Genealogía de la resistencia
De las dificultades para confeccionar el Todo de la dominación al comienzo de la presente centuria; sabemos que está ahí pero nuestras herramientas oxidadas del pasado nos impiden darle forma, aunque muchos autores avanzan en ese sentido. Son teorías que deben recorrer todavía varias etapas del método científico. Tenemos indicios, muchos, pero nadie puede todavía salir del marco de referencia del siglo pasado.
Aún estamos encerrados entre el capitalismo y el socialismo. Hemos visto, y podemos estudiarlas con detenimiento, las metamorfosis del capitalismo. Pero no podemos hacer lo mismo con el socialismo, ya que desde 1917 Europa protagonizó un cisma socialista que perdura aún por la fuerza de las costumbres.
Aquel cisma tiene resultados ambivalentes. Uno, potenció el reformismo, instaurado en la sociedad fábrica mediante el movimiento obrero y la expansión y crecimiento del capitalismo industrial, y el crecimiento del urbanismo. Pero, a la vez, hizo avanzar el capitalismo a partir de sociedades campesinas, como los casos de Rusia y China, con un costo inconmensurable en recursos de toda índole. En ambos casos, evidentemente, el socialismo sirvió para administrar el desarrollo capitalista.
Pero no sirvió para evitar la guerra, por ejemplo.
Igual sucede con la resistencia. Es decir, con la resistencia contra el poder de mando del capital. Éste no ha cesado pero es imposible tener una base de datos exhaustiva. Porque las situaciones cambian a través de los tiempos y de las latitudes y meridianos.
Pero la resistencia también depende de las formas de opresión y de la intensidad de las mismas.
Es la metamorfosis de la revolución.
Situándonos en Venezuela, por ejemplo, las condiciones tanto subjetivas como objetivas de la revolución pueden tener semejanzas con otras latitudes pero nunca han sido idénticas; una solución a posteriori es la política de integración con América Latina, pero es un cometido que está sometido a ensayo y error, con toda probabilidad con costes más bajos que el socialismo en tanto guía del capitalismo.
Quizá lo más importante tanto para la resistencia como la opresión es si estamos aún dentro del modo de producción del capital o no. ¿Hemos ingresado en otro modo de producción ya? La Forma Banco de la sede de la vanguardia del capital contemporáneo evidencia que éste se valoriza al margen del viejo capital comercial e industrial del siglo pasado.
Hoy día el capital variable se valoriza no en las diversas burbujas, expresión de la usura planetaria siempre a mano del capital, sino en formas de producción que hacen del conocimiento la materia prima de la economía; algunos autores la llaman producción biopolítica.
A su lado, está el trabajo que construye sujetos a partir de sujetos (toda la variedad genética); imágenes, afectos, inmaterialidad (el antiguo trabajo “intelectual” del pasado pero desprovisto de sus bases referenciales clásicas) que, además, exige formas democráticas de gestión (autogestión) y las imponentes industrias farmacéuticas y médicas. Todo esto mueve una inmensa masa de capital por cuya posesión y administración lucha sin cejar el capitalismo tardío en contradicción permanente.
¿Dónde estamos?
