentes provincias y localidades que están funcionando, trabajan bien, llevan a cabo estrategias de suma de fuerzas antagonistas con un discurso propio, movilizándose, ya sea en bloques críticos, negros, rojinegros,.... Existe alguna coordinadora de grupos anarquistas, en fin, determinados grupos que son conscientes que es necesario juntar energías, propuestas, luchas,.....

En primer lugar, respeto a todos estos militantes que están en la lucha e intentan organizar, federar, proponer y responden ante las agresiones del capital y el poder. Ni voy a citarlos, entre otras cosas porque no conozco a todos, ni tampoco me parece necesario, ni voy a entrar a analizar sus propuestas y actuación, ya que no es la finalidad de este artículo.

Lo que si pretendo e insisto es en plantear la pregunta o las preguntas ¿cuántos somos? ¿a cuantos llegamos? ¿cual es nuestro poder determinante, nuestro poder de cambiar la actual situación política de clara dominación del capitalismo actual? ¿Cual es nuestra inserción, nuestra imbricación con las clases populares, con los pobres, con el pueblo en general, sobre todo con aquellos que son los más explotados, los más marginados,....? ¿En nuestra actuación, en nuestra intervención estamos a la altura de la responsabilidad que nos demanda un mundo donde más de mil millones de seres humanos mueren de hambre, por falta de agua potable, por falta de medicamentos, alimentos, guerras infames......., en un mundo donde existe la suficiente riqueza para que esto no ocurra? Si las respuestas son positivas, no hay duda que estoy equivocado y no lo veo o no lo quiero ver.

Insisto, como no podía ser de otra forma, dentro del mayor respeto a todo aquel que lucha, que puede actuar con mayor o menor acierto, veo que nuestra incidencia es mínima, es marginal y, no quitamos el sueño al poder, ni al capital, lo que no quiere decir que no lo tengan en cuenta y hagan lo posible para que nuestra influencia aún sea menor.

Por tanto, si estoy en lo cierto, hay algo que no funciona: no hacemos un análisis adecuado del momento histórico en el que estamos, no fijamos claramente donde está el enemigo principal, seguimos siendo dogmáticos, sectáreos, excluyentes, nos creemos diferentes y únicos, por tanto, tenemos la razón, y el mundo ya se dará cuenta, por lo que nada tiene importancia, basta con mantener la llama encendida. Hay grupos que tienen unos textos sensatos e informan de sus actividades, con las que dan a entender que están en todo, pero cuando lo acompañan con fotos de las mismas se ve a un puñado de compañeros luchadores que, por muy grande que sea el puñado, es totalmente insuficiente y es imposible que estén en todo.

No creo que nuestro objetivo sea remarcar por encima de todo que somos diferentes, y por tanto hacemos bueno “el pocos pero buenos”. Nos hará diferentes nuestra práctica y el reconocimiento de esa práctica por el pueblo. Tampoco podemos quedarnos en el movimiento por el movimiento, la movilización por la movilización y, con ello justificar todo. La movilización, la lucha, tiene que servir para crear poder popular para crear estructuras alternativas al margen del sistema con capacidad antagonista.

Hoy día los recortes son brutales, todo está muy mal, por lo que hay que moverse. Es indudable que este ataque por parte del estado y del capitalismo, nos sitúa en unas condiciones emocionales de enfado, de indignación más elevadas, de frustración, por lo que las posibilidades de movilizar son mucho mayores, pero también debemos tener en cuenta que solo lo emocional (aunque sea necesario) no construye. El problema hoy día es cual es el nivel de conciencia y de construcción alternativa con suficiente poder para hacer frente al poder establecido, y esto no se construye políticamente de la noche a la mañana, ni de repente. Además, me parece, el nivel de compromiso hasta donde está dispuesta a llegar la población, se queda mayoritariamente, en la pretensión de recuperar su nivel de consumismo y regenerar las prácticas democráticas.

Por tanto, nuestra valoración no puede quedarse en que la agitación social aumenta, que nos hemos movido y estuvimos en doscientos, cuatrocientos,...... desahucios, cuando ha habido miles y miles de ellos, e incluso en la mayoría en los que estamos presentes y se impiden, se terminan ejecutando. No podemos obviar que quienes se han movido ahora presionados por las circunstancias, en su mayoría, hasta ahora les preocupaba estar en la escala social lo más alto posible. La gente no se convierte en revolucionaria, ni adquiere conciencia repentinamente, si se indigna, se revuelve, protesta,....., por algo que le está afectando en este momento de forma puntual.

O como determinados sectores que hasta ahora no se habían movido apenas y que mayoritariamente son votantes del PP, tampoco de la noche a la mañana se han convertido en elementos y fuerza transformadora. Todo esto es necesario tenerlo claro, para no errar en el análisis. Nuestra valoración no puede basarse en la movilización y las veces que nos movilizamos, sino en el contenido, en los resultados, en las victorias. Nos olvidamos de las derrotas con mucha facilidad, y sin embargo estamos en plena derrota.

Una vez dicho esto, bienvenidas todas las movilizaciones, todas las protestas que reclaman derechos que estamos perdiendo, ahí hay que estar, hay que estar como el primero, hay que tratar de dar contenido a la protesta, y al mismo tiempo hay que estar construyendo, creando organización y alternatividad. Si en la actual situación de crisis en que estamos viviendo con una pérdida de derechos brutal, y lo cual estamos combatiendo, no somos capaces de crear organización y proyecto político alternativo, la movilización se agotará y se perderá en el tiempo con el riesgo de aparecer alternativas populistas de carácter totalitario.

Hace unos meses hablaba con un amigo, gran amigo, actualmente militante del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), hablando de las movilizaciones que han estado llevando a cabo. Sin entrar en valoraciones de las mismas, siempre se hace la misma pregunta ¿cómo me va a parecer mal que se esté llevando a cabo esta campaña de denuncia de las agresiones que estamos sufriendo por parte del poder? Me decía que las movilizaciones iban a continuar, que en las capitales de provincias el recibimiento había sido muy numeroso,.......y añadía: ya veremos como termina. Le contesté a esto último: con más recortes por parte del gobierno !ojalá me equivoque¡ pero me temo que no. Y, la respuesta a esto no es la pregunta que se hace de inmediato: “¿entonces no hacemos nada?”.

No, hay que hacer, el problema es como se hace, cuales son los instrumentos que tenemos, esto quiere decir organización, cuanto poder popular antagónico hemos construido y estamos construyendo con la movilización, y hay otra mucho más fundamental, el problema no es que el SAT se movilice, el problema es que hay que buscar confluencias en lugar de ir por libre y dar la sensación de que los únicos que luchan son unos y otros no, ya que al final parece que su contenido de lucha tiene parte de campaña propagandística. Creo que la lucha en este momento está en el nivel de juntar la mayor parte de fuerzas posible, capaz de hacer frente a la terrible situación de recortes continuos.

Si no recuerdo mal, hay quienes han escrito y han puesto de modelo la acción directa del SAT, sin entrar en el debate, no ha dejado de ser algo pasajero, la actuación del poder, la represión, los numerosos enjuiciados, las numerosas multas creo que les ha disuadido de su actuar, de la misma forma que la pretensión de que no pararían mientras continuase está situación de recortes, paro brutal,....., no se ha podido mantener. Insisto, es necesario organizaciones más fuertes, es necesario un nivel de conciencia mucho mayor. Es necesario una mayor unidad de todos los afectados (la mayor parte de la población), de todos que estamos en contra de los recortes y la pérdida de derechos. Esa es la tarea.

La consigna, los símbolos.

Alguno, imagino joven, radical, muy convencido, en un texto corto muy crítico con todo, salvo el grupo al que debe pertenecer y grupos similares, en su reafirmación terminaba diciendo:

  • Muerte al estado.

  • Muerte al capital.

  • Muerte a los falsos opositores.

Personalmente, aunque haya mucha muerte por medio, es algo que no me causa ninguna impresión, me deja igual. También estoy por la desaparición del estado y del capital. Lo de los falsos opositores debería matizarse mucho más, empezando por tener dudas de quien va ser el juez que va decidir quienes son falsos y quienes no.

Es evidente que una consigna sentida por el pueblo está bien, es necesaria, aúna e identifica a una propuesta. Pero, tampoco sobrevaloremos el poder de una consigna, una consigna no hace una revolución. La revolución tiene que ser todo un proceso de acumulación de fuerzas y de construcción alternativa, no se produce por gritar más, ni por soltar la consigna más radical. Ni se es más radical, ni más revolucionario, por levantarse todas las mañanas y gritar: muerte al Estado, muerte a………., pudiera ser que quienes tanto griten:

  • Esté viviendo cómodamente con mamá y papá que le dan todo.

  • O esté estudiando con profundidad cuales son todas las ayudas que se pueden conseguir de ese estado que quiere matar, para vivir de ello. Una forma más de integración. Y no nos equivoquemos, el estado no da nada, el estado roba a los ciudadanos, por lo que en este caso, ese revolucionario, estará viviendo a cuenta de los ciudadanos, no del estado. O ese salario social que se reclama como derecho por el hecho de nacer a costa de la contribución de quienes trabajan. No incluyo, por supuesto, aquellos derechos conseguidos por haber cotizado durante años, o haber estado en prisión en tiempos de dictaduras,…..

  • O tenga todos sus papeles de identidad, aquellos que requiere el estado, para que sea un ciudadano controlado, entre otras cosas, o como la mayoría de la ciudadanía cumpla con todos sus compromisos tributarios en el caso de que trabaje.

  • O funcione en su casa, con su pareja, con sus próximos, en su colectivo con las características propias del estado. El autoritarismo, la imposición , el machismo. etc…..

  • O esté contra el trabajo, pero cada vez que necesite asistencia médica acuda a un hospital para hacer trabajar al médico, la enfermera,..... (ya que aunque esté contra del trabajo necesitará que los demás trabajen para curarlo) a ese hospital que se costea con la aportación del resto de ciudadanos, que tienen que trabajar y cotizar para que el hospital y servicio público se puedan dar y atenderle a él.

  • Un largo etc,....

Podríamos continuar, todos vivimos en la contradicción, tenemos que intentar que la contradicción sea lo más pequeña posible, por lo que determinadas afirmaciones como un todo único, salvador y purificador, puede parecerse más a una actitud autoritaria que a un elemento transformador.

TEMA V.- LA ORGANIZACIÓN ANARQUISTA.

Recapitulemos.

Cuando escribí el primer texto, lo que pretendía era argumentar sobre una cuestión muy clara “la necesidad de organizarse los anarquistas”. Necesidad por diferentes motivos:

  • Hay anarquistas organizados pero no hay ninguna organización anarquista lo suficientemente fuerte, y que tenga el peso político necesario para ser una fuerza política que el pueblo pueda identificar como instrumento de transformación y de cambio. Existe una fragmentación muy grande dentro del anarquismo que es negativa para el desarrollo de una organización fuerte, al mismo tiempo que dicha fragmentación no afecta en absoluto al capital y al poder.

  • Existen organizaciones anarcosindicalistas de las que hablo en los dos textos y, no son suficientes para cubrir la debilidad del anarquismo ibérico. Las cuales están en procesos de unidades de acción (aunque no siempre es fácil), lo que es importante para que se visibilice en la sociedad una alternativa diferente, una alternativa libertaria, aún lejos de tener un peso real.

  • Las ideas, las propuestas anarquistas basadas en la igualdad no solo económica sino a todos los niveles, igualdad mujer-hombre, respeto a la mujer, la justicia, la solidaridad, el apoyo mutuo, la fraternidad, el antimilitarismo, el desarrollo productivo respetuoso con la Naturaleza, la ética,.......... es la única alternativa ante un mundo cada vez más desigual, machista, más injusto, criminal, responsable de la muerte de millones de seres humanos, donde la droga, la trata de personas, especialmente las mujeres, la prostitución de menores, el armamentismo, las guerras, la especulación, la corrupción,.........., se convierte en un negocio monumental. La perdida de valores, el individualismo, el consumismo compulsivo e irracional, los medios de comunicación convertidos en medios de integración y de atontamiento, el discurso único y vacío de contenido, la política como marketing basada en las encuestas y la televisión como medio alienante y castrador del conocimiento, la pérdida de valores democráticos, el discurso de la seguridad por el que los ciudadanos cambian derechos por seguridad, …........, en definitiva una crisis social imprevisible que afecta al ser humano y sus derechos, deriva que puede favorecer el desarrollo del fascismo que hoy día no se reivindica como tal, de lo cual tenemos signos evidentes.

  • Todo ello, nos pone a los anarquistas ante una responsabilidad personal y colectiva. No podemos escudarnos en que la culpa la tienen los demás, el estado, el poder, la patronal, los comunistas, los sindicatos institucionales,........, incluso somos capaces de culpar a otros grupos anarquistas que no son lo suficientemente anarquistas. No podemos escudarnos en que ya actuamos, en que estamos en la calle, si nuestro peso en la política es mínimo, es marginal. Nuestra responsabilidad es la división, la fragmentación, la retórica, la demagogia, el sectarismo,........ y esta responsabilidad es nuestra y de nadie más, y nuestra obligación es cambiar de actitudes, de conductas. Tenemos una responsabilidad ante nuestro propio pensamiento y con todas y todos aquellos que hicieron posible que el anarquismo fuese reconocido y, tenemos una responsabilidad ante la Humanidad por las injusticias, desigualdades, criminalidad, el asesinato legal de millones de seres humanos por el hambre, malnutrición, falta de agua potable, la droga, las trata de blancas, las guerras provocadas por intereses económicos o por mantener el dominio sobre el mundo u otras razones.

  • Nosotros, los anarquistas, también tenemos nuestra responsabilidad, si no somos capaces de organizarnos para tener la suficiente fuerza que sea capaz de construir una alternativa organizada, insertada socialmente, capaz de dar al pueblo el protagonismo, construyendo poder popular junto y con el pueblo asumiendo nuestra responsabilidad, y seguimos enfrascados en nuestras pobres y vacías disputas, pensado que cada cual tiene la verdad y el otro está equivocado. Insisto, esa responsabilidad es nuestra, nuestra incapacidad por crear un instrumento de lucha y alternativo capaz de incidir en la práctica y la realidad política, en lugar de estar empeñados en nuestra soberbia. Esa responsabilidad es nuestra.

  • Creo que es el momento de interiorizar esta necesidad, creo que es el momento en que hay que dar pasos efectivos, tenemos que ser conscientes y tenemos que hablar, hablar mirándonos a la cara, no a través de los medios técnicos que pueden ser instrumento de trabajo, pero no para empezar a construir. Todo esto sin dejar la lucha, sin dejar de intervenir donde cada cual lo hace, no hay justificación posible para no hacerlo.

  • Indudablemente, no podemos empezar mezclando todo. En el primer artículo lo decía, es un llamamiento a la responsabilidad de quienes creemos en la organización, con todo lo que ello supone, con sus estatutos, formas de funcionamiento, con derechos y deberes,........, los que creemos en la organización porque siempre habrá que estar organizado para llevar a cabo cualquier actuación, para que funcione cualquier proyecto alternativo, para que funcione la sociedad a la que aspiramos. Y el otro elemento fundamental es el de insertados socialmente, trabajando en todos los frentes, sin priorizar ninguno sobre el otro, teniendo en cuanta que estamos en un mundo global y la parcialización y fragmentación solo favorece al capital y al poder. Siendo conscientes de que una sociedad nueva y todo su proceso de lucha solo será posible si la hacemos con el pueblo, para lo que tendremos que tener muy en cuenta cual es su capacidad de rebeldía, su nivel de conciencia, su nivel de integración dentro de esta sociedad consumista,......., por tanto, un encuentro de todos los anarquistas, sea cual sea su tendencia, todos juntos, no dará ningún resultado, ni servirá para nada más allá de estar juntos, compartir y debatir, pero no se podrá avanzar en concreciones y, necesitamos concretar.

  • Para ello, es necesario que quienes tengamos claro: organización e inserción, por supuesto dejando de lado sectarismos, dogmatismos, ombliguismos, patrimonialismos, etc,... nos juntemos y comencemos un trabajo con documentos en la mano que deben ser la base de dicha organización, no puede ser un encuentro, tiene que ser un proceso de trabajo, de hacer todas las reuniones precisas con documentos, debates, rectificaciones, acomodaciones de los documentos, tiene que ser un proceso donde quienes se impliquen se vean, estén presentes, debe ser un proceso que no se resuelve, en un mes, ni en seis, debe ser un proceso que debe ir contactando e incorporando a todos quienes estén interesados. Los documentos mínimos para empezar:

    a) Necesidad de la organización y porqué. Análisis de coyuntura.
    b) Estatutos o carta orgánica.
    c) Un programa mínimo de intervención que se irá concretando a medio plazo y largo plazo según vayamos avanzando, no tenemos porque tener todo acabado.

Tendremos tiempo de debatir otras cuestiones, como alianzas, el tema internacional que es fundamental en un momento de globalización y otros temas a decidir. En un primer momento, lo importante será las conductas, la ausencia de sectarismo, dogmatismo, desterrar la retórica,........ debemos tener prioridades y lo prioritario es construir una organización fuerte, capaz de incidir en la política, antes de hablar de nuestra intervención internacional debemos ser capaces de incidir y somos más o menos marginales en la política de donde estamos, vivimos, trabajamos,........, lo cual tampoco quiere decir que no se den relaciones internacionales.

Estoy convencido que existe un suficiente número de anarquistas en todo el territorio ibérico con capacidad de análisis, con una larga experiencia militante para entender lo que he expuesto sobre el anarquismo ibérico, sus deficiencias, sus limitaciones, sus peleas ,.....para entender la necesidad de superar esas etapas y entrar en una nueva, donde el anarquismo ocupe el espacio social que le corresponde y se convierta en una fuerza política con posibilidades de cambiar el sistema.

Para terminar, quiero exponer un caso, de lo que creo no es la solución. En estos últimos tiempos ha ocurrido un hecho que quiero remarcar, como ha sido el encuentro anarquista en St. Imier. No voy a hacer un análisis exhaustivo, simplemente pretendo explicar lo que creo no se debe hacer, lo que creo no es prioridad y si un gasto de energía y dinero que se debe aprovechar en empezar la construcción por la base.

Vaya por delante mi reconocimiento a todo el esfuerzo realizado por los compañeros organizadores del Encuentro de St. Imier, en este sentido ninguna duda.

En este caso, el encuentro era una conmemoración (puede no serlo), jornadas de trabajo y de debate, celebración, fiesta, en la que se desarrollaron diferentes actividades de todo tipo. Un encuentro amplio donde caben todos, es un “totum revolutum”, en el que difícilmente se puede hacer un trabajo serio y organizado. Donde la cantidad de actos se solapan, por lo que los participantes se dispersan por los diferentes actos según sus intereses, por lo que no todos van escuchar a todos, ni todos van a debatir con todos. Un encuentro es un lugar donde habrá muchos anarquistas de todas las características y habrá quienes no lo sean, donde se tendrá la oportunidad de conocer a diversas gentes, será un lugar de conversación, de aportación, de debate, de compartir unos días juntos, de divertirse, donde la posibilidad de consensuar un comunicado final es harto difícil por no decir imposible. Si se consiguiese tendría un contenido muy general debido a la necesidad de buscar un acuerdo entre diferentes sensibilidades. Como así fue en St. Imier, no hubo comunicado final.

Hay quienes llegaron a afirmar que habría un antes y un después del anarquismo. Se consideró por algunos que era un encuentro mundial del anarquismo. Me parece todo algo exagerado, es cierto que hubo anarquistas de diferentes continentes, pero pienso que dicha afirmación no tiene ningún sustento, no deja de ser más que deseos e ilusiones, no tiene mayor base. Pensar que por el hecho de que en un lugar se junten (vamos a suponer miles de anarquistas, en St Imier hubo dos, tres o cuatro mil), se vean, hablen cada uno de su proyecto y de su idea, participen en diferentes conferencias-talleres, se diviertan,......, se vaya a producir, no se sabe por que misterio, un relanzamiento del anarquismo como un movimiento fuerte y organizado, insertado socialmente e interviniendo en las luchas de forma determinante, no dejan de ser deseos e ilusiones.

Otra cuestión muy diferente hubiese sido si, previamente durante tres o dos años, se hubiese preparado y llevado a cabo un debate alrededor de un análisis de coyuntura común, se hubiese impulsado una coordinación y federación real de organizaciones y de luchas, se hubiese avanzado en tener un programa común,.........., podríamos pensar, y tendríamos elementos reales para valorar, que fruto de dicho trabajo en St. Imier o cualquier otro lugar se culminase, y la lógica de dicha culminación no sería un encuentro sino la creación una internacional anarquista.

En cualquier encuentro cada cual va a contar “su película” (lo digo con todos los respetos), no va ser objetivo, y más si es un encuentro internacional (a nivel nacional más o menos todos nos conocemos y no nos podemos contar muchas historias). Siempre he dicho y seguiré diciendo, por experiencia propia, que para conocerse hay que estar en el lugar, hay que conocer a los militantes, hay que conocer sus realidades y donde intervienen. No será a través de internet y de las páginas webs de cada organización, ni será en un encuentro donde sobre todo no va a haber la mínima autocrítica y, por norma general, cada cual va a tratar de sobresalir sobre el otro, o como mínimo estar a la misma altura. De la misma forma que no se pueden hacer análisis por lo que se cuenta en internet, los análisis se hacen sobre la realidad que se conoce personalmente, el resto puede ser humo. En St. Imier no se pudo ver la realidad, es imposible por la misma naturaleza del encuentro. Se va a escuchar lo que te cuenten.

Es indudable que se dieron hechos positivos, como que los plataformistas y sintetistas fuesen capaces de trabajar conjuntamente para la organización del Encuentro, y posteriormente se traten, se miren bien, hay una mejor relación, …....., pero es algo claramente insuficiente por todo lo dicho en este texto.

No necesitamos grandes ejemplos sobre encuentros o jornadas de este nivel. Otra cosa son las jornadas y encuentros que una organización puede organizar para desarrollar sus propias actividades. No necesitamos irnos a ningún lado, ahí están las Jornadas Libertarias en el Parc Güell en Barcelona, en 1977 después de la caída del franquismo, espectaculares a todos los niveles, se hablaba de la participación de más de seiscientas mil personas.

El hecho de ser capaces de poner en marcha unas Jornadas como las aludidas, no demostraron nada, de allí, no salió “nada”. Lo difícil, lo complicado en aquella época era organizar con seriedad (entendiendo el momento histórico y la composición social, salíamos de una dictadura), estructuras orgánicas bien engrasadas que funcionasen en base a nuestros principios y propuestas. Lo difícil era el día a día, el trabajo continuado con trabajadores y un pueblo que había encontrado de nuevo la libertad (aunque hubo luchas que ayudaron a conseguirla, no se conquistó), y por muchas jornadas que fuésemos capaces de montar y de venir miles y miles de personas, el trabajo político, el de verdad, el del día a día, se fue totalmente incapaz (y peor) de llevarlo a cabo.

Así mismo, no era el momento de hacer jornadas, era otro momento, el de la sensatez, el de la madurez, el de entender aquellos miles de gentes que querían adherirse con nosotros y organizarlos. Aquellos que venían a miles, muy pocos entendieron que era todo aquello, era muy moderno, era muy “in”, pero detrás la vacuidad.

 

Por lo tanto, lo que intento explicar es que el modelo del encuentro no es el válido para construir la organización del anarquismo organizado e insertado socialmente. Nos tenemos que encontrar, hablar, debatir con documentos,....... Es nuestra responsabilidad, la cogemos o la dejamos y, seguimos en la actual dinámica que no molesta excesivamente ni al capital, ni al poder..

 

En Hernani, 27 de Enero de 2013. José María Olaizola Albeniz.

 

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