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17 décembre 2009 4 17 /12 /décembre /2009 17:38

 

 

nto es que posicionaría 3 clases a lo largo de este –las que pueden ser claramente distinguidas una de otra y de las cuales cada una posee sus propios intereses como clase.


Mencionan que “Es cierto que en este espectro hay quienes son ‘contratados’ por los capitalistas para administrar su capital sin ser dueños ellos mismos de este capital”. Dicen también “No quiere decir que no se pueda distinguir a aquellos jefes que no manejan capital de aquellos que sí. Claramente hay diferencias.” Pero luego siguen al decir “Diría que aunque lo teorizáramos como una distinción de clases o como una división de trabajos al interior de quienes personifican al capital es algo de segunda importancia frente al hecho de que toma lugar al interior de una relación social bipolar y de que implica una lucha del carácter ‘ellos y nosotros’”.


En mi opinión, degradar la consciencia de que existe una clase coordinadora a algo de segunda importancia es un gran error. Están de acuerdo en que deberíamos “teorizar las condiciones en las que nos encontramos a la luz de los errores del pasado” pero que “no creo que esto necesariamente requiera de una tercera clase”. Para mi la cosa es simple, pero muy importante. Si hay solo dos clases (la clase trabajadora y la clase capitalista), entonces una revolución que reemplace una economía capitalista debe reemplazarla por algo que forme una economía sin clases. El problema en esto es que la historia nos ha mostrado que podemos tener revoluciones anti-capitalistas exitosas que no den como resultado el establecimiento de una economía sin clases. Si hay solo dos clases, ¿cómo puede ser esto?


Sin embargo, si en economía moderna tuviéramos tres clases (la trabajadora, la capitalista y la coordinadora) una revolución anti-capitalista podría tener dos posibles resultados – el establecimiento de parte de la clase trabajadora de una suerte de sistema económico sin clases o el establecimiento de parte de la clase profesional-gerencial de una economía coordinadora (como durante la Revolución Rusa, por ejemplo). Los tres posibles sistemas económicos tienen características distintas que reflejan de igual forma distintos intereses de clase.


Este análisis de tres clases tiene ramificaciones obvias dependiendo de la visión y estrategia anti-capitalista que, en mi opinión, no podemos permitirnos ignorar. Así, por ejemplo, al estar desarrollando visión para una economía sin clases no necesitamos solamente ser conscientes de las relaciones de poder en relación a la propiedad sino también a las relaciones de poder relacionadas a la autoridad para tomar decisiones, la monopolización de las labores empoderadoras, los medios por los cuales los bienes y servicios son distribuidos, etc. Asimismo, cuando desarrollamos estrategia para una economía sin clases no requiere solamente de ser anti-capitalista sino también anti-coordinadorista – este es el motivo por el que rechazo el centralismo democrático y la ideología Marxista-Leninista.


En respuesta a estas afirmaciones ustedes dicen que

“pasa por alto el hecho de que muchos en el movimiento de los trabajadores del siglo XX – particularmente anarquistas – argumentaron en contra de la idea de que el Estado o cualquier forma de representatividad pudiera acabar con el capitalismo”. Y también sostienen que “más significativamente, ignora que lo sucedido en Rusia en 1917 no fue un efecto colateral imprevisto de la confianza de los trabajadores en ‘coordinadores’, sino que una política consciente del capitalismo de Estado que los bolcheviques buscaron, fueron las consecuencias de lo que en términos generales predijeron los anarquistas, quienes arguyeron que algo como un acercamiento a la idea de reemplazar a muchos capitalistas por uno solo – el Estado – no reemplazaría las relaciones sociales capitalistas por las comunistas”.

 

Ahora, aparte de lo que me parece que es una inadecuada descripción del sistema bolchevique como “capitalista” (lo que en mi opinión ilustra muy bien las limitaciones de su análisis de dos clases), sus puntos acerca de mi “pasar por alto” e “ignorar” la comprensión anarquista sobre el Estado y la ideología Leninista simplemente no son ciertos. De hecho, las nociones de clase coordinadora y economía coordinadora tienen sus raíces en la misma tradición de izquierda libertaria de la que hablan. En el primer libro publicado acerca de economía participativa los autores discuten “Los Orígenes del Coordinadorismo” diciendo que “Pocos comentaristas hoy tienen algo bueno que decir sobre Stalin, pero los problemas del coordinadorismo y el autoritarismo político del bloque Oriental comienzan mucho antes”. Continúan diciendo que

“León Trotsky, uno de los famosos creadores del primer sistema económico coordinador, dijo que el control social de los trabajadores sobre la sociedad ‘es expresado… no por completo en la forma en la que cada iniciativa económica es administrada’. Esto es, Trotsky sentía que sería mejor para los Bolcheviques dejar la jerarquía común de las fábricas en vez…”. De manera similar dicen “Lenin evidenció su propia orientación coordinadora cuando dijo: ‘“Es completamente esencial que toda la autoridad en las fábricas deba concentrarse en las manos de la dirección’.”

 

Los autores se refieren también a Chomsky cuando señalan que “también nota que ‘particularmente desde 1917, el Marxismo –o más adecuadamente, el Marxismo-Leninismo –se convirtió, como predijo Bakunin, en la ideología de una ‘nueva clase’ de intelectualidad revolucionaria que explota la lucha popular revolucionaria’.” Chomsky continúa su punto así – “este asalto ideológico a dos bandos… ha dado un gran golpe a las corrientes socialistas libertarias que alguna vez tuvieron una vitalidad considerable…”.

Espero que estas pocas citas de “Looking Forward – participatory economics for the twenty first century” (Mirando Adelante – economía participativa para el siglo veintiuno) aclaren que quienes defendemos la EconPar no pasamos por alto o ignoramos las lecciones de la historia que han resaltado ustedes. De hecho, diría que quienes defendemos la economía participativa hemos no solo aprendido estas lecciones sino construido a partir de ellas. Me parece, por ejemplo que la “nueva clase” de Bakunin es lo que nosotros esclarecemos como clase coordinadora y el “asalto a dos bandos” de Chomsky es un asalto de parte de las clases capitalista y coordinadora en contra de la clase trabajadora. Lo que parece despejarse de todo esto es que se requiere de un análisis de tres clases para entender lo que se ha hecho hasta aquí, pero quizá más importante, para evitar cometer este tipo de errores de nuevo es muy importante que trabajemos duro en crear una toma de conciencia sobre la clase coordinadora al interior de nuestras organizaciones o movimientos – y no rebajarlo a algo de “segunda importancia”.


Para ustedes, sin embargo, “esta ‘innovación’ pareciera distraer del necesario e importante antagonismo de clases, dejando a las clases solo como una forma de opresión más y poniendo la tarea anti-capitalista como una simple cuestión de administración – ¿por parte de capitalistas, coordinadores, o nosotros mismos? – y no como la de la revolución social”. Tengo que decir que no entiendo por qué piensan eso. Primero, porque no veo cómo la identificación de una tercera clase afecta la importancia del antagonismo de clase. Segundo, porque deben saber a partir de lo que ya he dicho acerca de la EconPar que no vemos la tarea de los anti-capitalistas como una “simple cuestión de administración”. Aunque la auto-gestión es un valor central del modelo de la EconPar, como visión para una economía post-capitalista la economía participativa trata muchas otras cosas en relación a la justicia económica además de aquellas que tienen que ver específicamente con la administración del lugar de trabajo –por ejemplo, la propiedad, la remuneración, la distribución, la división de las labores.

Comentan también

“No intentamos hacer del mismo mundo un lugar más participativo, sino de crear uno nuevo en su lugar”.

 

Mi respuesta a esto es que la visión económica que defiendo propone alternativas a todas las características institucionales generales del capitalismo. Diría, por ello, que la economía participativa se trata de crear “una nueva” economía (como parte de una lucha mayor por crear una nueva sociedad) y no solo de hacer el sistema existente “más participativo”. Añadiría que dichos cambios fundamentales en la organización social tendrían profundas consecuencias en la vida en términos de cómo pensamos acerca de nosotros mismos y actuamos con respecto a los otros.

 

Debate sobre visión anti-capitalista • 02

 

PPS logotipo [1]

Hola, mi nombre es Mark Evans. Vivo en Birmingham (Reino Unido), lugar en el que trabajo para el Servicio Nacional de Salud (SNS) como asistente médico en un pabellón de neurocirugía. Además de hacer mi trabajo como ayudante soy un miembro activo del sindicato. Estas actividades satisfacen dos de mis principales intereses – la neurología / psicología y la justicia social, a la cual veo relacionada en sus puntos generales a lo que es la naturaleza humana y la organización social. parecon-grafico [13]En los últimos dos o tres años me he involucrado también en ayudar a levantar una nueva iniciativa situada en el Reino Unido llamada PPS-UK (Project for a Participatory Society – www.ppsuk.org.uk [1]). Esta iniciativa es parte de una creciente red internacional que, creo estar en lo correcto al decirlo, ha emergido como resultado de dos factores básicos. Un factor tiene que ver con la insatisfacción con las ideas existentes sobre la transformación social progresiva. El otro factor ha sido el desarrollo de nuevas visiones y estrategias que son resultado de una completa revaloración de la práctica y la teoría de izquierda. Este importante trabajo continúa hoy principalmente a través de ZCom (www.zcommunications.org [14]) en donde cualquier persona interesada en las ideas progresistas puede participar a través de varias instalaciones, incluyendo una escuela en línea.

Crítica al Capitalismo

Mi interpretación de este debate es que discutiremos sobre “visión económica”. Decir esto es asumir que, en cierta medida, no estamos felices con el sistema económico existente. Personalmente diría que estoy en contra de cada rasgo institucional del capitalismo. Pero esta no es una posición nueva que me haya provocado la crisis económica actual. Al contrario, argüiría que para cualquier estándar humano el capitalismo está siempre en crisis. Basta pensar en toda la gente que muere innecesariamente de inanición todos los días, o en quienes no reciben medicamentos para enfermedades curables. Estos son ejemplos conocidos, pero hay muchas otras ilustraciones prácticamente desconocidas de la crisis que está hoy en curso. Por ejemplo, una investigación emprendida en los últimos veinte años muestra que incluso con las necesidades materiales satisfechas la desigualdad económica tiene un gran impacto en la salud de una sociedad. Mientras más grande sea la brecha de desigualdad, menos sana es la sociedad – y no estamos hablando solamente de ingresos aquí. Pareciera que los niveles de control y participación son lo que realmente importa y que estos tienen una influencia directa en nuestra salud y expectativas de vida. Así que, desde nuestra perspectiva, diría que el capitalismo está en un permanente estado de crisis y que la actual de la que todos oímos hablar diariamente en las noticias tiene más que ver con un sistema que fundamentalmente funciona en los intereses de las élites que se vuelve inestable. Poniendo a un lado esta limitada y egoísta definición de crisis, intentemos entender por qué el capitalismo está en un permanente estado de crisis antes de desarrollar o hablar acerca de una visión económica alternativa. Mi explicación básica derivaría de un simple análisis económico que puede ser entendido prácticamente por cualquier persona. Como ya he dicho, la economía capitalista funciona de acuerdo a los intereses de las élites. Las razones de esto son bastante obvias. Bajo el capitalismo, una minoría muy pequeña posee de manera privada instituciones económicas. Este grupo es comúnmente conocido como la clase capitalista. Además, la división jerárquica del trabajo permite una autoridad que toma las decisiones y que las labores que entregan poder sean monopolizadas por otro grupo privilegiado. Este es un grupo que no es normalmente visto al cual llamo la clase coordinadora. Este posicionamiento nos deja frente a la vasta mayoría, a la cual se le llama normalmente clase trabajadora y es la que lleva a cabo las órdenes que vienen de arriba y asume la mayoría de las labores más indeseables que frecuentemente aturden la mente. Lo que es más, la economía capitalista recompensa la propiedad, el privilegio y el poder institucionalizando un sistema de remuneración que mantiene la desigualdad y la explotación y dominación de clase. Siguiendo esta línea podremos ver que un sistema que está hecho de esta manera no funcionará en pos de los intereses del bien común. ¡Pero hay más noticias malas! Además de la producción llevándose a cabo al interior de instituciones privadas, con decisiones tomadas de forma autoritaria y una división jerárquica del trabajo, y niveles de consumo que son determinados por la riqueza y el poder, el capitalismo reparte su producción a través de mercados competitivos. Los mercados competitivos crean un ambiente económico estresante a través del cual todos se enfrentan en contra de todos. Para sobrevivir, los negocios están forzados a emplear estrategias y tácticas que no toman en cuenta el costo social real de sus actividades. En este ambiente competitivo, las corporaciones simplemente no pueden darse el lujo de darse cuenta de las consecuencias a nivel ambiental de sus acciones, o de los derechos de sus trabajadores, o de las necesidades básicas del público en general. A no ser que las relaciones públicas lo exijan, el sistema económico capitalista no puede y no se permite consideraciones serias de aquellos importantes asuntos. Desde este simple análisis podemos ver que el capitalismo institucionaliza la desigualdad económica y distorsiona sistemáticamente las prioridades de la economía. En el corto plazo, esto beneficia a una pequeña minoría pero a expensas de la vasta mayoría (y al final, en detrimento de todos) – de allí la permanente crisis económica.

Alternativa… la Economía Participativa

Pero, ¿cuál es la alternativa a la economía capitalista? ¿Cómo luciría una economía sustentable que funcionara en base al bien común? Más precisamente – ¿Cuál es la alternativa a la propiedad privada? ¿Cuál es la alternativa a la producción teniendo lugar al interior de la decisión jerárquica del trabajo y a través de las decisiones autoritarias? ¿Cuál es la alternativa al nivel de consumo determinado por una remuneración de acuerdo a la propiedad, el privilegio y el poder? ¿Cuál es la alternativa a los mercados competitivos como medio a través del que se reparten los bienes y servicios que producimos y consumimos? Creo que estas son las preguntas centrales a las que el anti-capitalismo debe tener respuesta. Quienes defendemos la economía participativa [5] (EconPar) proponemos las siguientes respuestas a estas preguntas –

Propiedad Social

En una economía participativa la propiedad privada es reemplazada por consejos democráticos de trabajadores y consumidores. Aunque los defensores de la EconPar suelen hablar de la propiedad social como alternativa a la propiedad privada, es probablemente más adecuado decir que la propiedad en una economía participativa se convertiría en algo que no es problema para nadie.

Auto-gestión

Como hemos visto, las instituciones de la EconPar funcionan democráticamente. Pero el término “democracia” tal y como lo conocemos es un término usado para describir toda clase de sistemas, incluyendo algunos muy elitistas. Por este motivo, y para evitar confusiones, hablamos de “autogestión” como una forma específica de democracia económica. Para nosotros, autogestión significa que todos tienen algo que decir en la toma de una decisión, en proporción a cómo se vean afectados por los resultados de esta decisión. Así, por ejemplo, si el resultado de una decisión me afecta solo a mi, entonces tengo absoluta voz y voto en esa decisión –y todo el resto no tiene ni voz ni voto. Por otro lado, si el resultado de una decisión nos afecta de igual manera a mi y a un compañero de trabajo (y a nadie más), entonces ambos tenemos el mismo voto en dicha decisión, y así sucesivamente.

Lugares de Trabajo Balanceados

Como una alternativa a la división jerárquica del trabajo, gracias a la cual algunos trabajos son más deseables y dan más poder que otros, proponemos “Lugares de Trabajo Balanceados” (LTB). LTB son trabajos hechos a partir de una mezcla igualitaria de trabajos deseables / ‘empoderadores’ y de otros no tan deseables / ‘empoderadores’. En una economía participativa todos tienen un LTB. Son considerados una característica necesaria de la economía si se quiere que la autogestión funcione y se mantenga. Sigue habiendo espacio para la especialización, pero sin privilegios. Significa también que las habilidades y talentos suprimidos, perdidos bajo la división jerárquica del trabajo, pueden ser utilizados en una EconPar haciéndola más eficiente.

Planificación Participativa

En lugar de mercados competitivos, en una economía participativa los bienes y servicios son repartidos a través de un proceso llamado “planificación participativa”. Este proceso consiste en una serie de reuniones en las que los productores y consumidores proponen y revisan sus actividades económicas en cooperación con los otros a través de una “Mesa Coordinadora”4 [15] hasta que se llegue a un plan eficiente y equitativo.

Esfuerzo y Sacrificio

Con la propiedad privada eliminada, acompañada de la toma de decisiones autoritaria y la división jerárquica del trabajo, no se podrá recompensar la propiedad, los privilegios y el poder. En vez de eso, los defensores de la EconPar proponemos recompensar el esfuerzo y el sacrificio como un criterio justo de remuneración. Con esto nos referimos a que si una persona trabaja más tiempo o más duro, o si una persona asume trabajos que son considerados generalmente como menos deseables, esa persona debiera tener derecho a una mayor remuneración. De manera individual estas características representan alternativas para cada gran característica institucional del capitalismo. Juntas representan un sistema económico alternativo al capitalismo. Ellas describen medios a través de los cuales la producción, el consumo y el abastecimiento pueden sistemáticamente situarse en los intereses por el bien común y ser tanto sustentables como eficientes. Además, institucionalizan un control igualitario de la vida económica, el cual siembra de manera sucesiva la cohesión social. Pienso que esto representa el tipo de visión a largo plazo que los movimientos anti-capitalistas necesitan imperantemente. Sin una visión como esta es altamente improbable que los anti-capitalistas sean capaces de organizar el movimiento popular efectivo que queremos y necesitamos.

(continúa)
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Miguel Bakunin

 

 

Carl Sagan

Así, a medida que la ciencia avanza, Dios parece tener cada vez menos que hacer. Es un gran universo, desde luego, por lo que Él, Ella o Ello, podría estar ocupado provechosamente en muchos sitios. Pero lo que evidentemente ha ocurrido es que ante nuestros propios ojos ha ido apareciendo un Dios de los vacíos; es decir, lo que no somos capaces de explicar, se lo atribuimos a Dios. Después, pasado un tiempo, lo explicamos, y entonces deja de pertenecer al reino de Dios. Los teólogos lo dejan de lado y pasa a la lista de competencias de la ciencia.

 

Carl Sagan: “La diversidad de la ciencia” [2007]



 

Stepehen Hawking

"La estirpe humana no es más que un sustrato químico en un planeta pequeño, orbitando alrededor de una estrella mediana, en los suburbios de una galaxia del centenar de miles de millones que existen"

 

Carlos Marx

“Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de esas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social” (1859)

 

 

Albert Einstein

Si una idea no parece absurda

de entrada,

pocas esperanzas

hay para ella.-

 

Groucho Marx

"El secreto de

la vida es

la honestidad y

el juego

limpio, si puedes

simular eso,

lo has conseguido."  

  

MARX, Groucho (1890-1977) 
Actor estadounidense